Las miniseries y películas producidas especialmente para televisión son, a menudo, una plataforma idónea para ejercer la imaginación al margen de los presupuestos manejados por una producción para la gran pantalla. Los biopics y las reconstrucciones históricas contemporáneas son este año la tónica general en esta categoría, en la que el único atisbo de ficción lo ofrece la victoriana Return to Cranford. El resto de las nominadas se centra en periodos de la historia reciente de Estados Unidos, y su valor visual reside en el mayor o menor grado de realismo con el que han acometido su labor.
Georgia O’Keeffe – Stephen Altman (diseño de producción), John Bucklin (dirección artística) y Helen Britten (decorados)
Stephen Altman (sí, el hermano de Robert) recibió una nominación al Oscar por tu trabajo en los decorados de Gosford Park y ha trabajado en numerosas producciones como Ray. En esta ocasión, para el biopic de Georgia O’Keeffe, ha creado, junto a su equipo habitual, una nueva incursión en la vida de uno de los iconos americanos del siglo XX. Su trabajo es más que correcto, bien documentado y sabiamente resuelto, aunque se echa de menos una dosis adicional de imaginación o de osadía que aporte un aspecto más atractivo a la película. Por otro lado, quizás este tono algo plano que domina en toda la película sea un modo de subrayar el contraste entre una cotidianeidad gris, hostil y anodina, y el fantástico mundo de formas y colores brillantes creado por O’Keeffe en sus obras. Por ello, no ha de ser descartada como firme candidata, aunque este trabajo no sea uno de los más sobresalientes en la competición de este año.
The Pacific – Anthony Pratt, (diseño de producción), Dominic Hyman, Jim Millet, Ship & Plane, Scott Bird y Richard Hobbs, (dirección artística), Rolland Pike y Lisa Thompson (decorados)
Una de las series más aplaudidas de la pasada temporada promete ser también una de las grandes triunfadoras en las categorías técnicas de los Emmy. Y es que crear el tejido visual de un filme bélico es una de las labores más complicadas y desafiantes para cualquier equipo, sobre todo si la verosimilitud de las reconstrucciones es uno de los criterios principales, como ocurre en The Pacific. Para ello han recreado Japón en diversas localizaciones en Australia y han desplegado una serie de recursos casi impensables en otro tipo de producciones. Los numerosos escenarios, los costosos decorados y los espacios interiores que dan un respiro a la tensión visual de la película son la clave para comprender que sean siete las personas incluidas en esta nominación. Al frente de ellos se encuentra Anthony Pratt, con una sólida carrera que incluye dos nominaciones a los Oscar (por Esperanza y gloria y El fantasma de la Ópera) y dos nominaciones a los Emmy (por Roma y Band of Brothers). Es más que probable que The Pacific sea la ganadora. No ofrece grandes derroches de imaginación –resulta difícil creer que no existan formas nuevas de contar la guerra-, pero es sin duda la producción más ambiciosa de las que compiten este año, y han puesto toda la carne en el asador.
Return To Cranford – Donal Woods (diseño de producción), Mark Kebby (dirección artística) y Trisha Edwards (decorados)
Las producciones de la BBC siempre son impecables desde el punto de vista artístico, aunque tienen un muy marcado carácter visual que despierta pasiones tanto a favor como en contra. En el caso de la segunda parte de Cranford, las historias rurales imaginadas hace siglo y medio por Elizabeth Gaskell cuentan, en su adaptación televisiva, con una cuidada y exquisita puesta en escena visual que subraya la cotidianeidad de los personajes sin olvidar la fascinación estética que siempre despiertan las recreaciones de la Inglaterra victoriana. Los interiores han sido magníficamente recreados y, lejos de la magnificencia asociada a las películas de época, dan una imagen muy acertada de la vida diaria de los personajes. Por otro lado, no hay que olvidar que nos encontramos ante una de esas producciones en las que el espacio –en este caso, el pequeño pueblo de Cranford- se convierte en un personaje más, y condiciona de manera insoslayable el carácter de los personajes. Por todo ello, y por ser una de las producciones que más optimiza sus recursos, Regreso a Cranford es otro de los nombres imprescindibles de las nominadas este año.
Temple Grandin – Richard Hoover (diseño de producción), Meghan C. Rogers (dirección artística) y Gabriella Villarreal, SDSA, (decorados)
Y, siguiendo la estela de Georgia O’Keeffe, Temple Grandin es también un telefilme con nombre propio, en este caso el de uno de los personajes más fascinantes de las últimas décadas. A través del biopic de esta mujer autista convertida en una eminencia científica, Richard Hoover ha diseñado una visión acertada y visualmente atractiva del campo americano en los años sesenta. Los escenarios rurales están recreados de manera realista y los interiores presentan configuraciones muy atractivas que hacen pensar en la constante reflexión sobre el espacio y el entorno que lleva a cabo la protagonista. Por otro lado, no todo es puramente documental; nos encontramos ante una fábula, ante un cuento casi de hadas, ante una de esas historias automáticamente clasificadas como “inspiradoras” y que exigen una cierta magia visual, un encanto algo melancólico, una recreación imaginativa de la realidad. Y parece que Temple Grandin es una de las producciones que más satisfactoriamente ha solucionado esta exigencia.
You Don’t Know Jack – Mark Ricker (diseño de producción), Amy Fritz (dirección artística) y Rena DeAngelo (decorados)
El encargado del diseño de producción de la muy lograda Julie & Julia, Mark Ricker, se ha encargado de coordinar la producción de You Don’t Know Jack, un filme que, como ya comentamos en el análisis del vestuario, ofrece una muy interesante reconstrucción de la vida cotidiana en los años noventa. Por ello, los escenarios podrían parecer enormemente triviales y fáciles de conseguir. Sin embargo, una época tan cercana como los años noventa ofrece muchos más desafíos que épocas anteriores; a la hora de recrear, por ejemplo, los años sesenta, cualquier decorador o diseñador cuenta con múltiples referencias, estereotipos y claves estéticas claras a las que acudir. Al enfrentarse con una época más cercana, y todavía no recuperada por la fiebre vintage en la que vivimos inmersos, las dificultades son enormes. Por ello, la labor de Ricker y de Amy Fritz, la directora artística, es enormemente meritoria. Han sabido captar perfectamente el clima de esos años y dotar a la película de una gran coherencia artística. Desde la convencional residencia donde vive el protagonista hasta los asépticos y sombríos edificios administrativos donde transcurre parte de la historia, todo en You Don’t Know Jack remite a elementos enormemente cotidianos honestamente recreados.
Ganará: The Pacific
Debería ganar: The Pacific