El director y guionista japonés Nagisa Oshima ha fallecido a los 80 años en un hospital de Kanagawa (Japón), a causa de una neumonía. Uno de los nombres claves de la renovación y el reconocimiento internacional del cine japonés, con un estilo muy poético y de gran impacto visual, en su filmografía se encuentran títulos como El imperio de los sentidos (1976), El imperio de la pasión (1978) y Feliz Navidad, Mr Lawrence (1983), y llevaba retirado desde 1999.
Oshima nació en 1932 en Kyoto. Tras abandonar sus estudios universitarios, se desplazó a Tokio para empezar a trabajar en la productora cinematográfica Shochiku, donde pronto empezó a dirigir sus propias películas, la primera de las cuales fue Ai to kibo no machi (Ciudad de amor y esperanza, 1959). A ésta siguieron Nihon no yoru to kiri (Noche y niebla en Japón), Taiyô no hakaba (El entierro del sol) e Historias crueles de juventud, en 1960; la primera de ellas, en la que expresaba su desacuerdo con la izquierda y sus frustraciones con la derecha política de su país, fue retirada de circulación por Shochiku como consecuencia del asesinato de un líder del partido socialista por parte de un radical de derechas, por lo que Oshima abandonó el estudio y lanzó su propia productora. En 1961 estrenó La presa (Shiiku), basada en un relato del Nobel Kenzaburo Oe, sobre la relación entre un pueblo japonés y un soldado estadounidense negro, una película que iniciaba dos de los temas recurrentes de su obra, la xenofobia y el fanatismo. Tras ella Oshima estuvo una época dedicado a la producción de documentales para televisión.
En su búsqueda de nuevas formas de expresión cinematográfica, en 1967 adaptó en Banda de ninjas un manga muy popular de Sampei Shirato, Ninja Bugei-cho, en el que fotografió las viñetas y añadió las voces y con la que inició un periodo de experimentación. En Muerte por ahorcamiento (1968) utilizó el distanciamiento de Brecht con elementos de farsa y sátira política y una serie de técnicas visuales asociadas a la nouvelle vague francesa para contar la historia fallida de una ejecución por violación y asesinato. Además de lograr una importante aclamación internacional con ella, Muerte por ahorcamiento exponía muchos de los temas en los que incidiría en su cine posterior hasta El imperio de los sentidos, como el cuestionamiento de las restricciones sociales y la deconstrucción de las doctrinas políticas. Unos meses después estrenó Diario de un ladrón de Shinjuku (Shinjuku dorobô nikki), que con la intención de investigar la relación entre extremismo político y sexual, diseccionaba la vida diaria de un cleptómano y la imterrumpía con comentarios a cámara de diversas personas, entre las que figuraban, un psicoanalista, una compañía de teatro no y varios personajes de sus anteriores películas.
Pero su gran éxito internacional fue la controvertida e impactante El imperio de los sentidos, de 1976, una película basada en un hecho real de obsesión sexual acaecido en Japón en los años 30. Oshima se empeñó en mostrar escenas de sexo no simulado, por lo que el montaje final de la película tuvo que hacerse en Francia y se expuso a la censura en muchos países. Con la subsiguiente El imperio de la pasión, más comedida, Oshima ganó la Palma de Oro al mejor director en el Festival de Cannes. Su siguiente éxito internacional llegó en 1983 con Feliz Navidad, Mr Lawrence, protagonizada por los músicos David Bowie y Ryuichi Sakamoto (además compositor de la banda sonora) y Takeshi Kitano, en la que contraponía la formación militar nipona y británica, mostrando las relaciones entre cuatro mandos de ambos ejércitos, para hablar de la hipocresía, las restricciones sociales, la xenofobia y el sentido del deber. Su siguiente película, Max, mon amour (1986), con guión de Jean-Claude Carrière, cuenta el trío amoroso que se forma entre un diplomático, su mujer (Charlotte Rampling) y un chimpancé.
Durante los años 80 y 90 ejerció de presidente del Gremio de Directores de Japón, cuyo premio anual ganó él mismo el año en que se instauró, hasta que en 1996 sufrió una apoplejía. A pesar de ello en 1999 se puso de nuevo tras las cámaras para rodar Gohatto, su última película, protagonizada por Takeshi Kitano y Ryuichi Sakamoto, que se presentó en la Sección Oficial del Festival de Cannes.