Interesante la dicotomía que plantea la lucha por el Goya al mejor sonido por el que compiten dos películas eminentemente silenciosas, Caníbal y La herida, en las que el sonido cobra, precisamente por ello, especial protagonismo. Sus rivales son las más nominadas del año: La gran familia y española y Las brujas de Zugarramudi.
Eva Valiño, Nacho Royo-Villanova, Pelayo Gutiérrez por Caníbal
Eva Valiño y Pelayo Gutiérrez, Goya al mejor sonido por Te doy mis ojos, vuelven a formar tándem con Nacho Royo-Villanova (Grupo 7), como ya hicieran en otra cinta de Manuel Martín Cuenca, La mitad de Óscar. Aquí el sonido dibuja sutilmente la atmósfera de los personajes, ya sea mediante la radio, el ruido de una procesión o los ruidos propios de un bloque de pisos. Funciona como un complemento de la trama, contando al espectador lo que ocurre fuera de plano. Nada es fortuito en una película que carece de banda sonora, desde los inquietantes silencios hasta esa escena en la que el ensordecedor ruido de las olas del mar no absorbe los gritos de la protagonista. Lo cierto es que es una propuesta minuciosa y muy cuidada que bien podría llevarse el Goya este año.
Carlos Faruolo, Jaime Fernández, Carlos Faruolo por La gran familia española
Carlos Faruolo y Jaime Fernández, equipo ganador de un Goya por el sonido de Celda 211, ambos miembros habituales entre los nominados, juntos o por separado, llevan a cabo la tarea de sonorizar con naturalidad el interior y el exterior de una casa en el campo. La comedia de Sánchez Arévalo tiene como leitmotiv la final del Mundial de fútbol de Sudáfrica, un elemento que aparece sin apoyo visual en varias escenas. Así, el conjunto de sonidos característicos del partido acompañan la acción en la primera mitad de la película -más adelante su presencia se convierte en algo puntual- jugando con un volumen que desciende en los momentos de intimidad de los personajes y pasa al primer plano sonoro en las escenas corales, como ocurre hacia el final. Es interesante, además, el empleo de la música como acompañante e incluso sustituta de los diálogos, en el caso de la escena de montaje que resuelve el conflicto de los personajes más jóvenes. Es este un trabajo eficaz que se integra a la perfección en el conjunto de la película.
Aitor Berenguer Abasolo, Jaime Fernández, Nacho Arenas por La herida
Este año está doblemente nominado Jaime Fernández, responsable de las mezclas de sonido tanto de La gran familia española como de La herida. El encargado del sonido directo es Aitor Berenguer, mientras que Nacho Arenas (Mapa de los sonidos de Tokio) tiene a su cargo la edición y montaje. Todo en la ópera prima de Fernando Franco, cuya idea original era hacer un documental, gira en función de los movimientos de Ana, una joven que sufre, sin saberlo, trastorno límite de la personalidad, lo que le hace padecer dificultades a la hora de relacionarse con las personas que la rodean e incluso consigo misma. La fría aridez de la película viene reforzada por un diseño de sonido que, tanto dentro como fuera del campo visual, hace hincapié en la soledad de la protagonista. Tanto para Nacho Arenas como para Aitor Berenguer sería su primera victoria en estos premios.
Charly Schmukler, Nicolás de Poulpiquet por Las brujas de Zugarramurdi
Probada eficacia han demostrado Charly Schmukler y Nicolás de Poulpiquet a las órdenes de Álex de la Iglesia, ya que ellos formaban también parte del equipo de sonido de Balada triste de trompeta y Los crímenes de Oxford. En consonancia con el tono fantástico de la película, en Las brujas de Zugarramurdi huyen del realismo, tomando referentes del cine de acción norteamericano, con elementos sonoros muy dinámicos que se hacen presentes en las escenas de acción. No hay respiro ni momentos de silencio, sino al contrario: se hace evidente tanto en la persecución inicial como en las peleas y caídas en las que se ven involucrados los personajes de Hugo Silva y Mario Casas que hay un afán por explotar los graves, por buscar esa presión que impacta en el pecho del espectador en la sala del cine. Esta es la propuesta más potente en cuanto a efectos de las cuatro nominadas, una baza que haría ganar su primer Goya a Schmukler y Poulpiquet.
Ganará: Caníbal
Debería ganar: Caníbal