Críticas desde Cannes: ‘Only God Forgives’ y ‘All Is Lost’

Desilusión general con Only God Forgives, el nuevo trabajo del dúo Nicolas Winding Refn-Ryan Goslin tras el pelotazo de Drive. Todos coinciden en la vacuidad y la falta de interés de la cinta. Y al revés, aunque esté fuera de concurso, la prensa coincide en valorar positivamente All Is Lost, de JC Chandor, con Robert Redford. Sólo con Robert Redford.

 

Carlos Boyero, El País
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/22/actualidad/1369247765_777425.html

  • Only God Forgives, de Nicolas Winding Refn

La historia que narra en Only God forgives le pertenece, también ha escrito el guion, la dirige como le da la gana, su autoría es total. Y el resultado es un desastre, una película tan preocupada por la forma como hueca de contenido, un producto envarado y grotesco en el que lo único agradecible es que solo dure 90 minutos. Los personajes son caricaturas aunque su creador no lo pretenda, las situaciones se rigen por el absurdo enfático, la ultraviolencia que retrata (hay una secuencia en la que a un tipo le arrancan un ojo, le agujerean el oído, le traspasan manos y piernas con clavos) es más autocomplaciente que necesaria, la atmósfera es de diseño, los sentimientos se vocean pero no transmiten nada interesante al espectador.

  • Chad Grigris, de Mahamat Saleh Haroun

La película de Chad Grigris, dirigida por Mahamat Saleh Haroun, que describe las desventuras de un chaval paralítico que baila admirablemente, se enamora de una puta y se asocia con una banda de traficantes para poder pagarle la operación a su padre enfermo, es pintoresca y visible pero también excesivamente naif. Como todo el cine africano y gran parte del asiático que se exhibe en el Festival de Cannes, la principal razón de su presencia es que la producción es francesa. La vocación internacionalista de Cannes jamás descuida sus propios intereses.
Luis Martínez, El Mundo
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/22/cultura/1369225525.html

  • All Is Lost, de JC Chandor

Dirigida por J.C. Chandor, el mismo de esa disección de Wall Street poco antes de los dolores que era Margin call, la cinta se propone como un extraño cruce entre El viejo y el mar (y no es por hacer daño), La vida de Pi y Las aventura de Jeremiah Johnson. Todo en uno. Pero, y esto es lo que cuenta, en silencio (…). Gusta la ambición de una historia que desde el primer fotograma (bueno, el segundo que primero viene una charla) renuncia a asuntos tan molestos como las homilías de superación personal, las mirada al infinito o los flash-backs.

  • Only God Forgives, de Nicolas Winding Refn

La pregunta siempre es la misma: ¿cuánto se puede confiar en el plano detenido de la cara sin emoción de un hombre? ¿Cuántos pasillos vacíos, cuántos movimientos de cámara congelados aguanta la mirada de un espectador no avisado? Algunos lo llaman el riesgo del lienzo en blanco. Y otros, la presunción no controlada del artista. Faltan el clima, la tensión y el sentido. Y en efecto, a fuerza de prescindir de historia, de coreografía y de diálogos, toda la cinta acaba por configurar el más autoindulgente homenaje a sí mismo que se podría hacer Winding Refn después de ‘Drive’. De otro modo, a fuerza de pretender intensidad, se aleja bastante de la intensidad. Y esto ya sí, más que minifundio, es naufragio.
María Guerra, Cadena SER
http://blogs.cadenaser.com/la-script/2013/05/22/robert-redford-se-hace-lobo-de-mar/

  • Only God Forgives, de Nicolas Winding Refn

Los primeros abucheos del festival se los ha llevado uno de los directores más esperados: el danés Nicolas Winding Refn (…). Winding Refn narra una historia de lealtades familiares y principio a través de una exquisita fotografía –tonos rojos y movimientos en cámara lenta- que se deleita en la violencia y la frialdad oriental. Pretende crear un ambiente opresivo e hipnótico, meternos en la pesadilla mental de Gosling , que se debate entre la fidelidad a su familia y la búsqueda de la justicia (…) El resultado es un tedioso ir y venir de Gosling por Bangkok. Su rostro impávido y silencioso pretende mostrar su torturado interior, pero no consigue más que exasperar al espectador con una carnicería cool. Sin duda, el mayor acierto es el personaje de Scott Thomas, una Lady Macbeth vulgar que pone los pelos de punto solo con su presencia, y que debería haber sido el centro de la historia. Pocas opciones a premio.
Carlos F. Heredero, Caimán
http://www.caimanediciones.es/el-festival-de-cannes-dia-a-dia-y-en-tiempo-real-la-opinion-de-la-critica/

  • Only God Forgives, de Nicolas Winding Refn

Como si los personajes se movieran en todo momento a cámara lenta, bajo luces de neón y a ritmo de suntuosa fantasmagoría onírica, nada hay en el film que apele al realismo ni a códigos genéricos tradicionales. Se puede pensar que Winding Refn se ha tomado demasiado en serio a sí mismo y que se ha perdido en el camino, o también que ha radicalizado tanto su personal indagación formal y existencial que ha inventado una nueva ‘forma fílmica’ para hacerse preguntas trascendentales. Este cronista debe confesar que se encuentra más cerca de la primera opción que de la segunda.

  • All Is Lost, de JC Chandor

Si alguien se pregunta si se puede hacer una película con un único personaje dentro de un pequeño velero y luego de un bote salvavidas, en medio del océano, sin diálogos y durante ciento cuarenta y cinco minutos, la respuesta es sí. El hecho de que ese personaje, del que obviamente desconocemos incluso el nombre, esté interpretado por Robert Redford podría hacer pensar que ahí se esconde el truco o la coartada comercial de la propuesta, pero resulta que el verdadero quid de la cuestión no reside en su presencia (aunque su interpretación es excelente, contenida y carente de todo exhibicionismo), sino en la eficacia y en la habilidad de una narrativa capaz de hacer perfectamente comprensible todo lo que ocurre (y suceden muchas cosas) y de dosificarlo con acierto sin recurrir ni a efectismos, ni a trampas melodramáticas, ni a concesiones espectaculares.