La revelación Fassbender

La mañana de hoy ha comenzado con la esperada película protagonizada por el premio Donostia de este año. Glenn Close es el alma de Albert Nobbs, la película de Rodrigo Garcia que hoy se ha presentado fuera de concurso en la Sección Oficial del Festival de San Sebastian y que ha dividido a la critica entre defensores acérrimos y opinares contrarios a la cinta. La historia de Albert Nobbs, es decir, la historia de una mujer que se hace pasar por un hombre para trabajar como mayordomo en un hotel de Dublin, es un relato de supervivencia en tiempos adversos que pierde la oportunidad de sacar partido a todas las propuestas que se plantean en la historia.

Partiendo de la base de que la caracterización y las interpretaciones no terminan de satisfacer al espectador (elemento imprescindible en una historia de esta naturaleza), la película transcurre por unos derroteros dispersos que dan de lado a la información aparentemente mas relevante para caer en un pozo de lugares comunes y banalizaciones que producen, a la vez, sonrojo y desesperación por buscar unas respuestas que la historia, tras plantear unas preguntas concretas, no da. El proyecto personal de Glenn Close (además de protagonista, coguionista y productora) ha salido rana, y de cara a los Oscar es bastante probable que el potencial para la carrera de premios que a priori puede tener esta película se desinfle hasta diluirse.

La segunda película de la mañana venia firmada por Sarah Polley, actriz/directora que junto a los actores Michelle Williams y Seth Rogen arma una historia que ya hemos visto en numerosas ocasiones con grandes aciertos (sobretodo mas en la forma que en el fondo) y grandes errores de tratamiento de la historia. En el campo de la interpretación, Michelle Williams, aun dando vida a un personaje detestable, es lo mejor de la película, y Seth Rogen se confirma como gran actor de comedia, pues en el campo dramático no se sostiene de ninguna manera. En definitiva, una historia que no cuenta nada que no hayamos visto ya y que en su forma tiene aciertos y errores pero que en cualquier caso se hace un visionado agradable, curioso y merecedor de una oportunidad.

Pero el plato fuerte de hoy estaba (como ocurre en muchas ocasiones), en la sección paralela Perlas de otros festivales. La recién premiada en Venecia Shame, de Steve McQueen ha congregado a la practica totalidad de acreditados del festival nada mostrarnos la áspera y cruda historia de un adicto al sexo que busca la forma de aprender a convivir consigo mismo y con su entorno cuando su hermana aparece en su apartamento y comienza a vivir con él.  El personaje masculino esta interpretado, de forma magistral, por un Michael Fassbender contenido, frágil y sutil; y la hermana de este tiene la cara de Carey Mulligan, que demuestra una vez mas sus tablas delante de la cámara.

La desoladora película también demuestra el talento innato de McQueen para mantener el pulso narrativo, a ratos contemplativo, a ratos reflexivo, de esta difícil historia, manteniendo la forma de la película totalmente ajena al fondo. Una propuesta arriesgada, polémica, que trata temas muy poco conocidos, o directamente denostados y sin duda dará mucho que hablar en los próximos meses.