'El discruso del rey' gana cinco premios BIFA

El enorme potencial de ‘El discurso del rey’

'El discurso del rey' lidera las candidaturas de los BIFA

Sin duda, los rumores y primeros espaldarazosEl discurso del rey tenían razón de ser. Vista la cinta de Tom Hooper, queda claro que va a ser una de las grandes contendientes de los próximos Oscar. Y no nos referimos a una entre las 10 nominadas, sino una muy seria aspirante en varias categorías principales, incluyendo mejor película.

Si había dudas sobre el perfil oscarizable de la hasta ahora gran favorita, La red social, esta producción de los Weinstein va a complicarle mucho las cosas. Sin ánimo de hacer una crítica detallada, sí diremos que la cinta es sólida, con una realización inteligente y poco academicista, con un guión preciso y sin ornamentos y unas interpretaciones soberbias. A todo ello se une una fotografía notable y, sobre todo, una dirección artística fuera de lo común. 

Colin Firth debe ser el gran favorito a mejor actor, después de que el año pasado se quedara a las puertas con A Single Man. Su Jorge VI es tan real (en ambos sentidos de la palabra) que se sale de la pantalla para inundar la sala. El papele de Helena Boham Carter, que interpreta a su esposa, es menos lucido. Aunque ella está fantástica, no tiene grandísimas ocasiones de lucimiento para poderla considerar de antemano la favorita. Otra cosa es Geoffrey Rush, que compone un profesor excéntrico e inolvidable. Si no ocupa la primera plaza de las quinielas será por atasco de candidatos, no por falta de méritos. 

También se puede considera aspirante principal en los apartados de guión original (tiene una estructura sólida y una buena evolución, pese a una concesión extraña en su parte final) y música: todo pinta que éste puede ser el primer Oscar de Alexandre Desplat. Hay ganas de verle subir al escenario del teatro Kodak. Y, sobre todas las cosas, debe ganar el Oscar a la mejor dirección artística: tan sólo el fascinante gabinete del logopeda merece el premio. Esta estatuilla viene acompañada muchas veces de la de vestuario y, en efecto, bien podría darse porque el trabajo de Jeanny Beavan es, una vez más, impecable. 

Sin ser ya la favorita, sería lógico verla competir por los premios de montaje y fotografía, dos trabajos muy ajustados, eficaces y discretos. 

Curiosamente, la principal dificultad a estas alturas es visualizar el nombre de Tom Hooper entre los cinco candidatos a mejor director, dado que hasta ahora se ha centrado en trabajos para la televsión y su anterior largo, The Damned United, resultó algo fallido. Pero dado el alto número de nominaciones de que a en seguro logrará, es fácil supone que el efecto arrastre permitirá a Hooper superar este handicap inicial. 

Sólo falta por ver si El discurso del rey poodrá lucir una cifra de dos dígitos al lado del letrero “nominaciones a los Oscar”.