Todos contra Bryan Cranston. El protagonista de Breaking Bad no ha fallado ni una: cada nominación a los Emmy. Ya lleva tres y es el favorito para lograr el cuarto. Presentan de nuevo batalla Jon Hamm (Mad Men) y Michael C. Hall (Dexter), que pese a sus icónicos personajes no lo han logrado nunca. Para ambos es el quinto intento. Completan la selección Steve Buscemi, en su segundo asalto con Boardwalk Empire, y dos debutantes: Hugh Bonneville (Downton Abbey) y Damian Lewis (Homeland).
Hugh Bonneville por Downton Abbey
El año pasado, cuando Downton Abbey era una minisere, Hugh Bonneville no logró la nominación. Este año, con el cambio de categoría, el delicioso actor británico sí ha pasado el corte. Su trabajo al frente del amplio clan de los Crawley es sobresaliente. El personaje le ha llevado a tallar varias caras de un mismo cubo: padre, hijo, patriarca, señor de la casa y militar incapacitado. En el episodio que ha elegido para competir (el especial de Navidad) añade otra faceta más al señor Crawley, con credibilidad impecable. Siempre impoluto y gozoso de ver y escuchar. Y aun así, lo tiene complicadísimo para ganar este premio por dos razones: es el único que compite por una serie británica, un cuerpo extraño en esta categoría; y no es tan protagonista como el resto de sus adversarios, que son las estrellas absolutas de sus programas mientras Bonneville está integrado en un reparto enormemente coral.
Steve Buscemi por Boardwalk Empire
Es muy curioso el caso de Steve Buscemi y Boardwalk Empire. De la primera temporada a la segunda, la serie ha ido de más a menos en términos de atención pero seguramente de menos a más en lo que a calidad se refiere. Y lo mismo ocurre con Buscemi: en la primera temporada obtuvo el Globo de Oro y el SAG y aun así quedó sin Emmy. Con esa premisa es difícil imaginar que pueda ganar este año, y más aún cuando su papel no es tan llamativo ni lucido como el de sus rivales. Perfecta prueba de ello es ‘Two Boats and a Lifeguard’, el episodio con el que compite, en el que despide a su padre fallecido en una lucha constante por no mostrar sus sentimientos. Una batalla de esas que no se pueden ganar. Como la del Emmy al mejor protagonista.
Bryan Cranston por Breaking Bad
Bryan Cranston va ritmo de un premio Emmy por cada temporada de Breaking Bad y nada indica que la Academia esté en arrepentida ni cansada de tan estable relación. Para hacerlo todo mucho más intenso, el año pasado no había temporada elegible de esta serie, así que para colmo le habrán echado de menos. Pero se comprende: Cranston no sólo es un buen actor sino que su personaje es efervescente. En el capítulo que ha seleccionado, ‘Crawl Space’, hace todo un recital de angustia, arrepentimiento y terror que no deja espacio para nada más. Con ese personaje, Cranston lo invade todo, hace suya una serie, que por lo demás es sobresaliente. ¿Puede quedarse sin premio? Sorpresas mayores hemos visto, pero hasta que ocurren cuesta creerlas.
Michael C. Hall por Dexter
Hasta resulta chocante ver Dexter nominada en los Emmy a estas alturas. Parece que la serie ha perdido su potencial, seguramente por estar exprimiendo una fórmula que no da mucho más de sí. Expresado de otro modo: ¿cuánto tiempo más será creíble que Michael C. Hall ahogue sus instintos asesinos sin que nadie le descubra? El desgaste que produce esa pregunta es constante no sólo en la serie, sino en el trabajo de Hall. Quizá por ello, ha escogido ‘Nebraska’, un episodio en el dibuja un Dexter distinto: nada del personaje meticuloso que mata sin manchar y colecciona muestras de sangre de sus víctimas; aquí es un descerebrado que se deja llevar por sus instintos -no sólo asesinos-. Si no ha ganado hasta ahora, este año menos todavía cuando su serie ya no compite por el premio a la mejor del año.
Jon Hamm por Mad Men
Ah, ¿pero no decíamos que Bryan Cranston es el absoluto favorito? ¡Pero si compite Jon Hamm, el protagonista de la niña mimada de la Academia, que todavía no ha ganado la estatuilla pese a sus cinco oportunidades! Desde luego, cuesta comprender por qué se premia a la serie un año tras otro y nunca a su protagonista, pieza fundamental en la construcción de ese aire sofisticado e hipócrita que impregna cada rincón de Mad Men. El episodio que ha seleccionado es el impresionante y trascendente ‘The Other Woman’, en el que el personaje de Don Draper, curiosamente, queda retratado como algo menos perverso y mucho más humano que los que le rodean. Curioso. Pero, ¿no es un error que Jon Hamm haya enviado un capítulo donde el drama gira entorno al personaje de Christina Hendricks, que por cierto está sobresaliente? Nos tememos que ni a la quinta vaya la vencida.
Damien Lewis por Homeland
Esta es, stricto sensu, la única novedad de las seis nominaciones porque, aunque Hugh Bonneville debute como candidato, ya lo intentó el año pasado. En cambio, este año ha sido cuando hemos conocido al sospechoso personaje que interpreta Damian Lewis en Homeland, un marine que regresa a Estados Unidos tras muchos años de cautiverio en Irak y sobre el que se ciernen serias sospechas de que se haya cambiado de bando. El trabajo de Lewis es intachable, siempre dispuesto a cooperar en ese juego de equívocos que se plantea al espectador. Para competir por el Emmy ha seleccionado ‘Marine One’, el capítulo final, en el que se erige definitivamente en héroe. No es mala elección dado que los héroes siempre gustan y tiene aquí oportunidades más brillantes; en cambio, el inicio de la temporada, con el clásico juego del ratón y el gato, todo era más sutil y, posiblemente, más interesante. En cualquier caso, aquí está el mejor candidato a dar la sorpresa.
Ganará: Bryan Cranston por Breaking Bad
Debería ganar: Hugh Bonneville por Downton Abbey