Hanna

Hanna tiene 16 años. Es brillante, curiosa y una devota hija. Excepcionalmente, tiene la fuerza y la energía de un soldado; esto se debe a que fue criada por su padre viudo, Erik, un ex hombre de la CIA, en las salvajes tierras del norte de Finlandia. Erik ha enseñado a Hanna a cazar, le ha entrenado con un duro programa de autodefensa y le ha enseñado a leer y escribir con tan solo una enciclopedia y un libro de cuentos de hadas. Hanna ha vivido una vida muy diferente a la de cualquier otra adolescente; toda su educación y entrenamiento se reduce a un objetivo, convertirla en la perfecta asesina. Pero en el mundo real hay una cuenta pendiente con la familia de Hanna, y con una mezcla de orgullo paternal y temor Erik se da cuenta de que ya no puede retener más a su hija.