Carmina o revienta, la primera película de Paco León, llega hoy a las salas. Y a las casas. El cómico ha decidido desafiar al anquilosado sistema de distribución que rige en España con un estreno simultáneo en cines, plataformas de Internet y DVD. ¿Pero qué en qué consiste ese entramado que tan amenazado se siente por una película independiente de bajo presupuesto.
Las ventanas de explotación
La vida comercial de una película está regulada. Desde la fecha de estreno, cada empresario tiene su momento y en los contratos se aseguran de no compartirlo con el de al lado. Primero, las salas. Suelen ser tres meses, aunque ahora la Federación de Cine quiere ampliarlo a cuatro. Luego el home video; (DVD y bluray) que todavía algunas veces guarda unas semanas para alquiler antes de sacarlo a la venta. A los seis meses desde el estreno puede llegar a las televisiones de pago. Y hasta dos años después, las cadenas en abierto. ¿Y ahí dónde se incorporan las plataformas digitales? Pues donde pueden: si lo hacen en modalidad de pago por cada título, a la vez que el home video; si es en una tarifa plana después de las televisiones en abierto.
¿Ese sistema es ley?
No está en la ley, pero casi. Normalmente está en los contratos de distribución y emisión. Y hay poco margen porque las condiciones son lentejas: si las aceptas, bien; si no, poco se puede hacer. Pero en el caso del cine español la cosa es todavía más complicada: las ayudas del Ministerio de Cultura incluyen en sus condiciones que cualquier película nacional que tenga financiación pública no puede salir en formato doméstico hasta haber aogtado los meses de explotación exclusiva de las salas. Carmina o revienta, al ser una producción muy pequeña, no ha necesitado recurrir a estas ayudas y, por lo tanto, tiene las manos libres para salir en DVD a la vez que en cines.
El veto de las salas
La distribución de Carmina o revienta se ha dado de bruces con los exhibidores, que se niegan en su mayoría a proyectar películas que estén disponibles simultáneamente en la Red. La mayor abanderada de esta postura es Cinesa, propietaria de más de la mitad de las salas de España. Ninguna distribuidora se atreve a distribuir con su veto. De hecho, Alta Films había llegado a un acuerdo para Carmina que se disolvió al imponer Paco León como requisito indispensable el estreno simultáneo. Resultado: la película sólo se proyectará en 20 salas de toda España.
¿Es la primera vez que se hace?
Con una película española sí, pero en España no. La distribuidora Avalon ha estrenado varias cintas extranjeras simultáneamente en salas (pocas, al ser cine independiente y a veces experimental) y Filmin.
¿Qué puede cambiar si triunfa?
Inmediatamente, poca cosa. La postura de las salas frente a las plataformas de Internet es de cerrazón absoluta. Sin embargo, si Carmina o revienta lograra una recaudación apreciable a través del VOD (video on demand) demostraría que el mercado español no es una excepción y que recuperar la inversión es un objetivo factible.