‘La invitación’, un velada con luces rojas

La 13ª Muestra Syfy de cine fantástico ha dado hoy el pistoletazo de salida en Madrid. La invitación, la última película de Karyn Kusama y ganadora del premio a la mejor película de la pasada edición del Festival de Sitges ha sido la encargada de abrir fuego en la edición más ambiciosa hasta la fecha de este certamen madrileño. Y ha sido un disparo certero: como ya hicieran en Sitges público y jurado, el público de la Muestra ha disfrutado a lo grande de esta vuelta al cine independiente de la directora con una historia tremendamente bien armada, cocinada a fuego lento, y con una traca final de impacto.

Con reminiscencias a muchos títulos de similar calado, La invitación, una aparente velada entre amigos plagada de extrañas evidencias de algo desconocido (las llamadas ‘luces rojas’ que dieron una película a Rodrigo Cortés), añade a una atmósfera de este tipo, además, tensiones personales entre los personajes y juega con la información y el espectador tanto, que hacen que, por momentos, la implicación con la película llegue a grados de catarsis y que, como suele ocurrir en esta Muestra, se celebren entre la audiencia. Un irreconocible Logan Mashall-Green es el motor de la historia que se complementa a la perfección con la bellísima y desquiciada Tammy Blanchard, que pudimos ver en La vida inesperada, de Jorge Torregrossa, como dos de los ingredientes principales para este caldo de cultivo que acabará reaccionando de la manera más insospechada. Una cena de reconciliación entre amigos con trasfondo trágico que deja un más que buen sabor de boca y ganas de hincar el diente a esta inabarcable programación que nos tienen preparado para el fin de semana.