Alberto Rodríguez durante el rodaje de 'La Peste'

Alberto Rodríguez: “La Peste’ es un diálogo entre la actualidad y el siglo XVI”

La Sevilla del siglo XVI cobra vida este viernes con el estreno de la primera temporada al completo de La Peste en Movistar+. Seis capítulos es los que Alberto Rodríguez y Rafael Cobos (La isla mínima, El hombre de las mil caras) forman equipo una vez más para firmar un proyecto que “empezó como un thriller y se amplió para abarcarlo todo”, como explicaba el propio director este martes en Madrid. Con ese “todo” Rodríguez se refiere a una Sevilla en su época de mayor riqueza y esplendor, cuando era la puerta de América y un siglo lleno de luces y sombras en el que un perseguido por herejía debe cazar a un asesino mientras intenta cumplir la promesa hecha a un amigo y una terrible peste se extiende por la ciudad.

Pablo Molinero y Paco León, en 'La Peste'

La acción de la nueva serie de Movistar+ transcurre en el siglo XVI, pero los paralelismo que se pueden observar en su desarrollo con la época actual son más que evidentes. Alberto Rodríguez reconoce que es algo intencionado, que “estaba ahí desde siempre. Intentar hacer un diálogo entre dos épocas tan distintas como la actual y el siglo XVI”. En esa comparación entre dos momentos tan distantes en el tiempo tiene su anclaje en el personaje de Luis de Zúñiga, interpretado por un Paco León que cambia por completo de registro. Hay una frase que este empresario sevillano repite que lo resume a la perfección: “La crisis es una oportunidad”. ¿Una oportunidad de qué? “De que los listos se hagan más ricos”, explica Rodríguez.

En los dos primeros episodios mostrados a los medios antes de su estreno y estrenados también en el Festival de San Sebastián se aprecia ese tono de “thriller minimalista, bajo de tono, seco y desprovisto de cualquier tipo de efecto” del que hablaba Paco León durante las entrevistas y que es el sello de identidad del autor de La isla mínima. En La Peste la historia, los personajes y la recreación de esa Sevilla que tanto fascinaba a director y guionista construyen una historia que atrapa, envuelve y da la impresión de oler mal.

“Es muy sensorial. El olor y todo lo estético traspasan la pantalla. Ahora, allí era así también. Nos ponían un kilo de mierda y había fruta podrida por todos lados, por donde pasábamos dejábamos un rastro de muerte y podredumbre” bromea Pablo Molinero. Sobre él recae gran parte del peso de la trama. Interpreta a Mateo, un hombre condenado por herejía, refugiado en Toledo, que se ve obligado a volver a Sevilla para sacar de la ciudad al bastardo de un amigo que ha muerto, Valerio (Sergio Castellanos). Un joven acostumbrado a sobrevivir por sí mismo que no está dispuesto a dejar que le digan cómo hacer las cosas y que no puede ser más opuesto al personaje de Mateo.

“En aquel momento no creer en Dios te creaba un vacío importante”

Pablo Molinero es Mateo en 'La Peste'

“Valerio es más supersticioso y yo intento transmitirle la importancia de pensar por ti mismo. Sobre todo de cuestionarte las cosas. Si eres observador y te cuestionas lo que ves, como es el caso de Mateo, sirve para investigar, pero esto además le lleva a cuestionarse pensamientos como la figura de Dios. Puede parecer una tontería, pero en aquel momento no creer en Dios te creaba un vacío importante. La única manera que encuentra de llenarlo era con vino, así que se convierte en una bomba de relojería”. Así condensa Molinero su relación con el personaje de Valerio y la filosofía de vida de su personaje, un héroe inusual pero fiel al pensamiento y comportamiento de su tiempo.

Alberto Rodríguez está de acuerdo en que es una suerte de Guillermo de Baskerville. “El nombre de la rosa es un poco el referente porque el padre de la investigación deductiva y de esta forma de escribir es Doyle. De Sherlock Holmes pasamos a Guillermo de Baskerville y, si quieres, de Guillermo de Baskerville pasamos a Mateo. No me parece mala la transición. Lo que pasa es que si yo tuviera que elegir a un maestro al último que elegiría sería a Mateo. Lo digo por el método, más que por otra cosa” responde a una pregunta sobre las comparaciones inevitables con la obra de Umberto Eco.

Como en El nombre de la rosa, en La Peste hay mucho de ese enfrentamiento entre razón y fe/superstición y, como en la historia de esta abadía con un asesino en serie, aquí también hay una muerte con tintes diabólicos que el protagonista ha de resolver con la ayuda de su raciocinio. “Habla un poco de raciocinio, de la ilustración en contra del miedo y de la fe como único instrumento que tiene la religión para controlar a la sociedad”, argumenta Paco León.

Aunque dada la época en la que transcurre la narración no hay muchos personajes femeninos, sobre todos destaca uno, el de Teresa de Pinelo (Patricia López Arnaiz). Tanto Rodríguez como Cobos tenían claro que querían introducir y reflejar cómo era la situación de la mujer entonces y el personaje de esta viuda pintora que firma sus obras con el nombre de su padre para poder venderlas es la esencia de una sociedad en la que, como apunta Cobos, “la mujer necesitaba un anclaje masculino que era obligatoriamente Dios; tu marido, señor o padre; o tu chulo si eras prostituta. Cualquier mujer que perdiese esa conexión masculina con el mundo era un peligro”.

Cómo hacer un “consumo responsable” de ‘La Peste’


Con un presupuesto de 10 millones de dólares, se trata del proyecto más caro de Movistar+ en su nueva aventura de producir contenido de ficción propio. La Peste, que aspira a ser su buque insignia tras los estrenos de Velvet Colección, Vergüenza y La zona, tiene detrás tres años de trabajo desde que se concibió la idea hasta su estreno este viernes. Cuentan Rodríguez y Cobos que la idea surgió de la fascinación que despertaba en ellos el poder pasear por la Sevilla de entonces. Lo que comenzó como una idea tomando unas cañas fue creciendo hasta tal punto que hubo algún momento en el que dudaron que saliese adelante.

Trabajar en una producción de esta magnitud no es lo habitual en una industria como la española. León lo describe como “una gran maquinaria donde hay un engranaje muy complejo en el que Alberto tiene a su equipo que le entiende, con una manera muy concreta de hacerlo todo… y que tú eres una pieza más que está ahí metida y dices, ostias, que no sea yo quien el que la cague. Pero esto también facilita un poco, el saber que yo solo tengo que hacer mi pieza. Y si cumplo mi papel, todo irá bien”.

Un presupuesto poco habitual, tres años de trabajo, más de 130 localizaciones y seis capítulos de 50 minutos por delante que estarán disponibles para los clientes de Movistar+ desde este viernes. Ver un solo episodio de La Peste es complicado, más aún teniéndolos todos disponibles. Alberto Rodríguez, consciente de que hay gente a la que le gusta ver las serie en formato maratón, recomienda, “para un consumo responsable, una pantalla lo más grande que se pueda, con la luz media y baja y creo que se puede consumir de tres en tres o de dos en dos, que sería lo más lógico porque hay que pensar en lo que ves. Es una serie muy entretenida, pero está bien que te dé tiempo a reflexionar”.