El gremio de compositores y letristas es el único de toda la Academia que no posee un sindicato y, por lo tanto, el único que año tras año carece de premios anuales que definan la carrera al Oscar. Por primera vez en la historia, la creación de un Sindicato de profesionales de la música toma forma gracias a la iniciativa de dos grandes sociedades, informa Variety.
La Sociedad de Compositores y Letristas (SCL) anunció el martes que estudia asociarse con Teamsters Local 399, una firma de representación de trabajadores de la industria del cine. Dicha reunión se celebrará el 16 de noviembre de este año en Pickwick Gardens Conference Building de Burbank, California. La SCL, que todavía no se ha pronunciado definitivamente sobre sus expectativas, integra a 1.200 profesionales de la música del cine, la televisión y los videojuegos.
Pese a la formalidad del procedimiento, el entusiasmo que suscita la creación de un sindicato de compositores es grande, ya que ha sido históricamente soñado pues es el único que falta si tenemos en cuenta las categorías que la Academia de Cine de Hollywood premia en los Oscar. Según fuentes de Variety, los e-mails empiezan a circular entre los miembros de la SCL, la ASCAP; la BMI, y la SESAC han sido llamadas así como la Academia de las Ciencias y las Artes musicales. Y lo que es más significativo, se ha lanzado la web www.composersguild.org
La razón de que jamás hayan disfrutado de un sindicato común se debía al distinto reparto de responsabilidades. La Federación Americana de Músicos (AFM) se hacía cargo de los acuerdos con los servicios de orquestación, dirección y ejecución de la música pero no con aquellos que escriben la música. Ha habido varios intentos fallidos de negociación pero todos han fracasado. El problema, dicen los compositores, es que «hoy en día todo el mundo es un contratista independiente» por lo que se pierden derechos de cara a los productores.
Alan Elliot, quien puso en marcha este último esfuerzo de sindicalización, dijo que espera que un mayor sentido de comunidad y que la artesanía de la creación de música con ello pueda ser fomentada. Se espera que los buenos resultados de Teamsters Local 399 sirvan como aval para lograr la unión del gremio. La posibilidad de reflotar un sindicato surgió hace 3 años pero la SCL seguía muy dividida.
El problema, según James DiPasquale, presidente de la SCL, es que «ha habido una tremenda devaluación de la música». El respeto hacia los compositores ha disminuido. La tecnología ha seguido adelante, y nuestros ingresos se ha desplomado. Es muy difícil para cualquiera ganarse la vida con esto.» Según estadísticas de la SCL un compositor tiene que escribir el doble de lo que se escribía hace 30 años para poder seguir en el negocio. Y la comparativa en salario es descorazonadora. Sólo ganan un 14% del sueldo de hace 30 años con ajustes de inflación incluidos. En el cine, la sangría es mucho peor, ya que son los músicos quienes tienen que hacerse cargo incluso de los gastos de ingeniería, mezcla y edición que antes sufragaba el estudio.