Hachiko

Bello y emotivo concierto para ‘Hachiko’

Hachiko
Siempre a tu lado (Hachiko)
Compositor: Jane A. P. Kaczmarek
Sello: Epic records
Duración: 56′ 07»
Lanzamiento: 8 de agosto de 2009


3notitas


La historia de Hachicko es una de las más conmovedoras e internacionales de Japón. Hachiko, un perro de raza akita nacido en noviembre de 1923, era el fiel compañero del doctor Eisaburo Ueno, profesor del departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio. Hachicko no podía estar con su amo en la facultad, pero todas las mañanas le acompañaba a la estación de Shibuya andando para que el profesor comprase su billete. El perro esperaba sentado en la plaza a que su dueño volviera todas las tardes. El 21 de mayo de 1923 el doctor murió repentinamente de un infarto en su puesto de trabajo. Los vecinos de Shibuya pronto cayeron en la cuenta de que el perro estaría esperándolo y lo convencieron para que volviese a casa. Pero todas las mañanas el animal regresaba a la estación de Shibuya para sentarse y esperar a su dueño. La lealtad y perseverancia del animal, que todos los días durante semanas, meses y años volvía a la plaza, conmovió a toda la ciudad. En abril de 1934, Hachiko se había convertido en un héroe nacional y una estatua modelada por el escultor Teru Ando se erigió en el centro, justo donde el perro seguía esperando. Al año siguiente, el 7 de marzo de 1935, Hachiko murió mientras dormía a los pies de su estatua. Hachicko había sobrevivido diez años esperando a ver a su dueño salir de entre la multitud de la estación. Los restos de Hachiko descansan junto a los de su amo en el cementerio de Aoyama. La estatua de Hachiko es hoy en día uno de los referentes turísticos de la capital nipona.

Lasse Hallström (Las normas de la casa de la sidra) ha querido revisar esta historia haciendo un remake de la cinta japonesa Hachiko monogatari (1987), dirigida por Seijiro Koyama. Para ello ha tenido que americanizar la historia desprendiéndola de muchos de sus lazos con Japón, lo que le ha hecho perder parte de su encanto. La trama, un tanto desvirtuada respecto del relato original, nos sitúa en el momento en que un profesor (Richard Gere) acoge a Hachiko y mediante una investigación va descubriendo por qué el perro espera todos los días en la estación. La cinta ha sido un relativo éxito de taquilla en España y ha contado con una notable repercusión en Japón. La música corre a cargo de Jan A.P. Kaczmarek, Oscar a la mejor partitura en 2004 por Descubriendo Nunca Jamás. Christopher Young también fue candidato a ser compositor oficial (ya había colaborado con Hallström en Atando cabos), pero el director al final decididió decantarse por el oscarizado músico. Hace dos años Kaczmarek nos deleitaba con una emotiva composición para Atardecer y el año pasado le escuchamos con gran deleite en The visitor. El músico polaco no ha gozado de grandes proyectos tras ganar la estatuilla, pero sí está consiguiendo pequeños triunfos en el cine norteamericano de pequeña talla presupuestaria. El talento de Kaczmarek a la hora de afrontar la sensibilidad y el dolor y cómo los hace fluir a través de texturas melódicas al piano es más que encomiable. Una pena que no se prodigue más.

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Suena ‘Goddbye’, ‘Fetch’ y ‘Hachi’s last trip to the station’.

La partitura está concebida para el lucimiento de sus dos solistas polacos. Marek Szpakiewicz, prestigioso chelista afincado en EE UU y, sobre todo, Leszek Mozdser, famoso pianista de jazz, reconocido por sus versiones discográficas de Chopin. Ambos llevan a otra dimensión la intimista y cuidada partitura escrita por Kaczmarek. La composición combina ambos solos, pero podemos más o menos diferenciar una primera parte a piano, dedicada a describir la vida de Hachiko (por ejemplo, ‘Parker’s Dance played on the piano’) y una segunda al chelo (‘Marriage Bath’), y por tanto, con más carga dramática, orientada al pasado del animal y el descubrimiento del cariño. El uso del piano para describir la soledad del animal y el chelo para su desdicha es un claro acierto de Kaczmarek. En ciertos momentos de la partitura ambos instrumentos están acompañados por pasajes en flauta y, sobre todo, oboe (‘New Home’), proporcionados por la Orquesta de Radio de Polonia, pero en general el objetivo es proyectar una música retraída, personal y sobre todo, muy emotiva.

Y es que escuchar Siempre a tu lado (Hachicko) es asistir un concierto íntimo de sensibilidad instrumental, un ejemplo de sentimiento y dulzura en manos de dos virtuosos. La partitura suena mucho a The visitor, en la que también proyectaba cierta soledad con el piano, y también algo de Descubriendo Nunca Jamás en los cortes más edulcorados. Temáticamente, Siempre a tu lado (Hachiko) es muy variada. El tema principal, una maravilla, es una cadencia de piano acompañada en algunos momentos por el chelo. Se puede escuchar nítidamente en el tema ‘Goodbye’. Pese a ser variada, se hace muy homogénea debido al minimalismo instrumental. Cuesta separar mucho los temas, algo que no es nuevo en la discografía del músico. Considero este detalle un cierto obstáculo, pues Kaczmarek empieza a encasillarse un poco en ciertos derroteros melódicos y también instrumentales (excesivo uso del piano). El hecho de que la historia nazca en Japón da para mucho más en términos musicales. Con todo, es una gran partitura porque está escrita exquisitamente y especialmente bien ejecutada. Y lo más importante, Kaczmarek da forma a una esencia emotiva que se dilata durante toda la composición y que él desgrana de forma delicada. Como epílogo, se incluyen a modo de anécdota tres ladridos del perro protagonista, algo que sinceramente no sé a cuento de qué vieneo, pero bueno, quienes tengan interés por escuchar cómo es el ladrido de un perro akita, ahí tenéis esas cuatro pistas.

En conclusión, estamos ante un muy buen trabajo con gran sensibilidad del músico polaco. Sin ser una obra magnífica, es una de las más refinadas y virtuosas experiencias musicales de este año. Un dulce quizás demasiado hermético en lo instrumental, pero bastante eficaz a la hora se subrayar la emoción de la película.

LO MEJOR: Su expresión melódica a través del piano y el chelo como protagonistas para arrancar toda la emoción de la película.

LO PEOR: Su aislamiento instrumental, que congestiona un tanto el resultado. A veces es demasiado lacrimógeno.

EL TEMA: ‘Goodbye’

Pistas

01. Japan (3:26)
02. New Home (1:47)
03. The Foot (2:40)
04. Dance Rehersal (2:15)
05. Storm And The Rescue (1:36)
06. The Second Dance (0:51)
07. Under The Fence (1:51)
08. Treats From Cate (1:51)
09. Parker’s Dance Played On Piano (3:42)
10. Parker And Hachi Walk To The Station (2:04)
11. Baby (1:23)
12. Marriage Bath (3:27)
13. Fetch (2:12)
14. To Train Together (3:25)
15. Packing Boxes (2:15)
16. Parker And Hachi (3:28)
17. Hachiko Runs Away (4:28)
18. Memory Of The Storm (1:36)
19. Hachi – Waiting For Parker Again (2:51)
20. Hachi – Last Trip To The Station (2:06)
21. Goodbye (2:10)
22. Hachi, Parker And Cate & Memories (3:58)
23. Hachi’s Voice (version 1) (0:15)
24. Hachi’s Voice (version 2) (0:10)
25. Hachi’s Voice (version 3) (0:11)
26. Hachi’s Voice (version 4) (0:09)