El maestro italiano Mario Monicelli, artífice de algunas de las comedias más delirantes del cine italiano de los años 50 y 60 como Rufufú, La gran guerra, ambas nominadas al Oscar a la mejor película extranjera, o Camaradas, que fue nominada al Oscar al mejor guión original, se ha suicidado hoy a los 95 años tirándose por una ventana del hospital donde estaba siendo atendido. Trabajó con los grandes actores del cine de aquellos años, como Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Nino Manfredi, Monica Vitti, Toto, Alberto Sordi, Silvana Mangano o Claudia Cardinale. Una de sus últimas apariciones como actor fue en Bajo el sol de la Toscana (2003), y en los últimos años se había convertido en noticia por su furibundo antiberlusconismo.