‘Breaking Bad’ en las Rías Altas

Hoy la sección oficial a concurso de Málaga únicamente presentaba un título. El elegido, Somos gente honrada, de Alejandro Marzoa, una cinta producida por El Terrat que se mueve a caballo entre la comedia de barrio y el drama familiar con un reparto de actores en estado de gracia.

Continuando con el buen sabor de boca general que está dejando este año la selección de cintas de la sección oficial, Somos gente honrada nos ha presentado esta mañana la historia de Manuel y Suso, dos pobres diablos afectados por la crisis (inmobiliaria y de la prensa, respectivamente) cuya falta de trabajo repercute en su vida familiar diaria. Su única evasión semanal es ir de pesca los dos juntos… hasta que un día encuentran en la playa un paquete con 10 kilos de cocaína.

A medio camino de ambos extremos del género (la comedia y el drama), y sin decantarse en ningún momento abiertamente por ninguno, la película discurre por la vida de estos dos padres de familia que echan mano de la primera oportunidad que ven para salir del atolladero, aunque no sea la decisión más acertada. Por el camino, ven peligrar los elementos que conforman su vida: sus hijos, su familia, y en definitiva, sus principios. Una trama muy similar a la serie Breaking Bad, donde igualmente, y por culpa de una droga utilizada como catalizador para un cambio radical en la vida del protagonista, su moralidad se tambalea frente al espectador.

Manuel de Lira y Paco Tous conforman una pareja muy divertida y compenetrada en pantalla, donde funciona tanto la carga dramática como, por supuesto, la cómica. Alrededor de ellos Manuela Vellés y Unax Ugalde como pareja bien avenida que resulta no serlo tanto, y por la otra parte Marisol Membrillo y Manuel Lozano, el niño de La lengua de las mariposas, que arman una familia cercana y creíble para la vida de Suso.

A pesar de nadar entre aguas de género, y algún que otro momento valle en su guión, Somos gente honrada es una cinta amable y cumple con creces su cometido, se deja ver muy bien y, además, de refilón, sirve como retrato de la situación actual. El sello Terrat no falla en su marca, y si así sigue siendo, debería rascar algo en el palmarés, como ya hicieron sus anteriores propuestas.