Si viajar en el tiempo fuese sinónimo de premio, Musarañas tendría todas las de ganar. Su historia, la de una hermana desequilibrada, se ambienta en el Madrid de los años cincuenta y ahí reside todo el trabajo del equipo de maquillaje y peluquería: en hacer viajar al espectador a aquella oscura época. Su rival más fuerte es La isla mínima, ambientada en la España de principios de los ochenta. El trabajo menos llamativo (no por su resultado sino porque la idea es que no se note) es el de El niño y Relatos salvajes. Es lo que tiene que la acción transcurra en la actualidad.
Yolanda Piña por La isla mínima
Con 17 nominaciones –una más que El niño–, La isla mínima es una de las grandes favoritas de esta edición en la gran mayoría de los apartados. En maquillaje y peluquería no lo es menos. Podría ser la gran noche de Yolanda Piña, nominada hace dos años por Grupo 7 y que nuevamente ve como su trabajo en un thriller policial se ve recompensado con una nominación. En La isla mínima consigue con un maquillaje discreto retrotraer al espectador a una década tan añorada por muchos como cercana para todos. Los ochenta no fueron hace tanto, lo que dificulta el trabajo de Piña, que recurre a esas melenas lacias propias de la juventud para ellas y a los bigotes y barbas pobladas y las patillas para ellos. En la sutileza de su trabajo está su éxito.
David Martí, Noé Montes y Raquel Fidalgo por El niño
El equipo de maquillaje y peluquería de El niño es el que más nominaciones y premios atesora en el cómputo global. David Martí, con nueve candidaturas y tres estatuillas, ya sabe lo que es subir al escenario a recoger un premio en este apartado. Eso en los Goya, porque por El laberinto del fauno ganó un Oscar. Por su parte, Raquel Fidalgo repite nominación gracias a Monzón, con que el que trabajó en Celda 211; mientras que Noé Montes suma su segunda candidatura. Sobre su trabajo en El niño solo se puede decir lo poco que se nota de él. No hay nada remarcable y ahí reside su valor. Al ser una historia ambientada en la actualidad lo que se requiere es naturalidad. Y de eso hay mucho en el maquillaje y la peluquería de El niño.
Carmen Veinat, Pedro Rodríguez y José Quetglas por Musarañas
Los números y el resultado visto en la pantalla convierten a Musarañas en la gran favorita en este apartado. José Quetglas es el rey de la categoría. Esta es su undécima nominación y ya ha ganado en seis ocasiones el Goya, dos de ellas junto con Pedro Rodríguez. Carmen Veinat pone el punto de inexperiencia en el equipo con su primera nominación. En cuanto a su trabajo, lo más llamativo es lo visto con el personaje de Macarena Gómez, a la que logran dotar de ese punto de locura, desequilibro y terror gracias a un maquillaje que resalta la palidez de una tez que no recibe la luz del Sol hace mucho y un peinado que remarca su siniestro rostro. Brilla Gómez. Ella y todo ese aire de los cincuenta que desprende Musarañas.
Marisa Armentas y Néstor Burgos por Relatos salvajes
Tanto Marisa Armentas, habitual en los Ariel, como Néstor Burgos son noveles en esto de los Goya gracias a una producción hispano-argentina que se ha convertido en una de las revelaciones del año. Seis historias distintas que implican un plus de complicación al trabajo. Seis cuentos que obligaron a Armentas y Burgos a un diseño de maquillaje y peluquería distinto para cada uno de ellos. Merece mención especial la boda por tratarse de un ambiente en el que peinados y maquillaje son un protagonista más (también en la vida real). Pero lo cierto es que sobretodo se nota su mano en ese momento en el que cada una de las tramas estalla y la situación se va de madre con sangre, moratones, heridas… Cuando la violencia hace acto de presencia es cuando maquillaje y peluquería cobran una mayor presencia, o ausencia, según se mire.
Ganará: Musarañas
Debería ganar: La isla mínima
Molaría que ganara: Relatos salvajes