Cartas al padre Jacob

Leila, una mujer que, después de ser condenada a cadena perpetua, es indultada, y Jacob, un anciano cura rural ciego. La historia empieza cuando a Leila le ofrecen ser ayudante del sacerdote. Su trabajo consiste básicamente en responder las cartas que los fieles le escriben a Jacob pidiéndole ayuda y consejo. Esta labor para el cura es vital, a Leila, en cambio, le parece una tarea estéril; en consecuencia, la relación entre ambos personajes es bastante tensa. Pero llega un momento en que Jacob deja de recibir cartas y, entonces, siente que su vida ha perdido todo sentido. Este hecho será el desencadenante de una dramática revelación.