Spike Jonze: «Her’ sólo trata del reto de conectar con alguien»

Ni crítica al avance sobre la inteligencia artificial, ni un retrato de la sociedad actual, ni nada que ver con el amor libre o cualquier otra cosa que se le parezca. Her es, ni más ni menos, «la historia de dos personas que intentan conectar y sus problemas para hacerlo». Una historia sobre las relaciones de pareja y sus complejidades. Esa es la conclusión a la que se llega tras veinte minutos de charla con Spike Jonze, padre de la criatura.

El director, poco amigo de todo lo que conlleva la campaña promocional de las películas, ha estado en Madrid hablando de la lo que es y lo que no es Her. Ante preguntas del tipo «¿No se planteó indagar más en el tema de los robots?» o «¿Es Her un reflejo de la sociedad a la que nos encaminamos?’ se mostró tímidamente sorprendido. “No era mi intención”, respondía en la mayoría de los casos. Porque, el verdadero objetivo de Jonze con Her era la de trasladar a la pantalla la historia de Theodore (Joaquin Phoenix), un escritor de cartas ajenas que encuentra en un sistema operativo de nombre Samantha (Scarlett Johansson) a su alma gemela. En ella haya esa comprensión y complicidad que toda pareja debería tener. “Sólo quería escribir sobre dos personas que intentan conectar”, añade.

Si es hacia donde camina la sociedad de hoy en día, a un mundo donde un sistema operativo puede llegar a suplir a un amante, eso ya es cuestión de cada uno. Jonze insiste en que su intención nunca fue la de reflejar más que una relación romántica, «el reto de conectar con alguien». De ahí que pese a que Samantha no deja de ser un sistema operativo, un asistente personal virtual, la sensación generalizada una vez superadas las presentaciones es que es una persona de verdad. Ese es el trato que siempre le dio Jonze al personaje, desde la primera línea del guión, del que es autor y por el que está nominado al Oscar.

El de Samantha es un papel complicado de interpretar porque debe construirse con la voz. No tiene cuerpo y, por lo tanto, Johansson no aparece en ningún momento en la pantalla. Aún así, la protagonista de Lost in Translation logra crear un personaje sólido y corpóreo a su manera en una interpretación que algunos ya consideran la mejor de su carrera hasta la fecha. ¿Debería haber sido tenida en cuenta en la carrera de los Oscar? Jonze prefiere no pronunciarse al respecto. “No estoy seguro, no sé como juzgarlo, a mí me encantó lo que hicieron”, responde tanto en el caso de Johansson como en el de Joaquin Phoenix, quien también se ha quedado fuera de las nominaciones.

El director y guionista de Her reconoce que dar con la actriz apropiada no fue fácil. “Es una labor de casting complicada. Vimos a 30 actrices porque es un trabajo enorme que debe transmitirse a través de la voz”, explicaba. De hecho, Johansson no fue su primera opción. La actriz que grabó todas las escenas junto a Phoenix como una voz en su oreja fue Samantha Morton. Una vez en postproducción, Jonze no estaba convencido con el resultado y decidió sustituir a una por otra. Él elude dar más detalles y pasa de puntillas sobre el tema. “Prefiero no entrar en detalles para honrar a ambas”, asegura.

En Her también hay mucho trabajo de fotografía, vestuario, peluquería y escenarios. Tiene una ambientación a la vez futurista y retro. El director de Donde viven los monstruos lo explica argumentando que “la Historia y la moda son cíclicas”. De esta manera, decidieron apostar por recuperar los años veinte hasta cierto punto. De ahí esos bigotes, esos pantalones o el hecho de que el protagonista principal se llame Theodore. Después le añadieron un toque más moderno jugando con la paleta cromática y eliminando corbatas, cinturones y los “logos de la ropa”.

El momento más divertido de la charla fue al preguntar a Jonze sobre el hecho de que el asistente personal conocido como Siri, el equivalente a Samantha en Apple, tenga una opinión tanto de la película como de su rival ficticio. “Siri es muy competitivo con Samantha. Tiene razones para sentirse intimidado”, bromeó.