El Festival de Málaga encara su recta final con una de las jornadas más estimulantes de esta edición. En el programa doble de hoy, Cerca de tu casa, de Eduard Cortés, apodada por aquí ‘el musical de los desahucios’ en el que Silvia Pérez Cruz pone su música y su debut como actriz al servicio de una arriesgada narración sobre la crisis hipotecaria; y la redonda La próxima piel, de Isaki Lacuesta e Isa Campo, sin duda la mejor cinta de toda la sección oficial sobre un joven que se reúne con su familia ocho años después de haber desaparecido en el Pirineo, en la que se plantea tanto el difícil encaje entre desconocidos como las dudas sobre la identidad del muchacho.
Ganador de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con Los pasos dobles, Lacuesta compite por primera vez en Málaga y lo hace con su película, digamos, más accesible. Lo cual, dicho de un director radical como él, se traduce como un gran cambio en su filmografía que cada vez se presenta menos uniforme –y hay quien diría que errática–. Porque La próxima piel está en las antípodas de su trabajo anterior, Murieron por encima de sus posibilidades, aquella sátira enloquecida sobre la crisis económica formalmente barroca y excesiva. Ahora, en cambio, ha dirigido junto a la documentalista Isa Campo un relato sobrio, inquietante e incluso sexy sobre una variación del mito de Martin Guerre, un hombre que se hizo pasar por un desaparecido engañando incluso a su mujer y su hijo. Aquí es Alex Monner el joven que es devuelto a la que parece ser su familia de origen ocho años después de haber desparecido en una cacería en la que su padre falleció al despeñarse. Su madre (Emma Suárez) le acoge con devoción pero su tío (Sergi López) mantiene serias dudas sobre su identidad.
Lacuesta y Campo han sabido escarbar en todos los recovecos que les ofrece tan peculiar historia: el suspense sobre la identidad del joven, la necesidad de la madre por recuperar a su hijo, el encaje del muchacho en un grupo familiar y social que debería conocer pero que resulta ajeno y el oportunismo de un ser caído en desgracia que se lanza a aprovechar las comodidades de su nueva vida por más que su cabeza bulla de confusión. Y lo hacen con estilo y maneras, con una sobriedad exquisita y un dominio del tempo y el suspense notables.
Mención especial merece el trabajo de Álex Monner, al que descubrimos en Málaga con la inolvidable Héroes, que vimos también aquí crecer con Los niños salvajes (cinta que llegó a ganar la Biznaga) y que ahora nos parece ya un actor maduro a sus 21 años. Su trabajo, a medio camino entre la dureza y la ternura, lo salvaje y lo domesticado, la serenidad y la locura, es abrumador y sostiene en buena parte el pulso de la película.
“Gente sin casas, casas sin gente”
Menos afinada pero igualmente arriesgada y estimable es Cerca de tu casa, una película de Eduard Cortés que visitó Málaga con la muy fallida y convencional The Pelayos. En esta ocasión, en cambio, pone su indiscutible buen hacer como realizador al servicio de un guión algo esquemático que coge altura al mezclarse con la música de la cantante catalana Silvia Pérez Cruz. El resultado es un musical que fluctúa constantemente entre la idea genial y cierta torpeza en su concreción.
Cuando decimos musical no hay que pensar en un show de bailarines con brillantina ni tampoco el despliegue melódico que cautive el oído sino que responde –quizás sin saberlo– a una concepción muy contemporánea del género en el que se puede inscribir la interesantísima London Road que clausuró el pasado San Sebastián o, en teatro, Hamilton, el espectáculo de moda en Broadway a base de hip hop. Cerca de tu casa no alcanza esas cotas, pero sí apunta en la dirección adecuada.
Su debilidad, en cambio, radica en un guión que parte de una premisa equivocada. Posiblemente para evitar el reduccionismo de otras películas que han abordado el tema como Techo y comida o, en esta misma sección oficial, Zoe, Cerca de tu casa se esfuerza por hacer un retrato coral del desahucio: el matrimonio, su hija, los abuelos, el jefe del abuelo, su hijo que es también el bancario que les contrató la hipoteca, su jefa y hasta el policía que tumba su puerta… Pero no es suficiente porque muchos de ellos –sobre todo en el lado de los malos– son excesivamente arquetípicos.
Así y todo, Cerca de tu casa más allá de su sorpresa formal es capaz de invitar a una reflexión sobre la culpa de los desahucios y crecer en la cabeza del espectador con el paso de las horas, quién sabe si de los días.