Penélope Cruz se ha convertido esta noche en la primera actriz española galardonada con un Oscar. Ha logrado imponerse al resto de candidatas pese a contar con grandes rivales como Viola Davis, Amy Adams y Marisa Tomei. Su interpretación de Maria Elena, una mujer desequilibrada y depresiva, en Vicky, Cristina, Barcelona ha sido reconocida por la Academia pese a que el resto de actrices figuraban por películas con mayor presencia de nominaciones. También se cumple la tradición de que Woody Allen es un talisman para las actrices de reparto en los Oscar. Gracias a él han sido oscarizadas Diane Wiest o Mira Sorvino.
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Esta joven madrileña, nacida en Alcobendas, de 33 años, empezó curiosamente en el mundo de la danza. Fue al ver ¡Átame!, de Pedro Almodóvar, cuando decidió dedicarse a la interpretación. Bigas Luna le dio su oportunidad de oro en 1992 con Jamón, jamón en la que compartía cartel con el otro intérprete español que posee un Oscar, Javier Bardem. En 1993, bajo las órdenes de Fernando Trueba, estrenaba Bélle Epoque, cuyo triunfo la llevaría por primera vez a la alfombra roja de Hollywood. Años más tarde repetiría con el director en la aclamada La niña de tus ojos, que la consagró definitivamente. Por su parte, la Academia española ha reconocido su talento con tres Premios Goya.
Su incursión internacional se circunscribió al principio a Europa, en concreto, en Italia, donde ganó elogios y multitud de premios por su papel en No te muevas. Pero fue el exitazo en España de Abre los ojos, en 1997, dirigida por Alejandro Amenábar, lo que hizo que Tom Cruise se fijara en ella y coprotagonizaran juntos el remake americano: Vanilla Sky. Este filme, y la relación con el actor, la colocaron en la portada de todas las revistas. Su perfil de mujer latina lo rentabilizó en las correctas Todos los caballos bellos, La mandolina del Capitán Corelli o Blow, donde era la chica de Matt Damon, Nicholas Cage o Johnny Depp.
Con esta proyección mediática, fue Pedro Almodóvar quien reformuló su carrera. Penélope Cruz ya había cumplido su sueño de trabajar con el director manchego en Carne trémula y, desde entonces, sus papeles han ido creciendo hasta convertirse en la musa de sus películas. Penélope volvió a la alfombra roja, ya como estrella, hace diez años para entregar el primer Oscar al manchego por Todo sobre mi madre al ya famoso grito de «¡Pedro!». Con Almodóvar, ya doblemente oscarizado, regresó al cine español, esta vez como personaje central de Volver, cuyas excelentes críticas la colocaron en la carrera por el Oscar a la mejor actriz protagonista hace dos años. Hollywood entendió que Penélope con un buen guión y, en español mejor que en inglés, era pura dinamita.
Así, lo vio Woody Allen cuyo ramalazo para la comedia era el contexto perfecto para el nuevo reto de la actriz. Su homenaje a la capital catalana, Vicky, Cristina, Barcelona, ha gustado a la crítica estadounidense, pero es Penélope quien se ha llevado todos los elogios por esta interpretación de neurótica ex-mujer de Javier Bardem, a quien literalmente se come en pantalla. Un papel, por cierto, prácticamente en español. Y en este idioma regresará con toda probabilidad a la siguiente edición de los Oscar como una de las favoritas por la nueva cinta de Almodóvar, Los abrazos rotos.