Goyatlón 2015: Mejor diseño de vestuario

Variopìnta categoría la de diseño de vestuario este año. Como ya hemos comentado en otras ocasiones la función básica del vestuario es amplificar la intención dramática de la película y ayudar a su ambientación. Categoría peculiar en el caso de la Academia española pues ante la ausencia de grandes producciones de época -que suelen ser muy apreciados por su costosa elaboración y resultar especialmente vistosos- o musicales/películas de fantasía -que permitan desarrollar diseños extravagantes y cautivadores- el peso de la categoría recae especialmente en producciones, más o menos, contemporáneas.

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Armaveni Stoyanova por Autómata

La diseñadora búlgara Armaveni Stoyanova se estrena con su primera nominación al Goya por la única película que se sale del drama para meterse en la ciencia ficción en esta coproducción entre España, Estados Unidos y Bulgaria. Este thriller futurista ambientado en una Tierra cada vez más afectada por la desertización, contiene un vestuario en la línea de su factura visual, a la vez nítida y sucia. Líneas muy limpias, donde destacan los trajes usados por el protagonista, sencillos, asépticos, aderezados siempre con una capa de plástico que protege del polvo del desierto. No hay nada especialmente destacable, pero sin duda, el vestuario sirve para definir la línea de argumentación de la película. Muy pocas opciones de victoria a no ser que quisieran recompensar a Autómata, aunque sus tres nominaciones ya parecen suficiente recompensa.

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Tatiana Hernández por El niño

Nos encontramos aquí ante una veterana de la categoría. Tatiana Hernández consigue ya por su cuarta nominación, habiendo conseguido uno en 2011 por el vestuario de Lope y habiendo estado en la pasada edición por Los amantes pasajeros. Un trabajo en la película de acción dirigida por Daniel Monzón que, si bien correcto y adecuado, no hay nada llamativo, si bien es verdad que la ambientación temporal de la película no ayuda a realizar grandes alardes en este terreno. Si ha conseguido saltar a la palestra probablemente ha sido por el efecto arrastre de la película que verdaderamente ha gustado a los miembros de la Academia. No hay mucho que comentar: anodino pero eficaz.

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Fernando García por La isla mínima

Otro que repite es Fernando García, que ya fuera nominado por su anterior colaboración con Alberto Rodriguez en Grupo 7, una relación que dura ya años pues también fue el encargado del vestuario de After o 7 vírgenes, del mismo director. Su trabajo aquí no resulta especialmente innovador. Aún así, el vestuario en La isla mínima cobra especial fuerza, como vemos en los trajes de los Guardias Civiles o en los trajes de los protagonistas, desde unos vaqueros desgastados a corbatas con estampados, en tonos beige y marrones que acompañan a las marismas, protagonistas de la película. Un sólido trabajo, ayudado por una gran fotografía y que puede suponer un premio más para la abundante lista suponemos tendrá La isla mínima.

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Cristina Rodriguez por Un puñado de besos

Tercera nominación para Cristina Rodriguez tras las conseguidas por El cónsul de Sodoma y 3 bodas de más, en la edición pasada. Una candidatura que rechina un poco para una película que no ha destacado en ninguno de sus aspectos. Centrándonos en su diseño de vestuario, no se puede comentar nada negativo: es joven, fresco y dinámico, como sus jóvenes y atractivos protagonistas. Abundan los shorts, minivestidos, amplias chaquetas, botas y camisetas ajustadas. Un look perfecto para la generación Instagram. Y en verdad los protagonistas están bien definidos a partir de su indumentaria. Por otra parte y en un tono más negativo, el vestuario no aporta mayores matices y no se sale de lo que podríamos encontrar en cualquier revista de tendencias. Es un buen diseño pero no aporta nada al contexto ni al trasfondo de los personajes ni de la película. Más que improbable victoria.

Ganará: La isla mínima

Debería ganar: La isla mínima
Molaría que ganara: Por un puñado de besos