OSCATLÓN 2012: Película del año

OSCATLÓN 2010: Película del año

Concluye aquí el análisis de los candidatos a los Oscar de este año, echando la mirada a las diez películas que compiten por el premio a la mejor del año. La calidad de la selección ha quedado muy lejos respecto de la anterior ocasión en que compitieron un decena de títulos, en 1939, pero aún así, se puede decir que este 2009 ha sido un año interesante en el que hemos visto cobrar un nuevo impulso a la cienca ficción, dar otra vuelta al cine bélico, comprobar la madurez del cine indie y, sobre todo, la llegada del 3D.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Avatar

James Cameron y Jon Landau, productores

Samuel Pérez
¿Qué hacer en los Oscar con la película con mayor recaudación de la historia? Estaba claro desde su estreno a finales de diciembre que Avatar iba a ser reconocida por la industria, al igual que el público ya se había rendido ante ella desde todos los rincones del mundo. Las aventuras en Pandora de los na’vi y sus relaciones con los humanos serán definitivamente de los momentos más recordados que nos ha brindado el cine en el 2009. Pero, ¿tanto como para ser la mejor película del año? Avatar funciona como recopilación de temas e imaginarios ya vistos (Pocahontas, Bailando con lobos…), vestidos con una nueva tecnología inmersiva que dota al cine de un nuevo nivel de expresión. Pero la Academia ya nos ha demostrado varias veces que no termina de apostar por las películas visionarias: La guerra de las galaxias perdió ante Annie Hall en 1977 por poner un ejemplo. 33 años más tarde no parece que hayan cambiado demasiado las cosas. Como con todos los éxitos, Avatar ha despertado múltiples discursos a favor y en contra, pero lo que es cierto es que ha sabido llegar al gran público de forma masiva, convirtiéndose en el film-evento que es a base de puro espectáculo. No es la mejor película del año. Ni falta que le hace.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año The Blind Side

Gil Netter, Andrew A. Kosove y Broderick Johnson, productores

Pablo López
Con gran sorpresa se recibió la nominación al Oscar a la mejor película del año para The Blind Side y, en efecto, muchos se quedan estupefactos tras el visionado. Pero no hay que menospreciar esta cinta con aire de telefilme porque precisamente, y a los hechos pasados nos remitimos, la Academia ha demostrado en más de una ocasión cierta predilección por este tipo de cintas con mensaje, de historias con todos los ingredientes para alcanzar los corazones o las morales más cerradas. A saber: historia de minoría racial, de superación personal, de sacrificio por los demás y de fútbol americano. ¿Qué más pueden pedir? Pues algo más hay: Sandra Bullock en un papel dramático, maduro, sorprendentemente bien defendido y partiendo como favorita en los Oscar. Casi nada. Podrán decir que esta es la menos agraciada de las diez, pero hay que ser conscientes de que si está entre las elegidas, es porque la han votado para la nominación y, si lo han hecho, no hay por qué pensar que no lo van a hacer para el premio.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año District 9

Peter Jackson y Carolynne Cunningham, productores

David Vega de Navacerrada
District 9 es la constatación de que el 2009 ha sido el año de la reformulación de la ciencia ficción. Con el mismo equipo de efectos visuales de Avatar pero con un presupuesto ínfimo, este documental de ficción sobre un futurible apartheid alienígena en los suburbios de Johanesburgo ha conseguido mantenerse firme en la carrera de las diez mejores. Dirigida por Neil Bolmkamp, y basada en un corto del mismo autor, cuenta la peripecia de Wikus Van de Merke, un anodidno funcionario encargado de la evacuación de los extraterrestres. Tras contaminarse y empezar a mutar pronto comprobará que los principios de los humanos (políticos, militares y traficantes) son mucho más primitivos que los de los acinados seres del exterior. Su propuesta formal de documental, que narra la historia desde planteamientos creíbles, convence e invita al espectador a reflexionar, algo no muy común en el género. Su mezcla de entretenimiento, humor, drama y thriller ya le valió una nominación a los Globos de Oro que levantó un gran entusiasmo. Curiosamente, la cinta está producida por Peter Jackson (que opta al Oscar a la mejor película), un gran consuelo, tras habersela pegado con The Lovely Bones. La Academia ha refrendado esta película con cuatro nominaciones: película, guión adaptado, montaje y efectos visuales. Sin la mención al que parecía que sería su Oscar, el de maquillaje, está desgraciadamente destinada a irse de vacío.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año An Education

Finola Dwyer y Amanda Posey, productores

María Pérez
La historia de una adolescente que se ve obligada a elegir entre el aprendizaje en la escuela planeado paso por paso por su estricto padre, o el aprendizaje en la calle junto a un hombre maduro y canalla, conquista por su sencillez, por su impecable factura, unos diálogos muy hermosos y sobre todo por el magnetismo que desprende la joven actriz que interpreta el personaje principal. La galería de personajes que presenta An Education dibuja la sociedad inglesa de principios de los años sesenta, que se mueve entre la generación que ha sufrido la guerra y que prefiere el conformismo y el bienestar que producen los esquemas anticuados y llenos de tópicos y otra más joven, que se aburre dentro de esos esquemas, que sabe que hay otra realidad que está ahí cerca, al alcance de la mano y va a luchar por acceder a ella aunque tenga que pasar por encima de sus mayores. Aunque quizá se eche de menos que no insista más en la época, en ese ambiente de rebeldía juvenil que dio lugar a los distintos sesenta y ochos, el personaje femenino protagonista es poderoso y hechicero, los secundarios son muy ricos (magistral Alfred Molina en el papel de padre), y deja esa sensación de buen cine contado con elegancia y pureza que de vez en cuando nos regalan los ingleses.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año En tierra hostil

Kathryn Bigelow, Mark Boal, Nicolas Chartier y Greg Shapiro, productores

María Pérez
Aunque en estos últimos días previos a la gran noche le han crecido los enanos a En tierra hostil (demandas judiciales incluidas), la verdad es que es la rara favorita en este año aún más raro de candidatas. Encontrar el hilo que conecta adrenalina, corazón e ideas es muy difícil, y aún mucho más es tirar de él y tensarlo sin que llegue a romperse, y eso es lo que logra hacer la película de Kathryn Bigelow. Prescindiendo totalmente de hacer política antibelicista con grandes mensajes, la película opta por agarrar del gaznate al espectador e introducirle de lleno en situaciones de guerra en las que lo importante no es ni siquiera vencer, sino sobrevivir; se empeña en demostrar uno de los mayores horrores de la guerra, expresado en una cita de un corresponsal de The New York Times: «La guerra es una droga». La guerra es mala por sí misma; puede tener muchas otras cosas malas adjuntas, pero la primera y principal es esa. Y lo demuestra centrándose en la relación no exenta de fricciones de los dos personajes centrales: uno que piensa que la mejor manera de llegar sano y salvo a casa es atenerse a las reglas y no correr peligros innecesarios, y otro, más visceral y complejo, el verdadero portagonista, que se pasa por el forro la disciplina militar, y cuyo único objetivo en la vida es desactivar la siguiente bomba, un objetivo ante el cual incluso su familia y su hogar palidecen.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Malditos bastardos

Lawrence Bender, productor

Pablo López
El nuevo trabajo de Quentin Tarantino no deja indiferente a nadie. Sirvan como ejemplo los comentarios que se han vertido en las anteriores entradas de este mismo Oscatlón. Su reinterpretación de la historia de la Segunda Guerra Mundial en Malditos bastardos ha sabido comulgar con el público más allá de sus admiradores acérrimos (que se cuentan por miles), aunando en su trabajo su ya conocida maestría de géneros y personajes y su más personal sello de autor. Un conglomerado de adjetivos para una película grandilocuente, con ánimo de espectáculo de barraca y que ha creado debate allá por donde ha pasado. Nada podría hacer terminar mejor la carrera comercial del nuevo trabajo de Tarantino que un premio por su valor, por su capacidad de divertir y, como dice el propio realizador por boca del Aldo Raine de Brad Pitt, por la que tal vez sea su obra maestra. Hablar de compensaciones nunca es justo, pero, más allá del verdadero mérito de Tarantino, es de ley hacer apología de este término en este caso. Por lo que pudo ser en un pasado y nunca llegó a ser.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Precious

Lee Daniels, Sarah Siegel-Magness y Gary Magness, productores

Fernando de Luis-Orueta
En la obsesión por buscar referencias y trazar modelos, se ha dicho varias veces que Precious es el Slumdog Millionaire de este año: una película independiente sobre personajes marginados que arranca su meteórica carrera en Sundance y que termina un año más tarde en el escenario del teatro Kodak. La realidad se ha ocupado de desmentir ese paralelismo a lo largo de los últimos meses, según la cinta iba quedando relegada en los premios más importantes del año y colocando sólo al tifón Mo’Nique en el palmarés. Sea como fuere, lo que sí es cierto es que la segunda película como director de Lee Daniels ha movilizado a los afroamericanos desde antes de que se rodara. Ya lo hizo la novela que le sirve como base, Push, de la activista, profesora y poetisa Sapphire, que fue un fenómeno editorial en EE UU. Por ello, no es de extrañar que la aventura de su adaptación al cine congregara a su alrededor a destacadas figuras como Oprah Winfrey, Tyler Perry, Mariah Carey o Lenny Kravitz. El resultado final puede ser algo desilusionante, sobre todo teniendo en cuenta la portentosa narrativa del original literario y lo convencional de su traducción a la pantalla. Aún así, Precious es una suerte del Quasimodo del Notre Dame de París de Victor Hugo actualizado al siglo XXI y es ahí donde el relato sustenta su fortaleza. El Oscar le queda un poco a desmano, pero a buen seguro habrá aguantado el tipo hasta bien entrado el recuento.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Un tipo serio

Joel Coen y Ethan Coen, productores

David Vega de Navacerrada
Los hermanos Coen vuelven a los Oscar tan sólo dos años después de arrasar con No es país para viejos. En Un tipo serio, la anodina vida de Larry Gopnik (un estupendo Michael Stuhlbarg), un profesor de física del medio-oeste norteamericano en 1967, da un vuelco cuando menos se lo espera: su mujer pide el divorcio, recibe anónimos amenazantes, sus hijos le dan la espalda. Al pedir ayuda a la comunidad religiosa, la respuesta no puede ser más insípida. Con el típico sarcasmo que les caracteriza, los Coen hilvanan un guión nutrido de mensajes en clave para hacer un crítica mordaz de la sociedad judía y de los convencionalismos estadounidenses. Con tan sólo dos nominaciones, al mejor guión y a la mejor película, los hermanos Coen son los únicos que obtienen reconocimiento de esta película que se esperaba pudiera haber tenido el apoyo de otros gremios en, por ejemplo, dirección artística, fotografía o música. El sistema preferencial de votaciones ha permitido que los fans de los realizadores de Minnesota, no se vayan a casa sin su mención. Poco más tienen que hacer en la ceremonia del domingo.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Up

Jonas Rivera, productor

Samuel Pérez
Han pasado ya la friolera de 18 años desde que una película de animación fue candidata a mejor película del año en los Oscars. En 1991 a punto estuvo de llevárselo La bella y la bestia de no haber sido por Hannibal Lecter. Y como no podía ser de otra forma es de nuevo Disney, junto a su salvadora Pixar, la que lo ha conseguido después de quedarse a las puertas el año pasado con Wall-E. Up es una auténtica obra maestra que parte de una original e inverosímil premisa para contarnos una tierna y trepidante historia de amor, compañerismo y sueños no cumplidos como probablemente sólo un film de animación puede hacer. Con unos personajes perfectamente perfilados, unos secundarios divertidísimos en la mejor tradición Disney, un villano temible y un notable uso del 3D, la película es un auténtico festín visual y de emociones. Un deleite para espectadores de todas las edades. Y aún ni siquiera he mencionado la antológica secuencia del prólogo: los 4 minutos con más cine, emoción y sabiduría narrativa del año, bañados por la deliciosa música de Michael Giacchino. La única duda que nos queda es si la Academia habría sido lo suficientemente inteligente de nominarla si no hubiera diez candidatas este año. Porque ya sabemos que para premiarla no lo serán.

 

OSCATLÓN 2009: Película del año Up in the Air

Daniel Dubiecki, Ivan Reitman y Jason Reitman, productores

Fernando de Luis-Orueta
En este año tan peculiar lleno proyectos desinflados y películas aplazadas, Up in the Air se convirtió, allá por el verano, en la primera candidata firme a los Oscar. Y, en efecto, aquí está. Con ella, Jason Reitman ha dado un paso hacia la madurez y le ha quitado la careta al cine indie estadounidense: este par de generaciones de nuevos realizadores, llenos de frescura, ingenio e historias friquis que contar en realidad no estaban inventado nada, sino sacando lustro a los clásicos, aprendiendo de ellos, recuperando la fórmula para lograr guiones sólidos y hermosamente escritos, personajes cercanos y, al mismo tiempo, míticos. Ésta es una película que se mueve peligrosamente entre la alta comedia y el drama, que se asoma al precipicio de los convecionalismos para inmediatamente encontrar algo nuevo en ellos. Y, pese a todo, Up in the Air no es la favorita. Quizá sea porque no tiene los aires de una gran película (aunque lo sea), ni un deslpiegue técnico que le permitiera competir en un gran número de categorías, ni ha copado los premios de la crítica. Pero no seamos negativos: su previsible derrota la hace especial porque pasa a engrosar una deliciosa lista de segundonas: The Reader, Brokeback Mountain, Entre copas, Mystic River o Las horas, sólo por mencionar las más recientes.

 

Ganará: En tierra hostilDebería ganar: Up in the Air

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