Repaso a las canciones de los Oscars (1950-1969)

En este tercera entrega sobre las canciones de los Oscars, repasaremos dos décadas plagadas de grandes canciones que marcaron la edad de oro de los musicales. Si bien muchos de ellos eran adaptaciones de Broadway, y por tanto al no ser originales, no podían competir en esta categoría, se hicieron multitud de canciones originales. Divas como Audrey Hepburn o Julie Andrews se convirtieron en las estrellas del musical.

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‘Whatever Will Be, Will Be (Qué será, será)’ de El hombre que sabía demasiado (1956)
Compuesta por Jay Livingston y Ray Evans

Fue el tercer Oscar para este duo de compositores que ya ganó en 1948 y 1950. La gran Doris Day, nominada al Oscar a la mejor actriz por Confidencias de medianoche (1959), interpretaba esta canción que luego se convertiría curiosamente en la melodía insignia de su propio show televisivo, The Doris Day Show. La película contaba una historia de espionaje en la que una pareja sufre el secuestro de su hijo en pleno Marrakesch. El hombre que sabía demasiado es una de las cintas más emblemáticas de Hitchcock cuyo compositor fetiche, Bernard Hermann, siempre fue ninguneado constantemente por la Academia. Ni siquiera le nominaron por Vértigo. Paradójicamente, las canciones sí funcionaron entre los votantes.

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‘Moon River’ de Desayuno con diamantes (1961)
Compuesta por Henry Mancini y Johnny Mercer

La canción, hoy un mito del cine, la cantaba Audrey Hepburn en la película. En ella, se narraba la amistad entre una chica de la alta sociedad, Holly Golightly, y Paul Varjak, un escritor en ciernes que vive en su mismo edificio. La canción se convirtió en la perla de la carrera de Andy Williams, que tuvo la fortuna de cantarla en la ceremonia de los Oscars en 1962. También supuso un relanzamiento de la carrera de Johnny Mercer, tras sus dos Oscars por The Harvey Girls (1946) y Aquí viene el novio (1951). Su carrera se había visto muy apagada por la introducción de nuevos sonidos populares como el rock o el jazz. ‘Moon River’, por la que también ganó el Grammy, le cambió la vida hasta el punto de que su pueblo natal en Georgia fue renombrado en su honor con el nombre de la canción. Su suerte realmente cambió porque al año siguiente volvería a ganar el Oscar, el cuarto ya, por ‘Días de vino y rosas’. La música también corría a cargo de un legendario, Henry Mancini, que tuvo una excelente carrera avalada con 18 nominaciones y cuatro Oscars, entre ellos, la partitura instrumental de Desayuno con diamantes y la adaptación musical de Victor y Victoria (1982). Como curiosidad, la canción también la canta el niño al padre Manolo en la almodovariana La mala educación.

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‘Chim Chim Cher-ee’ de Mary Poppins (1964)
Compuesta por Robert B.Sherrman y Richard M. Sherman.

La canción, uno de los clásicos infantiles de todos los tiempos, formaba parte de un conjunto de canciones que todas juntas consiguieron también el Oscar a la mejor partitura de canciones. La idea de la pieza nació de un boceto de una chimenea creada por el guionista Don DaGradi quien explicó a los músicos la antigua profesión británica de deshollinador. Esta anécdota inspiró a los Sherman para componer una canción que ya es un clásico de los musicales. La película (¿quién no la ha visto?) es una divertida y mágica comedia en la que una sorprendente niñera viene a una casa tradicional a cuidar a unos niños revoltosos. Junto a ella aprenderán las lecciones de la vida a través de la risa. La cinta, dirigida por Robert Stevenson, tuvo la mala pata de topar en los Oscars con My fair lady que se llevó los premios principales excepto el de mejor actriz. Premio que consiguió curiosamente Julie Andrews por Mary poppins dejando en la cuneta a Audrey Hepburn que hacía de Eliza en My fair lady, personaje que interpretó la propia Julie Andrews en los escenarios y por el que luchó en el cine. Mary Poppins también se llevó los Oscars de mejor montaje, partitura de canciones, efectos visuales, y por supuesto, el de canción.

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‘Thoroughtly Modern Millie’ de Millie, una chica moderna (1967)
Compuesta por James Van Heusen y Sammy Cahn

Esta divertidísima canción pertenecía a una dicharachera comedia musical protagonizada por Julie Andrews y dirigida por George Roy Hill. Millie Dilmount (Julie Andrews) interpreta a una miedosa chica de Salina, Kansas, que llega a la ciudad decidida a vivir con libertad su vida en los felices años veinte. La disparatada película fue todo un éxito musical inspirando incluso un musical en Broadway. En el plano cinematográfico, consiguió seis nominaciones al Oscar: mejor actriz de reparto (Carol Channing, que sí se llevó el Globo de Oro), dirección artística, diseño de vestuario, sonido, adaptación musical, partitura y canción. Al final, sólo se llevó el Oscar para la mejor partitura, de Elmer Bernstein. Curiosa elección la de la Academia pues la composción de Bernstein sólo la podemos escuchar en determinados fragmentos de la película. Un filme que precisamente se hizo conocida por sus canciones, adaptadas por André Previn, y que eran versiones de melodías de los años diez y veinte del siglo pasado. ‘Thoroughtly Modern Millie’ perdió el Oscar ante la genial ‘Talk to the Animals’ del Doctor Doolittle. Curiosamente en la gala de los Oscars, no fue interpretada por Julie Andrews sino por Angela Lansbury, reciente ganadora del Tony de teatro.

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‘Raindrops Keep Fallin’ on my Head, de Dos hombres y un destino (1969)
Compuesta por Burt Bacharach y Hal David

La mítica pareja interpretada por Paul Newman y Robert Redford interpretaban aquí a Butch Cassidy y Sundance Kid, un duo de pistoleros de Wyoming, se embarcan en loco un viaje hasta Bolivia. La película fue nominada al Oscar al mejor film, director (George Roy Hill), y se llevó los de guión original, sonido, partitura y canción. Curiosamente ningún miembro del reparto fue tan siquiera nominado y eso que tanto Redford como su actriz Katherine Ross ganaron el BAFTA. Burt Bacharach fue investido triunfador musical de aquella edición, un ejemplo más de cómo el éxito de una canción arrastró a los votantes a premiarla en todas las categorías musicales.  Anteriormente había estado nominado por las canciones de ¿Qué tal, gatita? (1965), Alfie (1966) y Casino Royale (1967). Volvió a ganar la estatuilla por la canción de Arthur, un soltero de oro (1982).