En esta categoría no hay nada resuelto. No hay certezas. Realmente podría ser cualquiera el que se llevará el Oscar a casa. Es cierto que Alejandro G. Iñárritu y compañía ya se llevaron el Globo de Oro y que se presupone que podrían/deberían repetir. Sin embargo, las sombras de Richard Linklater y Wes Anderson son alargadas, al fin y al cabo el titular de la ceremonia tendrá uno de estos tres apellidos. Pero cuidado, que Dan Gilroy podría dar la sorpresa. Vamos, que no hay nada resuelto.
Alejandro G. Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando Bo por Birdman
Cuatro manos para un mismo guión. Esto o funciona mal o surge un trabajo de verdad excepcional. No suele haber termino medio cuando tantas personas colaboran en una pieza única. Podría haber sido un auténtico disparate, un guión desastroso y sin embargo es una pieza clave de una de las películas más impresionantes de este año. La historia de este actor convertido en estrella crepuscular (ex famoso por su personaje de superhéroe) que quiere demostrar al mundo su talento estrenando en Broadway no es sólo su plano secuencia, de hecho ese plano ya no importa cuando asumes que es una pirueta artística y bravucona de su director. Lo que sí importa es el ritmo de unos diálogos salvajes y tan ácidos que dan a la película un ritmo más frenético que el que nunca ha podido conseguir Michael Bay en ninguna de sus películas. Si encima hay actores en estado de gracia para interpretarlos (que no recitarlos) como Michael Keaton, Emma Stone o Edward Norton, no hay duda de que el resultado será de reclinatorio. Ya tienen el Globo de Oro y están a un paso de la gloria absoluta.
Richard Linklater por Boyhood
Richard Linklater es un candidato interesante para esta categoría teniendo en cuenta que su película ha sido escrita, rodada e interpretada a lo largo de 12 años. Es una proeza cinematográfica lo que ha hecho el director de Antes del amanecer, una trilogía con la que ya demostraba su buena mano para los diálogos. Aquí ha hecho algo más que escribir buenos diálogos, ha ido nutriendo un libreto con las experiencias vitales de un adolescente real, ha dibujado la vida desechando el drama intrínseco del arte audiovisual y recogiendo solo los momentos en los que no pasa nada, en los que crecemos sin mas, los momentos que al fin y al cabo alimentan el 99% de nuestra vida, aunque luego no nos acordemos de la mayoría. La improvisación ha formado parte también en la elaboración del guión, y cada actor ha aportado algo a la historia. Linklater ha filmado la vida, o mejor, la adolescencia. Ellar Coltrane ha ido creciendo a la vez que el guión. Lo único que Linklater tenía pensado era esa demoledora y brillante secuencia final donde descubre su intención haciendo esta película. Por todas estas razones, este guión tan fascinante debería llevarse el Oscar.
E. Max Frye y Dan Futterman por Foxcatcher
Que Foxcatcher esté nominada a esta categoría es una bonita jugada por parte de su director Bennett Miller. El filme está basado en la historia de los campeones olímpicos de lucha Mark y David Schultz y su relación con el tiránico fundador del equipo John du Pont. Mark Schultz siempre pensó que la película iba a seguir la línea de su autobiografía pero Miller usó el guión original de Frye y Futterman después de que estos se ganaran la confianza del luchador, le sacaran información, entrevistaran a implicados y con todo este material hicieran el guión. Esto no está basado en ningún hecho contrastado, pero es lo que uno puede deducir de los constantes cabreos públicos de Schultz con el director de la película. Una película perturbadora y desasosegante cuyos personajes son los que mandan. Hay un tono incluso de thriller y drama deportivo. Pero el valor de los guionistas está en conseguir ese tratado sobre la soledad y el deseo a través de un minucioso acto de investigación sobre esta historia real.
Wes Anderson por El Gran Hotel Budapest
Esta no es la mejor película de Wes Anderson pero por un hecho que se nos escapa está siendo una de las más valoradas de su filmografía por críticos y académicos. Anderson vuelve a no contar demasiado en una historia de entreguerras donde el conserje de un hotel europeo y su joven ayudante se ven envueltos en el robo de una pintura renacentista. El director de Life Acuatic vuelve a dirigir, eso sí, con originalidad y su personal visión colorista y melancólica de la vida este filme lleno de persecuciones y diálogos rápidos. Son esos diálogos lo mejor de un libreto con carencias y el inalcanzable objetivo de retratar los levantamientos de mitad de siglo en Europa. Con todo, Anderson vuelve a ser trepidante y tremendamente divertido esté o no el mérito en su guión.
Dan Gilroy por Nightcrawler
Es bonito ver como todos los años una película se cuela en esta candidatura. Aunque en el caso de Nightcrawler la palabra sorpresa es más bien un eufemismo de injusticia. La película de Gilroy es una de las mejores películas del año, por la atmósfera, por el ritmo, por lo que cuenta, por sus actores -unos tremendos Jake Gyllenhaal y Rene Russo-, por su música y por supuesto por su enorme guión. Gilroy desentierra las atrocidades morales que comenten los freelance de sucesos para ganar más. Cuanta más sangre, más drama, mayor será la recompensa económica y mayor será el prestigio. En la vida de un joven devorado por el capitalismo salvaje -es escalofriante como Gyllenhaal solo utiliza términos empresariales para hablar con cualquiera- el trabajo de cámara de sucesos se convierte en la lanzadera perfecta para alcanzar el sueño americano. Lo único que no hay que tener para triunfar es ética, la que también le falta al personaje de Russo, una directora de informativos que será la mejor aliada del protagonista. El tapiz sangriento que realiza Gilroy es sin duda merecedor de este premio, el único para el que ha sido nominado. Eso sí que es falta de ética, queridos académicos.
Ganará: Alejandro G. Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris y Armando Bo por Birdman
Debería ganar: Richard Linklater por Boyhood
Molaría que ganara: Dan Gilroy por Nightcrawler