El árbol de la vida

El ambicioso regreso del maestro Malick

El árbol de la vida
La sección paralela Zabaltegi – Perlas, que recoge producciones premiadas de otros festivales de cine, se ha inaugurado hoy también con la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes, El árbol de la vida de Terrence Malick, un canto   la vida en forma de obra cinematográfica que traspasa el lenguaje y experimenta de las sensaciones, la sugestión y sobretodo, la simbología de sus imágenes. Una obra maestra sin cortapisas.

El maestro Malick, uno de los poetas cinematográficos más relevantes de la historia moderna del cine, firma en esta película la que quizá sea una de sus películas más ambiciosas de su poco prolífica aunque interesantísima carrera. El árbol de la vida pretende, en su origen, reflejar en pantalla el origen de la vida desde la creación del Universo como generalidad, hasta la vida de Jack O’Malley, un contrariado niño que, una vez adulto pretende, en medio de una crisis de fe, resolver sus traumas infantiles respecto a su relación con su padre. En definitiva, a través de una historia concreta, y utilizando generalidades abstractas, la película plantea las preguntas universales sobre el sentido de la vida y, en la medida de lo posible crearen el espectador la necesidad y la oportunidad, aún durante su visionado de reflexionar sobre ello e intentar buscar una respuesta que de sentido a nuestra existencia.

De sobra conocida la polémica con sus actores, con los que Malick rueda y en montaje decide su presencia en el filme, el montaje final de esta absoluta obra de arte fílmica nos deja un poderoso Brad Pitt con una interpretación potentísima, que junto a Jessica Chastain y el elenco infantil arman una atmósfera de postal religiosa de una delicadez y elegancia aplastante. Sean Penn es el más perjudicado por las decisiones artísticas del director, pues su papel se ve resumido a menos de 15 minutos de las dos horas y veinticinco minutos de metraje total de la película, y sin decir ni una sola palabra.

Así pues, El árbol de la vida es una película muy difícil, que pide mucho al espectador y que no se deja conocer facilmente, pero una vez emparejados espectador y obra, supone una de las experiencias más profundas que se pueden sentir en una sala de cine. Y sobretodo, un nivel de producción que justifica los esfuerzos que se han hecho por levantar este proyecto y que, desde luego, gritaban a voces que la película, como ya ocurrió, debía ganar la Palma de Oro. Malick se ha convertido, como otros muchos directores contemporáneos, aunque con mucho más margen entre cada uno de sus trabajos (su anterior película es de 2005), en un autor que convierte en evento todo lo que estrena, y su árbol de la vida no lo es menos. El auténtico evento cinematográfico de la temporada, que precisamente se estrena hoy mismo en cines de toda España. Disfrútenla.