Ni un tipo serio en las nominaciones a los Goya

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Álex de la Iglesia trata de recontar las nominaciones de cada película / Vídeo: Fran López

Creo que la escena que aparece en este vídeo no necesita muchos comentarios. Habrá a quienes les parezca simpático ver al presidente de la Academia en el acto de lectura oficial de las nominaciones a los Goya confundir el número de candidaturas de cada película («Celda, 15″; «Gordos, 7″; cuando eran 16 y 8). Menos mal que Álex de la Iglesia es un hombre con un sentido del humor que le permitió salvar la situación dignamente. Pero a mí, que soy un purista, lo sé, me da un poco de vergüenza.

Mención especial merece el notario, Luis Rueda. Lleva años ocupándose de los Goya y estoy seguro de que maneja bien el tremendo aluvión de cartas con votaciones. Pero este año se ha lucido. «Es lo que he contado hace tres minutos», se le oye explicar en esta secuencia. Igual debería haberlo hecho en su oficina el día antes porque su error ha provocado una situación bastante grotesca.

Pero hay más. Ya sabéis, el lío de El cónsul de Sodoma y su candidatura fantasma. En el vídeo de la lectura se puede comprobar que se la anunció como nominada a mejor dirección artítica. Inmediatamente después, se entregó a los periodistas una fotocopia de una lista de nominados con el sello de la Notaría. Aproximadamente media hora después, un redactor de TÍO OSCAR oyó un comentario fugaz entre dos personas de la organización sobre que iban «a quitarle» una candidatura a la cinta. Poco después, una fuente de la Academia nos confirmó, efectivamente, que había un error en la lista de candidatos y que se enviaría una nota explicándolo. Finalmente, en la relación de nominaciones que se mandó por correo electrónico, aparece El secreto de sus ojos y una llamada a pie de página que dice así:

«La misma persona no puede figurar como candidata por más de una película en la misma categoría, como especifican las normas de los premios en la base 40, apartado f. Por esa razón, tras la lectura pública el notario revisó los votos correspondientes a la categoría de Dirección Artística, en la que se repetía el nombre de Antón Laguna (por Celda 211 y por El cónsul de Sodoma). Tras la revisión, Marcelo Pont sustituyó a Laguna y El secreto de sus ojos pasó a ocupar el lugar de El cónsul de Sodoma (que era, en la que Antón Laguna, obtuvo menos votos).»

Nada que objetar a la decisión (aunque discrepe profundamente de la norma) pero, desde luego, creo que las formas merecen nuestra descalificación. Esa candidatura nunca se debió anunciar porque la imagen que proyecta la Academia emitiendo una rectificación a las pocas horas de anunciar sus candidaturas es de una falta de seriedad grave. Esta misma percepción la tuve el año pasado con aquel rescate del Goya perdido organizado por Pedro J. y su diario, cuando la institución reaccionó de una manera lánguida y desconcertada.

Bien esta lo que bien parece. Pues a ver si alguna vez lo logramos.