«Física o Química’ intenta volver a la transgresión»

Carlos Ruano (Alicante, 1980) es coordinador de guionistas en la serie de Antena 3 Física o Química, producida por Ida y Vuelta. Con apenas dos años en la profesión ha conocido el éxito con esta ficción que le da una vuelta a las tramas de instituto. En esta entrevista adelanta por dónde va a ir la quinta temporada de la serie, revela sus influencias, aspiraciones y planes para el futuro.

Pregunta: Física o Química ha sido tu primer trabajo como guionista en televisión. ¿Cómo llegaste al proyecto?
Respupesta: Efectivamente. Yo cursé un master de guión y hará como tres años me contrataron como guionista para empezar a escribir la primera temporada de este proyecto creado por Carlos Montero que empezó a emitirse en febrero de 2008.
P: Y tan sólo dos años más tarde has pasado a ser uno de los coordinadores del equipo de guionistas. ¿Cómo has vivido se cambio?
R: Sí, en esta quinta temporada que se emite ahora he comenzado a ser coordinador junto a Jaime Vaca, que empezó a serlo a partir de la cuarta. Y el cambio, bueno, ha sido bastante adaptativo, por decirlo de alguna manera. Primero fue todo un reto empezar tan sólo como guionista en una producción como ésta. Y una vez que me sentí verdaderamente cómodo como guionista, tuve la suerte de que me ofrecieron coordinar los guiones junto a Jaime. Ha sido relativamente fácil al haber estado en la serie desde el principio y conocerla tan bien y conocer a todos los guionistas, somos todos muy amigos. Pero a la vez ha sido muy duro, por la cantidad de trabajo y responsabilidad que conlleva, aunque compensa por lo gratificante que es tener el control de las tramas y de la versión final del texto que finalmente aprueba la cadena.
P: De todos los capítulos de la serie escritos por ti, ¿de cuál te sientes más orgulloso?
R: Pues yo creo que es el capítulo ‘Yo nunca he…’, el octavo de la tercera temporada porque al empezar mi carrera como guionista en este proyecto, me costó un poco arrancar. Carlos Montero me metió mucha caña en las dos primeras temporadas, aunque a la vez me ayudó mucho: perfilábamos juntos los guiones y los firmábamos conjuntamente. No fue hasta mitad de la segunda temporada que pude empezar a firmar en solitario, pero ‘Yo nunca he…’ fue el primer guión con el que me sentí plenamente satisfecho al acabarlo.
P: ¿Y hay algún personaje de la serie al que tengas especial cariño?
R: Bueno, al ser una serie tan coral y multitrama tenemos un montón de personajes. ¡En estos momentos hay 19 fijos! Por una parte están los personajes que han estado desde el principio como Yoli y Fer y, claro, llevamos tres años escribiendo sobre ellos, sabemos cómo hablan, cómo se van a comportar y les coges mucho cariño. Y de los nuevos, una vez que yo iba adquiriendo más responsabilidad en la serie, pues participaba de forma más completa en su creación. ¡Incluso los podía bautizar! Sentir que cada uno tiene una parte, aunque sea pequeña, aportada por mi, es muy satisfactorio.

«Marina, la nueva profesora de filosofía, es un personaje muy interesante que la actriz Cristina Alcázar ha hecho aún más complejo»

Carlos Ruano


P:
Y de los nuevos personajes que acabáis de incluir en esta quinta temporada, ¿cuáles nos deparan más sorpresas y de cuáles te sientes más orgulloso?
R: Pues de las nuevas incorporaciones estoy muy contento con Verónica y Marina. Marina, la nueva profesora de filosofía, es un personaje muy interesante que la actriz Cristina Alcázar ha hecho aún más complejo y puede que depare alguna sorpresa. Y de Verónica, bueno, ya en el papel el personaje molaba mucho, pero es que además Olivia Molina ha hecho un trabajo estupendo. Es un personaje complicado y ella lo ha captado a la perfección, su alegría de vivir, su desprejuicio, su encanto. Aunque no estés de acuerdo con ella, hace que te caiga bien.
P: ¿Te sientes más cómodo escribiendo las tramas de los profesores o de los chavales?
R: Física o Química se creó con el concepto de que, a veces, los profesores se comportan de manera más infantil que los chavales y viceversa; ésa era la gracia, queríamos evitar el típico cliché del profesor como la voz de la razón y el alumno perdido y descerebrado. Porque la vida no es así. Muchos profesores comienzan a trabajar recién salidos de la universidad con 24 años y les toca dar clase a chavales de 18, por lo que la diferencia de edad no es tan grande. Ese es el leitmotiv de la serie: tener que enseñarle a alguien cómo es la vida cuando tú aún ni siquiera lo tienes claro. Por eso tampoco creo que haya una gran diferencia a la hora de escribir las tramas para los adultos o para los chavales.
P: En ocasiones habéis tenido algún problema con la cadena para que os acepten algunas tramas. ¿Cómo vivís esa situación?
R: Bueno, en primer lugar hay que entender la realidad del mercado televisivo en España, aunque sea simplemente por la cantidad de espectadores. En EE UU cadenas como Showtime o HBO se pueden permitir hacer series muy específicas como Queer as Folk o The L Word porque hay suficiente público que las pueda respaldar. Aquí, de entrada, tienes que llegar a todo el mundo. Puede que esto cambie con la llegada de la TDT y la fragmentación de la audiencia pero, en estos momentos, las cadenas, que lo que quieren evidentemente es ganar dinero, no quieren espantar a ningún sector del público. En el caso de Antena 3 tengo que decir que son en general muy positivos y, sobre todo, muy dialogantes. Si algo les da miedo, pero se lo podemos justificar, entonces vamos para adelante. Y eso se ha demostrado en la serie, donde ha habido trios, sexo entre profesores y alumnos. En el fondo la cadena ha sido muy valiente, pero hay momentos que tenemos que descartar para no espantar a la gente. No podemos hacerlo absolutamente todo, pero yo estoy muy satisfecho con lo que nos han llegado a dejar hacer.

«Cuando se gestó la serie, el personaje de Irene iba a ser un hombre, un profesor gay que se enrollaba con un alumno. La cadena aceptó la relación profesor-alumno, pero tuvimos que cambiar al profesor por una profesora»

Carlos Ruano

P: ¿Puedes poner algún ejemplo de alguna trama que finalmente no hayáis podido sacar adelante?
R: Bueno, en algún momento sí nos han frenado, porque a veces se nos va un poco la pinza, aunque siempre es en pro de encontrar la trama más interesante y que llame más la atención. Todas las tramas que desarrollamos son, en el fondo, en torno al amor o el desengaño, son tramas de sentimientos, universales, pero intentamos darle un envoltorio lo más atrayente y, quizá, transgresor posible. Por ejemplo, cuando se gestó la serie, el personaje de Irene iba a ser un hombre, un profesor gay que se enrollaba con un alumno. La cadena finalmente aceptó la relación profesor-alumno, pero tuvimos que cambiar al profesor por una profesora. Luego no han tenido ningún problema con el personaje de Fer siendo gay y teniendo relaciones. Intentamos ir rompiendo barreras poco a poco.
P: Física o Química es una de las series de más éxito de Antena 3. ¿Cómo has vivido el éxito progresivo que ha ido teniendo en estos dos años?
R: La verdad es que he tenido muchísima suerte, teniendo en cuenta que el 80% de las series terminan cayéndose. Y el primer proyecto en el que empiezo a trabajar ya va por la quinta temporada y actualmente estamos escribiendo la sexta. Al principio hace mucha ilusión, pero luego a la larga te acabas acostumbrando. Recuerdo durante las dos primeras temporadas cómo los guionistas íbamos al quiosco a comprar la revista Loka a leer los reportajes que hacían ¡sobre los personajes que habíamos creado! Había un poco de orgullo paternal ahí. Fue un subidón los primeros meses. Pero luego terminas adaptándote.
P: Y ese fenómeno fan que mencionas con los reportajes en revistas y demás, ¿os influye de alguna manera en vuestro trabajo?
R: Sí y no. Al principio yo me metía mucho en los foros de Internet, porque mola mucho tener un feedback instantáneo de los seguidores de la serie, si un episodio gusta o no gusta, etcétera. Pero a la vez es un arma de doble filo. Internet, al ser un medio muchas veces anónimo, permite que la gente opine a veces sin crear una crítica constructiva. Hay ocasiones en las que nos han hecho críticas argumentadas, las hemos leído y hemos reconocido que algo no ha funcionado, que tienen razón. Pero hay otras que destrozan la serie porque sí. Y cuando lees 150 opiniones como esa te acabas cansando, así que hemos terminado por dejar de leer muchas de ellas.
P: De todo el plantel de actores que hay en la serie, ¿tienes trato con alguno o te cae alguno especialmente bien?
Adam  Jeziersky en 'Física o Química'R: Generalmente no tenemos especial trato con ellos, salvo cuando los guionistas vamos a plató a las lecturas técnicas. Son bastante majos todos. En mi caso personal, tengo bastante trato con Adam Jeziersky porque acabo de dirigir un corto con él y hemos trabajado estrechamente durante dos meses. La verdad es que el tío es un encanto. Te hablo de Adam porque es al que más conozco, pero todos son muy majetes.
P: ¿Qué pueden esperar los seguidores de Física o Química de esta quinta temporada que comenzó hace pocas semanas?
R: Cuando abordamos esta temporada nos dio la impresión de que en la anterior nos habíamos centrado demasiado en las tramas sentimentales y nos habíamos suavizado, así que en ésta hemos intentado volver un poco a los inicios, a la transgresión y los temas candentes de las dos primeras temporadas. Y otro tema muy importante es que presentamos a la clase de 1ºB, que va a ser el relevo generacional de los chavales, porque en la serie hacemos mucho hincapié en el tema de la edad de los actores. A pesar de lo que algunos opinen por ahí, nuestros chicos cuando empezaron tenían todos 17 o 18 años. No queremos que el público vea a un actor de 30 sujetando una carpeta. Nos esforzamos mucho en encontrar actores de la edad de los personajes, labor por cierto muy complicada. Andrea Duro (Yoli) comenzó la serie con 16 años. Y ahora han crecido y tienen que irse. Esta temporada acabará con la selectividad. Ese es un momento muy importante en la vida de todo estudiante y tenemos que tratarlo.

«Anatomía de Grey nos dio la clave para entrelazar las tramas profesionales con las sentimentales»

Carlos Ruano


P:
¿Qué otras series ves o te han servido de inspiración para Física o Química?
R: Veo muchas. Me encanta el sentido del humor de Mujeres desesperadas. No podemos hacer tramas tan locas como ellos, pero sí me gusta dar un punto de absurdo, porque la vida tiene su toque absurdo. Anatomía de Grey nos dio en el fondo la clave para entrelazar las tramas profesionales con las sentimentales. Luego, personalmente, a mi me encanta como maneja las tramas sentimentales The L Word que, al ser de Showtime, sí juega con ese punto transgresor al que nosotros queremos llegar con Física o Química.
P: ¿No os habéis inspirado en otras ficciones ambientadas en un instituto?
R: Pues la verdad es que no. Hombre, cuando empezamos pues sí hicimos un poco de investigación para ver lo que se había hecho hasta ahora. Yo ya había visto Al salir de clase en su momento. No había visto Compañeros y me vi algunos capítulos, pero no tenía nada que ver con el tono que buscábamos. De las extranjeras me vi Teachers, aunque tenía un humor más británico y más de sitcom. Incluso vi un poco de una que se llama Profesores de Boston, pero era estrictamente profesional, no jugaba nada con lo sentimental. Así que en el fondo no nos basamos ni inspiramos en ninguna de ellas, aunque nos etiqueten como los herederos de Al salir de clase o Compañeros. Intentamos crear un formato nuevo.
P: Antes has hecho una mención sobre tu labor como director de cortometrajes.
R: Bueno, he dirigido dos. El primero fue hace algunos años, antes de ser guionista. Se llamaba Dulces. Y acabo de dirigir ahora el segundo, que es un corto de terror con Adam Jeziersky e Israel Rodríguez que se iba a llamar Turno de noche, pero por lo visto ya hay un corto titulado así. Así que si a alguno de los lectores de TÍO OSCAR se le ocurre algún título, aceptamos sugerencias en los comentarios [risas]. Me encanta escribir, pero también me encanta dirigir porque es una válvula de escape. Me lo paso genial. Es otra forma de crear totalmente diferente a escribir. Controlas más todo el proceso y como creador me resulta mucho más completo e interesante.
P: Háblanos entonces de tus referencias cinematográficas como cineasta.
R: Yo soy muy friki. Veo todo tipo de cine pero me gusta especialmente el cine de terror. Tengo mogollón de pelis en casa. El dinero que no me gasto en ropa, ¡me lo gasto en películas o libros! Tengo debilidad por el cine de género. De hecho, ahora que se están empezando a hacer series de género en España, yo estoy contentísimo porque me parece que hacía falta. Me parece que se pueden contar cosas muy interesantes a través del cine de género y especialmente a través del terror.

«Me da mucha rabia cuando la gente generaliza y califica a todas las series españolas como cutres»

Carlos Ruano

P: Aunque ahora disfrutas del éxito con Física o Química, si te dieran libertad de hacer cualquier tipo de serie ahora en España, ¿qué te gustaría hacer?
R: Pues mira, si me encargaran por ejemplo el remake de True Blood en España sería el guionista más feliz del mundo. También hay bastante de Física o Química en True Blood. Ambas son muy descaradas, muy sexuales, pero con humor. No podría inspirarme en ninguna trama de True Blood para la serie, pero en el tono creo que son muy similares.
P: Desde tu punto de vista, ¿qué haría falta en España para alcanzar un nivel de producción creativo y de calidad como el de EE UU?
R: Bueno, esa es la pregunta del millón. En primer lugar creo que a nivel creativo, de talento, hay suficiente en España. Eso no creo que sea un problema. Y en cuanto a la calidad, me da mucha rabia cuando la gente generaliza y califica a todas las series españolas como cutres, cuando están muy bien hechas para los presupuestos con que cuentan, sobre todo si las comparamos con las producciones de EE UU. Porque el presupuesto es tiempo. Un episodio de Lost de 40 minutos pueden rodarlo en dos o tres semanas con segundas unidades y demás. Uno de Física o Química de 70 u 80 minutos se tiene que rodar en tan sólo 9 días. El dinero compra tiempo para poder hacer las cosas y hacerlas bien. Y luego, por la estructuración del prime time en España, no podemos contar historias de 40-45 minutos, que sería lo ideal. Tenemos que hacerlas de, como mínimo, 70 minutos. En cada capítulo tienes que escribir un guión casi de película. EE UU, al tener una población tan grande, tiene muy fragmentadas las franjas horarias de la televisión y puede permitirse realizar producciones más específicas. En el fondo creo que es un tema muy complicado y que daría para dedicarle un artículo entero. Pero en resumen, la falta de fragmentación de la audiencia que deriva en los ajustados presupuestos son los principales escollos que hay en nuestro país. Aún así, insisto en que aquí se realizan producciones más que dignas para las condiciones con que contamos.