‘10.000 km’, una historia de amor herida de distancia

La jornada de hoy en Málaga no ha podido resultar más dispar. 10.000 kilómetros, debut en el largometraje de Carlos Marques-Marcet y de la productora La Panda, es un retrato somero de las dificultades de una relación a distancia que no termina de levantar el vuelo. Mientras, Kamikaze, producida por la televisiva Globomedia y dirigida por uno de los hombres de la casa, Álex Pina, es un despropósito que sólo tomada a chufla tiene un pase.

En 10.000 kilómetros la convivencia de una joven pareja se ve interrumpida por una oferta de trabajo que la llevará a ella a Los Ángeles mientras él sigue estudiando sus oposiciones en Barcelona. Marques-Marcet retrata ese proceso doloroso con rigor y buena caligrafía, pero no termina de encontrar oro en un historia que, evidentemente, lo esconde un poco más abajo.

La presentación de los personajes en un largo plano secuencia es excesivamente alambicada. En los primeros minutos de película todo está tan previamente ensayado y marcado que no logra transmitir la naturalidad que pretende. Tampoco ninguno de los protagonistas –encarnados por Natalia Tena y David Verdaguer- consigue caer simpáticos y, mucho menos, establecer la conexión emocional que la historia requiere.

Una vez se produce la separación, la película gana en interés. El empeño de Marques-Marcet por ceñirse el mayor tiempo posible a las imágenes de sus conversaciones por Skype funciona admirablemente bien. Pero la película no va más allá. Todo queda en la superficie de una relación herida de distancia, pero eso es lo único que sabemos de ellos. La pena es que 10.000 km esconde una buena película pero está más profunda, requería haber excavado un poco más.

Por otro lado, la producción de Atresmedia dirigida por Álex Pina Kamikaze es una de las grandes apuestas del año por parte de la cadena de televisión y arranca su andadura en la sección oficial de Málaga.

Cuenta la historia de Slatan, un terrorista suicida que ve sus planes truncados cuando el avión comercial que iba a utilizar para su atentado es cancelado por el temporal ruso. Slatan (Álex García) se ve obligado a compartir varios días con los que iban a ser sus compañeros de vuelo al ser todos enviados a un hotel en la montaña mientras esperan a que el aeropuerto se reabra.

Álex Pina localiza en el frío invierno ruso esta comedia coral -Carmen Machi, Verónica Echegui, Leticia Dolera, Héctor Alterio, Iván Massague y Eduardo Blanco completan el reparto de pasajeros españoles- que cumple con las expectativas de complacer al público general, aunque se le escapa de las manos el espectador más crítico. Un reparto en su mayoría acertado y algunas pinceladas propias del thriller y el cine de acción hacen de Kamikaze una película muy fácil de disfrutar. Aunque su mayor defecto también se encuentra, precisamente, en la gestión de esta mezcla de géneros. La cinta de Álex Pina hubiera agradecido un tono más alocado durante todo el metraje.

Fernando de Luis-Orueta / Rubén Miguélez