
El estilo teatral y de altos niveles metafóricos de Claire Denis adquiere altura y ambición. En esta ocasión, dentro de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, la directora francesa nos lleva a África, a Sudán del Sur, y con su estilo adusto, y lleno de imágenes de gran poder expresivo y metafórico fabula sobre el fin del dominio del hombre blanco y las grandes esperanzas que deposita en la ternura y la vulnerabilidad de la mujer y la dignidad de los nativos de las colonias esquilmadas por él.
Una obra, no se sabe muy bien de qué, está protegida del exterior mediante unas alambradas vigiladas por hombres armados que se comunican entre sí mediante gritos en lengua vernácula. Dentro, en unos contenedores de transporte habilitados como vivienda, viven un ingeniero y un capataz. Un incidente que acaba con la vida de uno de los trabajadores sudaneses de la construcción y la llegada de la joven esposa del ingeniero van a transformar para siempre su vida y su relación.
En medio de una tierra roja semidesértica y un escenario desapacible y poco amable, las dos imponentes presencias masculinas occidentales -Matt Dillon y Tom Blyth- y la relación brutal y de dependencia con tintes homoeróticos que se establece entre ellos contrasta con la fragilidad de Mia McKenna-Bruce, que se convierte en observadora del desastre, y la presencia sobria y espectral, casi totémica, de Isaach de Bankolé en los márgenes, reclamando lo que es suyo: el cadáver de su hermano para llevárselo a la familia, que también se sugiere como una reclamación sobre el lugar y la tierra. Las imágenes son potentes en expresividad, tanto en las relaciones entre los personajes -diálogos sobrios, frases cortas- como en las de recurso de paisajes y animales, como esa entrada de un rebaño de cebúes en la obra cuando la alambrada se rompe, o las bandadas de buitres que acechan un cadáver enterrado en la tierra roja.
Como en anteriores películas, es la fuerza de las imágenes la que se apodera del espectador en una historia aparentemente simple que funciona mejor como alegoría que como narrativa realista.

