La organización de los premios ya está trabajando en el diseño de la nueva ceremonia, distribuyendo los espacios disponibles y estudiando cómo realizar sobre el terreno la idea de situar la alfombra roja en la calle, frente al teatro, especialmente teniendo en cuenta la climatología. Dado que los Goya se celebran en febrero es frecuente que llueva o, incluso, nieve, el día de la ceremonia. Para afrontar esta circunstancia, con toda probabilidad, se instalarán carpas gigantes calefactadas que protejan el desfile de las estrellas.
Uno de los principales retos que se plantean con la nueva ubicación es la infraestructura para la retransmisión televisiva y el trabajo de la prensa. El Real dispone de menos espacios que el Palacio de Congresos donde se venían realizando los Goya en los últimos años por lo que Televisión Española para la realización y difusión de la gala tendrá que hacer un esfuerzo extra.
Además, el aforo del teatro también es algo menor (1.650, muchas de ellas con visibilidad reducida o nula, frente a 1.814) por lo que se auguran dificultades para la organización, que tendrá que recortar severamente el número de invitados a la ceremonia. A cambio, la Academia espera que la Casa Real ocupe el palco que tiene reservado en el auditorio.
Hace ya un año el presidente de la institución, Álex de la Iglesia, había anunciado un que preparaba un «gran proyecto» para 2011 que serviría para «internacionalizar los premios» y que «repercutirá a nivel social».