Jake Gyllenhaal: «Denis Villeneuve es un fantástico manipulador»

Con la cara cubierta por una poblada barba y la frente todavía tostada por el rodaje de Everest en Nepal, Jake Gyllenhaal ha hecho un viaje relámpago a Madrid para presentar Enemy, su segunda colaboración -aunque se rodó antes que Prisioneros– con el director Denis Villeneuve. En esta entrevista realizada en un hotel de Madrid horas antes de que cogiese su vuelvo de regreso a Londres, el actor habla de la experiencia de rodar con el canadiense, de los motivos que le llevan a escoger los personajes que interpreta y nos cuenta lo que haría si se encontrase con su doble.

«¡Me ocurre constantemente, estoy por todas partes!», dice mientras señala los afiches promocionales de Enemy que hay en la habitación. «Es parte de hacer una película como esta: te ves en el monitor, te ves en la pantalla grande cuando vas a una ‘premiere’, los espectadores ven lo que estás haciendo. Aunque la atención está allí, tú también estás en la sala y eso añade una extraña ironía al asunto».

La presencia de Jake Gyllenhaal (Los Angeles, California, 1980) transmite serenidad. Al hablar tiene un ritmo pausado, piensa lo que va a decir. Y entonces te sorprende: «Si me encontrase con mi doble tendría que pelear con él y probablemente tendría que ganar. ¡Y luego haría que Denis Villeneuve rodara un documental sobre ello y lo llamaríamos Enemy 2: The Real Thing!»

Si hay un nombre que no deja de aparecer durante la conversación es el de Denis. El cohesionado tándem que forman Gyllenhaal y el director de Incendies ha remado en la misma dirección desde el germen de la película. «Los dos hablamos mucho de lo importante que era el subconsciente. La línea que hay entre la realidad y los sueños, lo consciente y lo subconsciente ha estado siempre presente«. Y el sonido. Es imposible ver Enemy y no prestar atención a su extraordinaria ambientación sonora. «Una de las cosas de las que Denis siempre hablaba en el rodaje era que quería que todos los sonidos de la ciudad estuvieran presentes pero que a la vez sonasen lejanos, como si las ventanas estuvieran siempre abiertas. Tenía claro que el diseño de sonido era para él una parte que tendría mucho peso en la película».

«Cuando estás en su encuadre, da igual que trabaje con el director de fotografía Nicolas Bolduc (Enemy) o Roger Deakins (Prisioneros) porque siempre te sientes seguro, siempre es fascinante. Denis es un hombre extraordinario que comparte estética visual con otros cineastas con los que he trabajado, como Ang Lee o David Fincher, pero lo que marca la diferencia es su personalidad: es un fantástico manipulador«, asegura antes de hablar sobre el respeto del director por el trabajo actoral. «Digo ‘manipulador’ porque sabe que al final él tiene la última palabra, así que no saca para nada su ego cuando estás rodando, no te va a cortar a no ser que hagas algo muy loco. Como otros grandes directores de cine, es capaz de ver más allá del momento y nunca te hace sentir que tus ideas son erróneas».

Enemy es una visión muy personal de la novela de José Saramago El hombre duplicado. Hitchcock, Maman -una araña de 9 metros de altura, obra de la escultora Louise Bourgeois- e Isabella Rossellini, de la que que Villeneuve ha reconocido estar «probablemente» enamorado son claves en el desarrollo de la trama. «Lo importante no era ser totalmente fiel al libro, sino que su esencia estuviese en la película», continúa. «Decidí no leer a Saramago porque no quería estar influenciado por él, quería ser objetivo con la visión de Denis, que es casi como un comentario sobre el libro: una obra inspirada en la expresión de otra persona. Aunque obviamente no puedo hablar por él, creo que a Saramago le gustaría mucho».

Mientras el traductor hace su trabajo para que las respuestas de Gyllenhaal también mantengan su esencia al pasar del inglés al español, este se ha quedado enganchado, pensando en la pregunta anterior: «En realidad», dice entre risas, «¡puedes hacer tu propia película cogiendo sólo la primera frase de El hombre duplicado y perderte para siempre en ella!»

El resultado es un ‘thriller’ envolvente y turbador en el que Toronto, muy protagonista, aparece teñida de color nicotina. «Creo que Toronto es una ciudad que todavía busca su propia identidad y supongo que por eso le interesó al director. Cuando estás allí, la gente se te acerca y te dice: ‘¡Gracias por venir!’ -pone cara de sorpresa- «en Nueva York, donde yo vivo, me dicen: ‘¡vete a tomar por culo!».

Mano derecha a la frente y sonrisa al oír la palabra ‘Oscar’, el actor le quita la importancia al hecho de haber conseguido una nominación por Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005). «Fue un honor haber sido nominado a ese premio, sobre todo porque me sentí acompañado por toda la gente que también ha estado en ese puesto a lo largo del tiempo, pero el Oscar no es algo que afecte a mis decisiones«. «Cuando me preguntan por el personaje que hice en Prisioneros«-un policía entregado a la investigación del secuestro de dos niñas- «les digo que fue una decisión creativa. Lo escogí porque creía en él, porque hacerlo me parecía lo más emocionante del mundo. Fui leal a mí mismo y al personaje, porque mi barómetro es mi propio trabajo y no los premios que pueda recibir por ello».

Enemy se estrena cines de toda España el 28 de marzo.

Escucha el reportaje sobre la película: