¿Será candidato todo lo que reluce?

El desfile está llegando a su fin: han pasado los carromatos de los críticos y las carretas de los gremios y ya se avista en el horizonte la carroza de las nominaciones de los Oscar. Todos estamos preparando nuestros vaticinios sobre quiénes van en ahí subidos pero para no errar el tiro es conveniente tomar en cuenta algunas particularidades. Por un lado, poque la Academia vota sus candidaturas de una forma muy especial; por otro, por la influencia que tienen sobre sus votantes los galardones anteriores. Y no siempre en forma positiva.

Por partes. Ya hemos comentado aquí que este 2007 está resultando un destilado de los cambios que se han producido en los Oscar a lo largo de los últimos 15 años en el que, a grandes rasgos, las obras de autor han sustituido a las producciones de los grandes estudios. Ahora, además, podría convertirse en la primera ocasión en que ninguna de las dos ganadoras del Globo de Oro a la mejor película (Expiación en drama y Sweeney Todd en comedia o musical) fueran candidatas al Oscar a la mejor del año.

En efecto, si aceptamos como válida la regla de que las nominaciones de los premios de los gremios adelantan con relativa precisión las de los Oscar, ambas cintas estarían fuera después de que apenas se hayan hecho hueco en estos galardones: Expiación sólo compite en los de los directores de fotografía y dirección artística y Sweeney Todd opta únicamente a los de dirección artística y montaje.

Aún así, hay que tener en cuenta que la coincidencia de los gremios y los Oscar puede situarse, en términos muy generales, entorno a cuatro aciertos sobre los cinco nominados de cada categoría. Hay espacio, pues, para que el error beneficie a una de las dos excluidas.

Y lo que es más importante: también hay sufucientes votantes. El perfil de los electores de los gremios no es el mismo que en la Academia. En primer lugar, son muchos más los que votan en los sindicatos y ese exceso numérico se centra, sobre todo, en los miembros más jóvenes de la comunidad de Hollywood, lo que puede explicar el amplio apoyo a propuestas más contemporáneas como No es país para viejos o Pozos de ambición y la poca querencia por el género musical, que habría dejado fuera a Sweeney Todd. Por otro lado, la Academia tiene un número cada vez más importante de miembros extranjeros, la mayor parte de ellos británicos lo que, en principio, beneficiaría a Expiación.

Otro dato muy relevante a tener en cuenta es que las votaciones para las nominaciones de los Oscar se produjeron la semana pasada, en los días en que se conocía la noticia de que los gremios apoyaban masivamente a los Coen, PT Anderson, Gilroy y Schnabel. La influencia en la Academia de las candidaturas de los sindicatos ha resultado definitiva en los últimos años. Pero esta vez se da una circunstancia nueva: en ocasiones anteriores los gremios introdujeron pocas novedades en la carrera y sus apoyos se repartieron entre las películas que ya eran favoritas. En esta ocasión, sus nominaciones han ignorado a los grandes títulos y han optado de forma mayoritaria por el cine de autor.

Sin duda los votantes de los Oscar lo han tenido en cuenta al rellenar sus papeletas. Pero no sólo para votar por esas películas. También para hacer lo contrario: viendo la falta de apoyo a Expiación o a Sweeney Todd, puede haberse producido un efecto llamada a la inversa y haber apoyado a los candidatos que, según los gremios, estaban fuera. Sería justo lo opuesto a lo que ocurrió el año pasado con Dreamgirls: ante la certeza de que estaría entre las nominadas a mejor película (la cinta sí recibió un apoyo generalizado en los sindicatos) el voto se desplazó a otros títulos dejando al fin a la película de Bill Condon fuera de las principales nominaciones.

Por último, y directamente relacionado con la idea anterior: el sistema de voto de los Oscar con sus papeletas preferenciales hace resulten candidatas las películas que reciban, no el mayor número de apoyos, sino el mayor número de votos en primer (o segundo) lugar de preferencia. Ante esta circunstancia, cabe pensar que los votantes de No es país para viejos, Pozos de ambición y La escafandra y la mariposa son los mismos (o casi) y que el recuento pocas veces llega a la película que figura en tercer lugar. Para resultar nominada no hay que tener un apoyo generalizado sino un grupo de admiradores entregados que voten por ese título en primer lugar. Detectar cuáles son los cinco títulos que tienen tanto nivel de apoyo es la clave para acertar en la quiniela de los Oscar.