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Alexandre Desplat empalaga con ‘Chéri’

2009-05-21-cheri{mp3}intermezzo/FlowerTunnel{/mp3} Chéri
Compositor: Alexandre Desplat
Sello: Varèse Sarabande
Año: 2009
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3notitas

Chéri es una comedia de época, dirigida por Stephen Frears y protagonizada por Michell Pfeiffer, Rupert Friend y Kathy Bates, que diserta sobre la diferencia de edad en el amor. La película supone una nueva colaboración entre el director británico y el compositor francés tras La reina. Tras su tímido y limitado estreno, no parece que Chéri consiga las mismas cotas de éxito y premios. Las únicas esperanzas viables en los Oscar parecen ser el diseño de vestuario de Consolata Boyle (la Academia últimamente se pirra por las películas de féminas con vestidos cortesanos: María Antonieta, Elizabeth: La edad de oro, La duquesa) y la propia Michelle Pfeiffer, a quien todo el cine le está reclamando un regreso en condiciones. La cinta se estrenará el 6 de noviembre en España.

Con respecto a la música, La reina fue un digno precedente en el que Desplat, muy inteligentemente, construía un score rítmico y minimalista, caracterizado por sus estridencias musicales rimbombantes. El resultado, por tanto, era una partitura que subrayaba la tensión del momento y sobre todo, el cinismo de la Casa Real Británica. Un acierto en la concepción que la colocó en la carrera por el Oscar, pese a que había conseguido el Globo de Oro con otra, El velo pintado. Este año continúa su senda del pluriempleo (creo que es el compositor en activo que más partituras hace al año) ya que tiene de momento confirmadas Coco, de la rebeldía a la leyenda de Channel (de la que pronto sacaré reseña y cuyo título en español es odioso), En el origen, Un profeta (ambas, francesas, y en la Sección Oficial de Cannes), Julie y Julia, Fantastic Mr. Fox y la secuela de Crepúsculo, Luna nueva. Quel stress!

Premios aparte, Chéri, supone una continuación de método con La reina. Obviamente al no tratarse en absoluto de un argumento parecido la música no cuaja y la sensación de estar ante una cosa repetida y manoseada es evidente. Chéri es un compendio de argucias musicales, muy bien ingeniadas pero que ésta vez, al estar a un nivel un poco más bajo, no compensan la carencia de sentimientos y fuerza de una partitura que llega a hacerse cansada pese a tener no pocas aptitudes instrumentales.

La composición se abre con el tema ‘Chéri’, una bufona melodía, muy similar a la de La reina, sustentada en una repetitiva secuencia a piano, elemento central de las composiciones de Desplat. Un exquisito divertimento que pronto se torna en vacuo cuando han pasado los cuatro minutos de escucha. El vals, otro elemento típico del autor, no tarda en aparecer con ‘The Flower Tunnel’, un elegante pasaje que se va repitiendo (quizás en exceso) a lo largo de la partitura. Sin descuidar su prestada elegancia, el vals, que antaño nos fascinaba en Birth, El velo pintado o El curioso caso de Benjamin Button, empieza a cansarnos. ¿Será que no hay otros recursos musicales en el cine que el vals? No se puede hacer uno por película porque acabas aburriendo al personal. Y más si es como éste, cuyo minimalismo y lentitud quitan toda la fuerza a un tema que orquestado como Dios manda, y con mayor espectacularidad, hubiera quedado de cine. Siguiendo la estela de lo intimista, Desplat se las arregla para crear muchos temas, de digna estructura melódica, como ‘To biarritz’, pero que en manos de su creador se despiertan en una forma apagada por las ganas de éste de seguir fiel a su estilo tan característico. Una pena porque hay temas geniales pero el tono de la partitura hace que nos durmamos y que pensemos que pese a ser distinto, ésto se lo hemos escuchado mil veces a Desplat.

'Cheri'En general, estamos ante una composición con mucha variedad temática pero bastante homogénea en el tono. Un tono que no aporta nada nuevo sino que reincide en manierismos y muecas musicales del compositor. Sus incondicionales pueden quedar satisfechos con una nueva clase del ‘Manual de Truquitos Musicales, cortesía de Desplat’ pero quienes entendemos el cine como un arte imprevisible y dinámico le pedimos un nuevo esfuerzo para enfocar nuevos trabajos. El compositor debe abrirse a la versatilidad estilística si no quiere seguir estancándose. No digo que no pueda tener su propio estilo, los grandes como Williams o Goldsmith, los cazabas con un par de notas. Pero es que el estilo de Desplat no es un estilo, es la aplicación de tres o cuatro recursos originales. Es cierto que a muchos nos fascinó con su inteligencia musical y su peculiar efectividad a la hora de combinar clasicismo y minimalismo, pero estas aportaciones tienen ya unos años y no ofrecen recetas para horizontes permanentes.

Pero por encima de todo, Desplat tiene que dejar de evitar enfrentarse a la emoción pura de los personajes. Cuando escuchamos la desgarradora melodía de John Williams en La lista de Schindler pensamos en los miles de judíos que sufrieron pero cuando escuchamos a Desplat sólo prestamos atención a la belleza de sus maquinadas piezas, no al sentido de a quienes están dirigidas. Hay compositores con una raíz emocional muy fuerte pero con más dificultades para la creación temática. Suelen ser la mayoría, por dar un ejemplo, Christopher Young. Y luego están algunos como Dario Marianelli, que me pone el vello de punta y el ojo hasta la lágrima en Expiación, ya que te transmite toda la amargura, desazón, dolor y amor del personaje de James McAvoy. Pero también lo hace a través de variados y fluidos temas. Por eso su Oscar fue muy merecido. Lo raro es lo que le pasa a Alexandre Desplat, que es justo lo contrario. Compone unas melodías estupendas pero no es capaz de dotarlas de significado emocional y quedan huecas y planas.

No digo que Chéri no tenga pasajes especialmente bellos, líricos y significativos, pues la elegancia de esta partitura es altamente valorable. Su tema principal es hermoso y en parte, salva toda la composición. No sólo eso, la ejecución de las piezas, su sobriedad, el talento creativo de Chéri es alto. Sin embargo, su eficacia y su lugar dentro de la filmografía del compositor es incómodo, por ser precisamente la última de otras muchas muy parecidas. No deja de ser otra repetición más de ‘eso que tan bien se le da hacer’. Por poner un ejemplo, su tema principal, Chéri, que tiene el mismo título que la película, no me está diciendo nada de cómo es el personaje de Michelle Pfeiffer, y sobre todo, no me lo distingue para nada del de la Reina de Inglaterra. Una lección que también debería anotar Paul Cantelon (Las hermanas Bolena, W.) Y es que ya es hora de que Desplat demuestre si es capaz de compararse con los grandes o no.  

Pistas:
1. Cheri (4:16)
2. The Rose Acacia (2:53)
3. The Wedding (6:52)
4. First Kiss (2:22)
5. Flower Tunnel (2:03)
6. To Biarritz (4:07)
7. 6 Years Later (2:36)
8. Return Home (4:04)
9. Lea’s Solitude (1:14)
10. All Goes Well With The World (2:50)
11. Orphans (1:07)
12. Pleasure And Happiness (2:56)
13. Les Courtisanes (1:35)
14. Beautiful Handles (2:34)
15. An Old Woman (5:01)