‘Enquête sur un scandale d’État’: cuando la verborrea sustituye a la acción

'Enquête sur un scandale d'État'
La palabra como freno
Un thriller policial y periodístico que se echa a perder por el exceso de conversación y la ausencia de secuencias de acción
1.5
Aburrida verborrea

La película francesa Enquête sur un scandale d’État (Undercover), dirigida por Thierry de Peretti sobre el caso real que el ex-delincuente Antoine Hubert y el periodista de Libération Emmanuel Fansten plasmaron en el libro L’Infiltré, es un intento vano de construir un thriller de investigación periodística con el gran hándicap de que la acción y la narración visual, que se habría agradecido en muchas de las escenas de la película, ha sido sustituida por una verborrea insoportable entre los personajes. Y eso tratándose de una trama muy interesante y de gran alcance tanto a nivel francés como internacional, es imperdonable. Un ex-delincuente de origen argelino se pone en contacto con un joven periodista para contarle una impresionante historia sobre el tráfico de drogas con el que tiene relación un alto cargo del gobierno francés, para el cual ha trabajado como infiltrado en varios países. A medida que avanza la investigación el asunto se vuelve más turbio, para lo cual el periodista tendrá que descender hasta las cloacas del Estado.

Todo esto sobre el papel suena apasionante. Pero la escasez de medios y un exceso de confianza en el valor de la conversación convierten la película en una cinta rutinaria y aburrida, con interpretaciones dignas de sus actores principales y algún secundario de relumbrón (como el magnético Vincent Lindon y la estupenda Valeria Bruni-Tedeschi) que desde luego están desaprovechadísimos. Y la película se va por completo a la deriva cuando la investigación periodística se convierte en una sucesión de reuniones sociales o editoriales que no interesan a nadie, y para remate, la inclusión de un juicio es una ocasión desaprovechada para haber levantado la película o por lo menos salvarla del tedio.