Cuajo es el sobrenombre de Enrique Heredia, un rapero con una parálisis cerebral que le dificulta la movilidad y con un sueño: construir un estudio de grabación propio donde poder producir su música. Para esto contará con la ayuda de su amigo Adolfo, un mulato de 30 años que malvive con su padre alcohólico. “A mí no me digas que no se puede” es el principio que guía la vida de Cuajo pero esta misión va a resultar muy complicada. Él y Adolfo deberán superar dificultades de todo tipo para conseguir su objetivo en un entorno hostil y difícil, donde la violencia aparece por todas partes. Las capacidades de ambos alcanzarán un estado de simbiosis que les permitirá mantenerse a flote. Una lucha entre el fatalismo y el optimismo en pos de un sueño