La penúltima lanza por el Capitán Trueno

La penúltima lanza por el Capitán Trueno

La penúltima lanza por el Capitán Trueno

por Sergio Peris-Mencheta

Para gustos, los colores… está claro que Trueno no funcionó en taquilla, ni la crítica lo acompañó… No voy a entrar aquí a valorar si la razón de semejante fracaso (llamemos a las cosas por su moderno apelativo) se ha debido al proceso creativo, a la tarea de distribución y promoción, a la furibunda crítica de la que fue objeto antes, durante y después… o, sencillamente, al gafe que la película arrastra desde hace más de 10 años… A pesar de ello, dio más que hablar, por desgracia, por razones ajenas a lo artístico.

El Capitán Trueno y el santo Grial ha sido, a pesar de todo esto, de las cosas más emocionantes que me han pasado en la vida. Y esto, lejos de deberse, como hemos visto, al resultado a posteriori de la película, se ha debido al proceso de rodaje de la misma. Y es que los cinco meses de rodaje del Capitán Trueno fueron realmente la aventura que debió ser contada.

Lástima que el making of esté en manos de quien está, y que probablemente las escenas clave de esa película nunca fueran filmadas, porque cualquier amante del tebeo habría disfrutado en grande de ver como, en los tiempos que corren, un equipo exigía al unísono lo que era justo y se plantaba en más de una ocasión.

Nunca me he sentido tan cerca, en el sentido amplio de la palabra, de eléctricos, sonidistas, atrezistas, conductores, maquinistas, cocineros, camareros, sastras, foquistas, especialistas, etc… que durante esos plantes conjuntos. Y eso me lo llevo en el corazón. El que esta película se haya estrenado es un puto milagro. Así de sencillo. Los que lo hemos vivido lo sabemos bien.

Dicen que en todos los rodajes hay un “tonto del rodaje”, y que si no lo has descubierto al tercer día, empieces a preocuparte… En esta película esta figura se empezó a perfilar desde mucho antes de empezar a rodar. Lo bueno de que el “tonto del rodaje” estuviera tan claro desde el principio, es que el equipo se unió pronto. Lo malo de que éste fuera el productor, es que la película lo iba a notar, indefectiblemente.

Sacar adelante un proyecto, a pesar de su dueño, es jodidamente difícil. Y que para ello, un equipo entero se olvide de no haber cobrado y siga trabajando por pura fé en el director y en la profesionalidad de unos y otros, a mí me parece milagroso. Tras el estreno, el presidente de la Academia de cine expuso su punto de vista sobre la película (con mayor o menor fortuna, no voy a entrar a valorarlo) y esto provocó que los productores, amos y señores de la cinta, se sintieran heridos en su orgullo, y optaran por retirarla de los Goya.

¿Por qué, si lo único que habéis hecho por esta película es dificultar el trabajo de 200 personas que sí querían sacarla adelante? ¿Por qué termináis con el milagro de que esta película exista aunque sólo sea un poquito? ¿Por qué cerráis la puerta de que alguno de esos más de 200 trabajadores puedan optar a una nominación? ¿Por qué? ¿Por orgullo?…

Este año, en la ceremonia de los Goya, los No-nominados serán:

Dirección: Antonio Hernández
Fotografía: Javier Salmones
Director de arte: Félix Murcia
Música: Luis Ivars
Montaje: Iván Aledo
Sonido: Agustín Peinado y Juan Ferro
Diseño de vestuario: Bina Daigeler
Maquillaje y Peluquería: José Quetglas y Carmen Veinat
Efectos Especiales: Molina FX

Reparto :
Natasha Yarovenko
Sergio Peris-Mencheta
Manuel Martínez
Adrián Lamana
Gary Piquer
Asier Etxeandía
Roberto Álvarez
Emilio Buale
Alejandro Jornet
Ramón Langa
Xabier Murua
Benito Sagredo
Jon Bermúdez
Jennifer Rope
Eduardo Torroja
Andrea Masulli
Antonio Chamizo
Jorge Galeano