David Trueba, uno de los tres directores preseleccionados para representar a España en los próximos Oscar, sabe bien lo que es jugar con el tiempo en el cine. Cinco años después de rodar la primera parte está a punto de retomar la grabación de Qué fue de Jorge Sanz, un proyecto similar a la trilogía Antes de…, de Richad Linklater, un director del que se declara fan absoluto: “Desde que me enteré del proyecto de Boyhood me resulto muy apetecible. Sobre todo por el director. Ya le he visto otras experiencias con el juego del paso del tiempo y me gusta mucho.”
Ahora que la ha visto se reafirma en su fanatismo: “Boyhood me ha encantado. Me ha gustado tanto que le perdono los defectos porque su intención es tan maravillosa… Le perdono que subraye demasiado algunos momentos o que a ratos se haga un poco espesa”.
Porque para David Trueba Boyhood es algo más que una película. Para hablar de ella usa otra palabra “es un experimento. Un experimento muy bello de ver porque dice cosas muy bonitas y de manera muy asequible sobre lo que es el paso del tiempo y las ganas de vivir”.
De ahí que para él sea clave que la historia parta de la infancia del protagonista: “Plásticamente es precioso ver crecer a alguien en la pantalla. La infancia y la juventud son un periodo irrepetible y dejar constancia de ello es genial”.
Linklater cuenta que para él era fundamental no mostrar ese crecimiento desde un punto de vista idealista. Por eso no había un guión establecido. Buena parte del argumento surgía de sus conversaciones previas con Ellar Coltrane, el actor que interpreta al protagonista. Él ponía al día la director sobre las cosas que le estaban pasando en su vida real en ese momento y de ahí se incorporaban luego a la historia. Por eso, Boyhood es como la vida misma: “Sí, porque apuesta por la decepción que es la vida; el hecho de crecer ya es una decepción en sí mismo.”
Aunque ojo, David Trueba fija nuestra atención también en el resto de personajes: “Lo importante de la historia es ver crecer al niño pero Boyhood también habla de los padres; de lo que es crecer como padres y ver crecer a tus hijos. Eso también es muy bonito”.
Para conseguirlo, Linklater ha rodado durante doce años, pero sólo unos días cada año. Más de una década con el proyecto en la cabeza. Para hacerse una idea ahí va el dato: si lo pusiera en marcha hoy, la película se estrenaría en 2026. David Trueba está tan entusiasmado que la pregunta es inevitable aunque la respuesta no nos sorprende: “Claro que me atrevería a rodar algo así. No me daría ningún vértigo. Pero en España no se podría hacer. Linklater tenía un productor que cada año le daba el dinero que necesitaba. Aquí ningún productor te da eso”.
Si suya fuera la responsabilidad, David Trueba no tiene ninguna duda, el próximo Oscar a la mejor película se lo daría a Boyhood: “Es verdad que aún quedan muchas películas por llegar pero si no se lo dan a Boyhood, va a faltar poco. Es más que una película, es un experimento muy bonito lleno de intenciones geniales”.
Quién sabe si de aquí a unos meses compartirá foto con Linklater.