A Elisa, que hará once años en verano, le gusta su nuevo vestido blanco con lazos azules. Pero falta muy poco para que todo deje de tener importancia. El amigo del padre ha hecho llorar a Elisa y después le ha dicho: «si dejas de llorar te regalaré una pulsera de plata». Nadie se da cuenta de lo que ha pasado. Elisa está solo un poco extraña. Hasta que empieza a hacerse mayor y un día llama a su madre y le pide, asustada: «ayúdame, acabo de recordar una cosa horrible». Y pasan catorce años, cuatro meses y algunos días. A Elisa, que hará once años en verano, le gusta su nuevo vestido blanco con lazos azules.