Goyatlón 2014: Mejor película europea

La lucha por el Goya a la mejor cinta europea viene a ser un destilado del Festival de Cannes de este año -La vida de Adèle (Palma de Oro), La caza (mejor actor) y La gran belleza (la gran ignorada del palmarés) contra la ganadora de Cannes del año anterior, Amor. Si los cuatro títulos pertenecieran a la misma hornada, sería difícil imaginar una derrota la cinta de Haneke, pero habiendo pasado tanto tiempo desde su estreno la pugna por el Goya se muestra ahora mucho más abierta y dada a la sorpresa.

goya2014europea1Amor, de Michael Haneke

Las complicadas fechas para competir en los premios generan nominaciones justas que por motivos puramente extracinematográficos ya generan animadversión hacia el títulos en cuestión. Es el caso de Amor, la devastadora y bellísima cinta de Michael Haneke, que por fechas pudo competir en la mayor parte de premios de la temporada pasada y nos encontramos en esta edición de los Goya. Su validez y calidad cinematográfica siguen intactas, por supuesto. Pocas cosas más pueden decirse de esta cruda historia de un matrimonio de edad avanzada que ve acercarse el final con resignación, cariño y comprensión. Tiene el aval de una carrera de premios inigualable y un Oscar bien merecido que debería auparla como ganadora sin duda alguna. Pero no hay que dejar de lado la idea con la que arrancábamos este párrafo: la peli está ‘antigua’. ¿Podrá el talento de Haneke vencer al tiempo? Pablo López

goya2014europea2La caza, de Thomas Vinterberg

El nombre de Thomas Vinterberg lleva en boca de todos desde que en 1995 fundase junto a su amigo Lars von Trier el movimiento Dogma 95. Inició su carrera siendo uno de los estandartes de dicho movimiento con su película Celebración, y su madurez como cineasta se ha ido viendo a lo largo de todas sus películas. La caza es la prueba definitiva del crecimiento de Thomas Vinterberg, en ella aborda el tema de los abusos sexuales de una forma incómoda, espeluznante y, a la vez, brillante. Pero La caza es algo más que una película sobre los abusos sexuales, es una brutal crítica de la sociedad y un filme sobre cómo, a veces, el comportamiento del ser humano saca a relucir lo peor de nosotros mismos. Además de todo esto, La caza tiene una virtud con nombre propio: Mads Mikkelsen, que nos brinda una de las mejores y más duras interpretaciones del año. No hay duda de que La caza es sin lugar a dudas la película más incómoda de la categoría, al igual que necesaria, y que el nivel de este año es altísimo, pero si finalmente se alzase con el galardón sería algo que nadie podría rebatirle. Roberto Bra

goya2014europea3La gran belleza, de Paolo Sorrentino

La gran belleza llega a los Goya como una de las grandes favoritas a Mejor Película Europea merced a una carrera de premios en la que ya le ha ganado la partida a algunas de sus rivales de ahora imponiéndose en los Globos de Oro y en los Premios del Cine Europeo. Paolo Sorrentino firma una película sobre la belleza con una de las ciudades más espectaculares del mundo, Roma, como escenario. La búsqueda de esa excelencia estética es la que acompaña a lo largo de su vida de un escritor de una sola obra que a la llegada de la madurez nota cómo el vacío se ha apoderado de su trivial existencia. Una espiral de fiestas de la clase alta romana en las que las conversaciones intrascendentes se mezclan con las trascendentales sobre el sentido de la vida y la belleza que lo rodea todo. Una tras otra, con los 65 recién cumplidos, Gep Cambardella –al que interpreta un iluminado Toni Servillo– camina perdido entre la belleza que le rodea y el vacío existencial que lo acompaña en una película en la que Sorrentino ha cuidado tanto la estética como el contenido y la forma de contarlo. M.J. Arias

goya2014europea4La vida de Adèle, de Abdellatif Kechiche

El descubrimiento del amor ha tenido en el cine tratamientos muy diversos, desde la cursilería más absoluta al drama más terrorífico. Pero en este sentido, Adèle va mucho más allá, porque también trata, por un lado, el descubrimiento de la identidad y el aprendizaje sexual, la ceguera del amor y cómo la recuperación de la visión a veces tarda años en producirse; y por otro, los patrones de tutela, adoctrinamiento y dominio, la utilización del amor como forma de sometimiento y aprovechamiento, la exhibición pública de los juguetes sexuales y finalmente el desprecio y el abandono cuando el juguete ya no sirve. Da igual que la adolescente Adèle conozca el primer amor verdadero (al menos para ella) con otra mujer; si acaso, lo que consigue es acentuar la universalidad del mensaje. Adèle empieza la película siendo una adolescente inteligente e interesada por la literatura integrada en un grupo y termina siendo una profesora de educación infantil, intuimos que solitaria; ha sufrido un desclasamiento en todos los sentidos, un desclasamiento que al principio es muy doloroso. Presenciamos, con planos que desmenuzan los momentos verdaderamente importantes de su vida, los significativos, los que cuentan cosas, con una precisión y una cercanía que se pueden palpar y oler desde la butaca. Vemos a Adèle llorar a moco tendido (y esto es literal), comer y amar con ansia verdadera, sufrir y pelear y no entender, y de repente, al cabo de los años, entender. Sin duda una de las mejores películas del nuevo milenio, llena de verdad, que debería no sólo llevarse el Goya, sino mantenerse en cartelera años. María Pérez

Ganará: Amor
Debería ganar: Amor