Un correcto drama familiar con ecos políticos arranca la semana de Málaga

La programación de Málaga ha decidido que empecemos la semana con menos carga audiovisual: Esta mañana solo una cinta a concurso se ha proyectado en la pantalla del Teatro Cervantes, Tiempo sin aire, el regreso al certamen de la talentosa pareja de directores Andrés Luque y Samuel Martín, que ya presentaron aquí la divertida Agallas, protagonizada por Carmelo Gómez y Hugo Silva; y que en esta ocasión, bajo el auspicio de Gerardo Herrero, presentan la historia de una madre colombiana que llega a España con su hijo para encontrar al asesino paramilitar de su hija cuando conoce a un psicólogo infantil que trata a su hijo en el colegio y cuya existencia cambia al conocerla.

Los buenos productores siempre dejan un sello en sus producciones que no necesariamente es perceptible para el espectador. Gerardo Herrero, con su interminable y envidiable historial de producciones a un lado y otro del charco, es uno de esos productores, y Tiempo sin aire es, tras Felices 140, de reciente estreno, la última cinta con sello del productor, que tendrá su estreno el próximo 30 de abril. Con menos audacia y frescura que en su anterior trabajo, los directores firman un comedido drama familiar cuyo único lastre, por el desconcierto que genera, es la presencia de Carmelo Gómez como personaje coprotagonista. Juana Acosta cumple con creces y lleva el timón de un relato con mucho más potencial del que se saca y que combinado al brío con el que ya supieron sorprendernos los directores, da la sensación de que el potencial de la película era mucho más del que ha resultado ser.

Correcta en ejecución y forma, Tiempo sin aire tiene la ventaja (y el inconveniente) de no ser muy arriesgada en forma y fondo, lo cual consigue que el resultado sea una correcta cinta que no luce especialmente en la sección oficial, pero mantiene un cierto nivel. Desde la platea, seguimos esperando sorpresas en esta sección oficial.