Oscatlón 2018: Mejor montaje de sonido

Los nominados a mejor montaje de sonido indagan los límites de esta especialidad, confundiéndose a veces con la música de la película o formando parte de los diálogos, aunque sean en forma no verbal. Mucho más allá de los efectos sonoros, los nominados por Baby Driver, Blade Runner 2016, Dunkerque, La forma del agua y Los últimos jedi, han construido pilares fundamentales sobre los que reposan sus películas y sin los cuales, necesariamente, se vendrían abajo.

Julian Slater por Baby Driver

Oscar
2 nominaciones

Nominación a mejor mezcla de sonido por Baby Driver (2018)


Doblemente nominado por el sonido de Baby Driver (mezcla y montaje), Julian Slater ha desarrollado en efecto un complejísimo trabajo en el que se distorsionan los límites entre disciplinas sonoras. Edgar Wright concibió la película como una coreografía en la que está pautada hasta el último coche que aparece al fondo de un plano y el sonido que emite al pasar afecta o subraya o cambia el significado de la escena. Los efectos de sonido se mezclan con la música en una partitura rítmica extraordinariamente precisa. El hecho de que no haya una composición musical escrita ex profeso para la película complica un poco más si cabe esta estrategia, obligando a que todo suene no sólo al compás de las canciones escogidas, sino incluso en armonía con ellas. Así, no vale cualquier sirena de un coche de policía sino una cuyo sonido esté afinado con el tema que suena en los cascos del protagonista; o si una canción cambia súbitamente de ritmo, también ha de modificarse el pulso en el que suenan el resto de elementos de la secuencia (puertas, gritos, disparos…). Las dos nominaciones de Slater van unidas y no podría entenderse una sin la otra, del mismo modo que no podría entenderse que recibiera el Oscar en una categoría y no en la contraria. Su filigrana, desde luego, merece ambos premios, pese a que no lo va a tener fácil.

Mark Mangini y Theo Green por Blade Runner 2049

Oscar
Mark Mangini: 1 oscar, 5 nominaciones

Nominación a mejor montaje de efectos de sonido por Star Trek IV: Misión, salvar la Tierra (1987) Nominación a mejor montaje de efectos de sonido por Aladdín (1993) Nominación a mejor montaje de efectos de sonido por El quinto elemento (1998) Oscar al mejor montaje de sonido por Mad Max: Furia en la carretera (2016)

Theo Green: primera nominación


El principal objetivo del equipo formado por Mark Mangini y Theo Green en Blade Runner 2049 era sumergir al público en un paisaje sonoro utilizando los sonidos para crear estados de ánimo igual que haría una partitura musical. Durante meses ambos estuvieron creando un pastiche de texturas sonoras que no eran necesariamente melódicas o rítmicas y que servirían para introducir a los espectadores en el mundo de la película. Otra importante faceta de su trabajo era actualizar los sonidos de la cinta original, toda vez que esta transcurre 30 años después y, por lo tanto, la tecnología que vemos es más avanzada y, por lo tanto, sonará diferente. Pero no sólo escuchamos lo que vemos, sino también lo que queda fuera del campo de visión de la cámara, y eso es lo que refuerza la sensación de inmersión en el mundo de la película. Como en la película fundacional, por momentos es complicado distinguir dónde está el límite entre la música y los efectos de sonido, algo similar a lo que explora el equipo de Baby Driver. Pese a todo, el hecho de ser una secuela lastra sus posibilidades de premio.

Richard King y Alex Gibson por Dunkerque

Oscar
Richard King: 3 oscar, 6 nominaciones

Oscar al mejor montaje de sonido por Master and Commander: Al otro lado del mundo (2004) Nominación a mejor montaje de sonido por La guerra de los mundos (2006) Oscar al mejor montaje de sonido por El caballero oscuro (2009) Oscar al mejor montaje de sonido por Origen (2011) Nominación a mejor montaje de sonido por Interstellar (2015)

Alex Gibson: primera nominación


Richard King empezó a trabajar con Christopher Nolan en El truco final (2006) y desde entonces es uno de sus puntales básicos. Esta colaboración ha dado a King sus tres oscar hasta la fecha y puede que haya un cuarto en camino. Nolan quería que Dunkerque fuera una película históricamente precisa pero sin ser enciclopédica. Por tanto, el trabajo de King, esta vez apoyado por Alex Gibson, fue el de averiguar cómo sonaban todos los barcos y aviones de la Segunda Guerra Mundial que vemos en pantalla, pero también de cada una de las armas que entran en acción. Algunos pudieron localizarlos y grabarlos como los cañones antiáreos que localizaron en el valle de Napa, pero en otros casos no era posible. Por ejemplo, ya no quedan aviones como los de la película que estén en uso por lo que tuvieron que inventarse cómo sonaban, siempre a partir de referencias de otros aparatos. De hecho, fue Nolan quien, después de probar un avión de entrenamiento, les pidió que trabajaran no sólo en el sonido sino en también la vibración para trasladar a la sala la sensación de estar en la cabina de uno de ellos. Con el conjunto de todos esos sonidos, King lograr crear la sensación de estar escuchando una versión bien grabada del desalojo real.

Nathan Robitaille y Nelson Ferreira por La forma del agua

Oscar
Nathan Robitaille y Nelson Ferreira: primera nominación

El principal reto para Nathan Robitaille en La forma del agua era la creación de un lenguaje de comunicación no verbal para una criatura que, por una vez, no sería el villano de la historia, sino un héroe romántico. Para ello, pidió al supervisor de diálogos de la película, Nelson Ferreira, que probara a poner voz al monstruo. Sobre esas grabaciones, Robitaille añadió sonidos de animales como el siseo de un cisne o el arrullo de varias palomas en función del cariz de la escena. Para homogeneizar todos esos sonidos, Robitaille le propuso al propio Guillermo del Toro grabar el sonido de su respiración. Y así, el cameo del director en su película tiene una significación muy profunda pues es su creador quien insufla el aire a su criatura. Es un trabajo hábil, imaginativo y sutil, que tiene complicado imponerse al despliegue sonoro de sus rivales.

Matthew Wood y Ren Klyce por Star Wars: Los últimos jedi

Oscar
Matthew Wood: 4 nominaciones

Nominación a mejor montaje de sonido por Pozos de ambición (2008) Nominación a mejor montaje de sonido por Wall-E (2009) Nominación a mejor montaje de sonido por Star Wars: El despertar de la fuerza (2016)

Ren Klyce: 7 nominaciones

Nominación a mejores efectos de sonido por El club de la lucha (2000) Nominación a mejor mezcla de sonido por El curioso caso de Benjamin Button (2009) Nominación a mejor mezcla de sonido por La red social (2011) Nominación a mejor mezcla de sonido por Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2012) Nominación a mejor montaje de sonido por Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2012) Nominación a mejor mezcla de sonido por Star Wars: Los últimos jedi (2018)


Puede decirse que Matthew Wood ha trabajado en todas las películas de la saga Star Wars, aunque sea porque participó en la versión mejorada (sic) de la trilogía original y después en todas las entregas que se han rodado. Por tanto, no es exagerado decir que él es una de las personas que mejor saben cómo suena el universo Star Wars y, por tanto, perfecto garante de que las nuevas incorporaciones lo hacen de forma armónica con lo preexistente. Para asumir las nuevas necesidades planteadas por la cinta de Rian Johnson, sumó al equipo a Ren Klyce, colaborador habitual de David Fincher. Estas nuevas creaciones siguen la filosofía general de la saga, que es la creación del sonido de forma natural, a partir de elementos preexistentes aunque no tengan nada que ver. Los pasos en el Halcón Milenario son pisadas sobre un viejo iMac cubierto por una plancha metálica o el sonido de los porgs, obtenido a partir del graznido de gallinas y palomas. Pero el efecto de sonido que más ha dado de qué hablar en esta entrega ha sido el silencio que rasga la acción de la película en el momento del sacrificio último de la Almirante Holdo. Una audacia que bien merecería un oscar, pero que probablemente va a ver escapar.

Ganará: Dunkerque
Debería ganar: Baby Driver
Molaría que ganase: Star Wars: Los últimos jedi