'El lugar de la otra'

‘El lugar de la otra’: un emancipador juego de reflejos

'El lugar de la otra'
Sensible
Un juego de reflejos sobre la mujer y la importancia de la habitación propia
3.5

La labor de Maite Alberdi como documentalista ha quedado fuera de toda duda tras El agente topo y La memoria infinita, y ahora acude al Festival de San Sebastián con su primer largo de ficción, una película de época basada en un hecho real con la que consigue un juego de reflejos entre mujeres con ganas de vivir una vida propia, un sutil mensaje feminista, en la que no abandona para nada su posicionamiento humanista.

María Carolina Geel es una escritora que asesina a su amante en un elegante hotel del centro de Santiago de Chile, y la vida social de la ciudad se revoluciona. Mercedes, la secretaria del juez que instruye el caso, se llega a interesar tanto por lo sucedido, sobre todo por la asesina, que entra dentro de su vivienda con la excusa de recoger algunas cosas para llevarle a prisión, pero descubre en ella un refugio en el que escapar de la cansada vida que tiene fuera, con un marido machista e indolente y unos hijos ruidosos y descuidados. Su refugio se va convirtiendo en una vida paralela en la que vive como Carolina, al igual que esta replicó el asesinato cometido por otra escritora, viste como Carolina y sueña como Carolina. Se transforma en Carolina. Pero su doble vida termina cuando Gabriela Mistral consigue el indulto presidencial de Carolina, que regresa a su vida al igual que Mercedes a la suya.

Disfrazada de película de época y con hechuras bastante clásicas, El lugar de la otra, con soberbia ambientación y sobre todo una fijación por la expresiva mirada de la protagonista Elisa Zulueta, es un estudio de un personaje femenino que, disconforme con la vida que lleva, harta de que sus hijos le dejen sin comida y que su marido nunca lleve a arreglar la enceradora, busca en otra la vida que le gustaría vivir, como una vía de escape que momentáneamente se le hace posible. Con este juego de espejos y de imágenes insiste en la importancia de la habitación propia y de los referentes vitales.