Goyatlón 2014: Mejor actriz revelación

La experiencia y aplomo de Belén López y María Morales frente a la frescura de Natalia de Molina y la belleza enigmática de Olimpia Melinte: este es el atractivo cuarteto  que nos ofrece la categoría de mejor actriz revelación para esta edición de los Goya. Fuera de consideraciones sobre la calidad de las películas a las que representan y pese a la ausencia entre las nominadas de la verdadera actriz revelación de este año que es Bárbara Santa-Cruz (3 bodas de más, Ilusión, Barcelona nit d’estiu), las cuatro representantes permanecen en la memoria tiempo después de verlas.

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Belén López por 15 años y un día

Causa extrañeza empezar el repaso de las actrices revelación del año por Belén López, un rostro tan familiar de la pequeña pantalla y que ya tuvo su primer papel importante en cine el año pasado al dar vida a la Irene Adler de Holmes & Watson. Madrid Days. En 15 años y un día, Gracia Querejeta la ha llamado para interpretar a un personaje que, al menos de entrada, ha hecho ya varias veces: una mujer policía. Después de haber pasado por El comisario y R.I.S. científica, lo de menos en el trabajo de Belén López es calzarse el uniforme. Lo de más labrar el delicado equilibrio entre la mujer con autoridad, la madre preocupada y la precavida enamorada de Tito Valverde. Su presencia en la película es cálida y luminosa, seductora y natural. Es precisamente el gran trabajo de la actriz lo que deja al descubierto lo escueto de su trama, que hubiera requerido un trabajo de guión más intenso para dar mayor dimensión a las muchas posibilidades que señala Belén López con su trabajo. Fernando de Luis-Orueta

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Olimpia Melinte por Caníbal

Para la gran mayoría de la gente que vimos Caníbal, Olimpia Melinte era una desconocida. Quizás por esto, la sorpresa al ver su gran trabajo en la película de Manuel Martín Cuenca fue mayúscula. En Caníbal el trabajo de Olimpia Melinte tiene doble mérito, ya que la actriz interpreta a las dos hermanas gemelas protagonistas de la historia: Alexandra y Nina. La actriz rumana es un ejemplo de esfuerzo y sacrificio: tuvo que aprender español en apenas dos semanas además de engordar 1o kilos para interpretar a un personaje de enorme complejidad como es el de Nina. Su complementación con Antonio de la Torre, que interpreta al protagonista de la cinta, es practicamente total y eso se nota tanto en las escenas dialogadas como en las que el diálogo pasa a ser algo secundario para darle prioridad a un discurso formal de lo mejor que se puede ver este año en el cine español. Desde el primer momento que sale en pantalla Olimpia Melinte hipnotiza al espectador hasta tal punto que, en ocasiones, nos olvidamos del gran trabajo de Antonio de la Torre para meternos en la piel y en la mente de Nina, explorando sus sentimientos y empatizando con un personaje abrumador que Melinte interpreta con asombrosa habilidad. Su nominación no solo es merecida, sino que el próximo 9 de febrero este Goya debería llevar su nombre. Roberto Bra

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María Morales por Todas las mujeres

La actriz cordobesa María Morales, de amplia carrera en televisión (Amar en tiempos revueltos, La fuga, El barco…) es una de las mujeres que conforman el hexaedro en cuyo centro se sitúa Nacho, ese cuarentón que ha construido su vida a base de improvisaciones y que siempre va buscando a alguien que le saque del apuro. En este caso, Marga, su antigua novia, a la que abandonó un buen día, según él, para irse a Marrakech (con unas botas de agua) y a la que llama por teléfono para que sea ella, que ahora es abogada, la que se enfrente a su suegro en el caso de los novillos robados. María Morales, en los diez minutos de tiempo en Todas las mujeres, recorre todas las emociones que le produce volver a ver y hablar con la persona con la que vivió muchos años, al que quiso y que le abandonó. Bajo una pátina de dignidad que mantiene durante todo el tiempo, muestra su ira, su rencor, su incredulidad, pero también un resquicio de amor, y sobre todo orgullo por el hecho de que haya vuelto a llamarle al cabo de todos estos años. Las seis actrices de Todas las mujeres ofrecen interpretaciones maravillosas, pero quizá sea la de María, la menos conocida, la más emocionante de todas.  María Pérez

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Natalia de Molina por Vivir es fácil con los ojos cerrados

La más joven de las nominadas ha ganado por méritos propios estar en esta categoría gracias su acercamiento al personaje de Belén, su debut en la gran pantalla de la mano de David Trueba. Esta cara todavía desconocida para el público que continúa su formación en el Estudio Corazza a punto estuvo de quedarse fuera del trío protagonista de Vivir es fácil con los ojos cerrados. A pesar de que Trueba se interesó por ella tras ver su casting, el director quería a una andaluza para el papel; cuando supo que era de Jaén le pidió hacerle una segunda prueba, esta vez con su natural acento andaluz, y el personaje fue suyo. Natalia de Molina interpreta a una muchacha obligada a dejar atrás la niñez, marcada, como lo están los personajes de Javier Cámara y Francesc Colomer, por la España de finales de los años 60. Su trabajo es de los que enamoran a la cámara con naturalidad, una virtud que la hace resultar tan tierna como sensual en el momento que el guión lo requiere. Ante la ausencia de candidatas como Bárbara Santa-Cruz, el galardón de actriz revelación podría llevar su nombre o el de Olimpia Melinte.  Bernardo Pajares

Ganará: Olimpia Melinte por Caníbal
Debería ganar: Belén López por 15 años y un día