‘Transformers: La era de la extinción’, exceso sin límites

Tres años de descanso se había tomado Michael Bay para realizar la siguiente entrega de la saga Transformers, una saga que empezó en 2007 y que este año estrena su cuarta entrega: un reboot situado cuatro años después de los incidentes de Chicago de la última entrega y que esta vez está protagonizada por Mark Wahlberg, Nicola Peltz y Jack Reynor. En Transformers: La era de la extinción tanto los Autobots como los Decepticons han desaparecido de la faz de la Tierra. Sin embargo, algunos siguen escondidos en nuestro planeta debido a la política de persecución que el gobierno ha desarrollado tras los incidentes de Chicago. Un Autobot acaba en  el garaje de Cade Yeager (Mark Wahlberg), un mecánico inventor que vive con su hija (Nicola Peltz) en Texas. Por ahora, nada nuevo.

Es incuestionable que Michael Bay es uno de los directores de cine de acción más prolíficos del panorama actual, y que de su cabeza han salido dos de las películas cumbre en los años 90 de este tipo de cine: La Roca (1996)  y Armageddon (1998). Pero lo que tampoco se puede negar es que su cine, excepto casos puntuales, con el paso de los años se ha vuelto extenuante hasta límites insufribles.  Y fue precisamente con la saga Transformers donde el cine de Michael Bay alcanzó una grandilocuencia excesiva.

Pero todo esto es un problema de base en toda la saga. No solo en Transformers: La era de la extinción, que comienza ofreciéndonos la mejor hora y media de toda la saga, y que termina excediéndose en todas y cada una de sus tramas y en el deseo de Bay de abarcar más de lo que puede controlar. Pese a sus puntos positivos, como Mark Wahlberg, una crítica a ciertas políticas gubernamentales y la incorporación de los Dinobots, Bay estira la cinta tanto que vuelve una primera hora y media sensacional en una mera ilusión de lo que pudo haber sido este reboot.

Precisamente la duración de todas las películas de la saga ha sido uno de sus principales problemas. Transformers: La era de la extinción se une a las anteriores con una duración (excesiva) de 165 minutos, dos horas y cuarenta minutos que a medida que avanzan se vuelven cada vez menos interesantes (exceptuando una frenética persecución en un edificio en Hong Kong) y que terminan dejándote agotado del último espectáculo que ese gran director de cine de acción venido a menos ha rodado.

Transformers: La era de la extinción se estrena el 8 de agosto.