‘In Fabric’: Un enigmático festín visual de terror setentero

'In Fabric'
Terror retro
El excesivo metraje y la ausencia clara de un tema lastran una película visualmente fascinante e hipnótica
3
Curiosa

El cuarto largometraje de Peter Strickland, In Fabric, es una película de maldiciones y fantasmas con leve trasfondo de crítica social y claras referencias visuales, sonoras y temáticas al cine de terror europeo de los años setenta, sobre todo al giallo y al cine de Jess Franco.

In Fabric está compuesta de dos historias centradas en un vestido de cóctel a la venta en unos misteriosos grandes almacenes regentados por un pariente muy cercano de Nosferatu y un séquito de vampiresas con cara empolvada, pelucón y traje de época en periodo de rebajas. Ese vestido es adquirido por dos mujeres bien diferentes: la primera es una mujer divorciada de mediana edad que busca pareja a través de los breves de un periódico y la segunda, una joven que se va a casar con su novio de larga duración y que tiene complejo de kilos de más.

Ambas compran el vestido (que, a pesar de no ser de la talla de ninguna de las dos, se adapta perfectamente a su cuerpo) embaucadas por una dependienta que las convence a base de enigmáticas sentencias sobre la moda, la tela, la sociedad o lo que sea, y ambas firman con ello su sentencia de muerte.

La recreación de ese tipo de cine y de una época históricamente tan gris y tan poco usada como los años setenta, y los recursos visuales y sonoros al cine de terror de dicha época son quizá el mayor valor de esta película netamente de género, con numerosos toques de humor negro y surrealista y redondeada por un montaje enérgico que causa sensación de saturación e hipnosis. Narrativamente, la primera historia está más conseguida que la segunda, facilita un poco más la implicación del espectador. La segunda aporta poco en el ambiente y prolonga el metraje innecesariamente. Aunque no llegue a fascinar el conjunto, sí se ve con mucha curiosidad. Demos por valiosa la experiencia.