Tim Squyres: «Todas las películas tienen sus propios desafíos, pero al final todos son buenos»

Tim Squyres puede presumir de ser el montador habitual de Ang Lee, director con el que ha entablado una relación montador-director que dura ya más de 20 años. Nominado en dos ocasiones al Oscar, una este año por La vida de Pi y otra por Tigre y Dragón, el montador visitó  Barcelona hace unas semanas para ofrecer una clase magistral sobre los retos y dificultades que le supuso la reciente película de Ang Lee. En esta entrevista profundiza en una profesión tan desconocida como es la del montador y en los retos que supuso para él La vida de Pi.

 Pregunta: Un proyecto como La vida de Pi es un reto para cualquier montador, ¿Cómo ha sido la experiencia de montar una propuesta tan diferente a todo lo que habías montado hasta ahora?
Respuesta: Nunca he trabajado en una película con tales desafíos técnicos, pero me sorprendió lo complicada que era La vida de Pi al contar la historia desde un solo punto de vista. Contar la historia de alguien a la deriva en el océano, sin nadie con quien hablar, es muy diferente de lo que un editor hace normalmente

P: Hace poco, en el libro  Edición y montaje de Justin Chang, hablabas de que es muy importante para un montador no desarrollar su propio estilo personal, que el estilo tiene que adaptarse al metraje. ¿Ha supuesto una dificultad añadida adaptar tu estilo a una película como La vida de Pi?
 R:  La edición de La vida de Pi tuvo mucho que ver  con la búsqueda de un sonido y ritmo que se adapte el material y los temas de la historia. La manera más efectiva que encontramos para utilizar este material fue aprovechando el  fuerte estilo visual de la película. También era importante que el ritmo del montaje se complementase con el estado mental de Pi.

P: Estás muy cómodo trabajando con Ang Lee y se ve que ha depositado en ti una confianza enorme al confiarte el montaje de una gran parte de sus películas  ¿cómo ha sido vuestra relación director-montador en esta película tan personal?
 R: Ang generalmente no se involucra en la edición hasta que termina de rodar y hemos proyectado la primera prueba; después él se sienta a mi lado casi todo el día hasta que terminemos. Hemos trabajado juntos durante 21 años, así que no tuvimos que encontrar una nueva aproximación para esta película. La mayor diferencia fue que nuestra habitación de edición en Nueva York era un teatro pequeño, por lo que podíamos proyectar la película para nosotros cuando queríamos.

P: ¿Cómo de importante es el trabajo del montador para influir en la audiencia?
R: Enlazar la película para afectar en  las emociones del público es una gran parte de lo que un editor hace. Tengo que trabajar con el material que tengo, pero el uso de ese material para lograr el mayor efecto – encontrar el mejor rendimiento, utilizando la música adecuada, etc – es el trabajo del editor.

P: Esta es la primera película que montas rodada con tecnología 3D, ¿ha supuesto esto una dificultad añadida a tu trabajo? ¿ha sido una experiencia gratificante?
 R: Editar en 3D fue interesante – hay una serie de nuevas variables en 3D que pasan a formar parte del trabajo del editor. Debido a que nunca había trabajado en 3D, decidimos editar completamente en 3D, no en 2D. Hicimos esto porque no quería tener que imaginar cómo se sentiría la película en 3D. Pensé que si editaba en 3D y se hace reaccionar a lo que yo vi, no tendría que intelectualizar el proceso de edición. Así que me puse las gafas 3D durante casi 2 años, y en el proceso aprendí mucho sobre 3D, que utilizamos para hacer el 3D más satisfactorio para el público.

P:  ¿Ha sido esta película tu mayor reto como editor? ¿Qué otras películas te han resultado particularmente difíciles?
 R: Todas las películas tienen sus propios desafíos, pero al final todos son buenos. Pi fue, sin duda, el más difícil a nivel técnico. Gosford Park y La boda de Rachel, fueron ambos muy complicados por el modo en el que se rodaron. Por otro lado, Hulk era muy técnica y también tenía un elemento de diseño gráfico que era algo nuevo y divertido.

P: Las interpretaciones es algo que un montador siempre tiene que cuidar, ¿ha sido difícil, en cuanto a cuidar este aspecto, que el protagonista de la película  interactuase la mayor parte del tiempo con un tigre hecho por CGI?
 R: Suraj Sharma no había actuado antes, pero resultó algo muy natural para él. En la mayoría de los casos no había, literalmente, nada allí cuando rodamos la escena – ni siquiera una pelota en un palo. En algunos casos tuvimos algún problema con su línea de visión, pero su rendimiento nunca resultó un problema.

P: Estás visitando Barcelona para ofrecer una Master Class. ¿Cuál será tu principal lección para los asistentes?
 R: Lo que me pareció interesante sobre La Vida de Pi era la forma en que los retos creativos y los desafíos técnicos llevaban los unos a otros – los deseos creativos creando así problemas técnicos, y las soluciones a esos problemas abriendo nuevas opciones creativas. Es imposible separar los dos.