Tan sólo tres de las cinco películas nominadas este año al Oscar al mejor guión original son también candidatas a mejor película, lo que las hace partir mejor posicionadas para conseguir la victoria. Dos de sus guionistas, Boal y Tarantino, ya tienen Oscar en su vitrina. ¿Significa eso que la Academia puede repetir lo que hizo con Almodóvar y Hable con ella y premiar al director europeo del año?
Primera nominación a un Oscar como guionista para uno de los directores europeos más perturbadores. El austriaco Haneke, doble ganador de la Palma de Oro en Cannes y con tres EFA al mejor director en su haber, nos ofrece en su último trabajo la paulatina y desgarradora degradación de un matrimonio de ancianos tocados por la enfermedad degenerativa de uno de ellos, pero que, a pesar de su avanzada edad y fragilidad, consiguen superar el día a día gracias al amor que se profesan. Haneke nos ofrece pequeños pasajes de la última etapa de sus vidas, sin concretar los tiempos que pasan en cada elipsis y aguantamos dos horas de metraje únicamente con sus protagonistas y alguna aparición esporádica de la hija de ambos que lo observa todo impotente desde fuera. Un libreto áspero, como acostumbra Haneke, pero Amor también es una cinta valiente que merecería llevarse, si no el Oscar al mejor director, al que también opta, este premio el día 24.
Tercera nominación a un Oscar como guionista para Quentin Tarantino, uno de los cineastas estadounidenses más personales de las últimas dos décadas. Sú unica victoria fue hace 18 años con su segundo film Pulp Fiction. En su octavo largometraje, Django desencadenado, homenajea a un spaguetti-western del 66 interpretado por Franco Nero (al que Tarantino, como no, reserva un cameo) dándole el protagonismo en esta ocasión a un esclavo recién liberado que, con la ayuda de un carismático cazarrecompensas alemán, planea vengarse del esclavista que retiene a su esposa. Los diálogos de Tarantino, como siempre, son una delicia para el espectador, pero vuelve a pecar por exceso y el tercer acto de la película se hace demasiado largo. Pero habiendo ganado el Globo de Oro parte quizás como posible favorita.
Si los otro cuatro contendientes de esta categoría son libretos notables y alguno hasta excelente, no se entiende la inclusión del mediocre trabajo de John Gatins para El vuelo, la última y fallida cinta de Robert Zemeckis. Sexto guión de Gatins, que siempre ha parecido especializarse en temas deportivos e historias buenrollistas de superación, que, tras un prólogo magnífico que es oro puro en mano de Zemeckis, se transforma en una tediosa y repetetiva actualización de Días sin huella. Y es que Gatins está a años luz del tándem Wilder-Brackett. Algún hallazgo suelto como el personaje de John Goodman no compensan un desarrollo cansino y uno de los finales más almibarados y detestables que este analista ha visto recientemente. No se entiende esta nominación habiéndose quedado fuera el guión de Paul Thomas Anderson para The Master.
Segunda nominación como guionista para Anderson, tras la obtenida por Los Tenenbaum hace once años y primera para el hijo y hermano de Francis y Sofía Coppola. Moonrise Kingdom no es el primer libreto que escriben juntos puesto que iniciaron su colaboración hace cinco años con Viaje a Darjeeling. Anderson vuelve a volcar aquí muchos de sus lugares comunes: familias disfuncionales, exaltación de la diferencia y algunas pinceladas de humor negro. Este entrañable cuentito sobre la adolescencia y los primeros escarceos amorosos se convirtió en uno de los títulos más refrescantes del 2012, por lo que no ponemos objeción a su nominación. Pero no tiene apenas posibilidades frente a casi todas sus contrincantes.
Mark Boal por La noche más oscura (Zero Dark Thirty)
Sólo han pasado tres años desde que Mark Boal ganase su primer Oscar por su anterior colaboración con Kathryn Bigelow, En tierra hostil. Y en esta ocasión se trata de un trabajo aún más redondo, macerado en una exhaustiva documentación y con un manejo del ritmo y la tensión que te mantienen atrapado durante dos horas y media. Cierto es que para querer reflejar los eventos más importantes de la última década, algunos episodios clave se han quedado en el tintero. Si a esto le sumamos todas las voces que se han alzado en contra del retrato que se da de las torturas a prisioneros de guerra, parece que Boal lo tiene este año un poco más complicado para llevarse a casa otro Oscar. Aunque se trata de un trabajo excelente y una más que justificada nominación.
Ganará: Quentin Tarantino por Django desencadenado