La nueva película del británico Guy Ritchie sacudió las carteleras postnavideñas y ahora es el momento de que el consumidor se haga con ella. Sherlock Holmes se presenta en ediciones de uno y dos discos, además de en Blu-Ray. La presentación es la clásica caja de dos discos utilizada para las numerosas ediciones especiales que Warner tiene en el mercado, en este caso acompañada de una funda de cartón que replica la portada, la trasera y el lomo de la carátula del filme. Su interior incluye una papeleta en el que se indican al consumidor todos los pasos que debe seguir para obtener su copia digital de la película, así como el código necesario para su descarga.
Para el contenido extra de esta edición se han elaborado pequeñas piezas de menos de 5 minutos que tocan diversos temas de la producción, desde los más obvios, como el vestuario o la ambientación, hasta otros más curiosos como el correcto acento del personaje. El verdadero artífice de todos estos vídeos es Lionel Wigram, el productor y también creador de la historia, que participa en la práctica totalidad de ellos, revelándose como un gran fan del personaje y verdadero impulsor moral del proyecto.
Disco 1
La película
Disco 2
Disco dedicado al contenido adicional dividido en 9 piezas en vídeo que quizá pequen de repetir imágenes y testimonios, lo que le da cierto tono promocional al conjunto. Una lástima, pues los diferentes temas de éstos sí que están muy bien elegidos y tocan los puntos que verdaderamente queremos conocer de una producción como ésta. El primero de los vídeos es Sherlock Holmes: reinventado, una pieza más larga que el resto (unos 14 minutos, frente a los escasos 4 minutos de las demás), que puede servir como resumen general de todo el contenido del disco, ya que toca brevemente todos los temas de los que se habla en los otros vídeos. En ella se explica básicamente algo que el público no supo valorar: esta película es más fiel a los libros originales que otras adaptaciones anteriores, ya que la imaginería de Sherlock Holmes que todos tenemos en la cabeza proviene de los filmes, no de los libros. Cabe la posibilidad de que el estilo de realización de Guy Ritchie induzca a error.
Se reinventa el cine sobre Sherlock Holmes con más fidelidad al original y dándole la forma del cine de Guy Ritchie, en el cual, sin duda, figura Robert Downey Jr. como la mejor elección para el protagonista y en el que no faltan las peleas callejeras, que reflejan la afición de ambos, protagonista y director, a las artes marciales. Y Jude Law supone, de igual forma, una elección perfecta para volver a los orígenes de Watson, que, a pesar de ser un médico avispado e inteligente, en las novelas es un personaje que apenas roza la treintena y que se lleva a las mujeres de calle. Todo este entramado de actualización y regreso a los orígenes fue lo que más atrajo al director para aceptar este proyecto.
En la pieza Puentes levadizos y plataformas rodantes: diseñando el Londres de la era victoriana, los encargados de la ambientación comentan que este proyecto es «muy inglés» porque aúna a Guy Ritchie y Londres, y que el director, dado su desconocimiento de la iconografía e imaginería de la época, se limitaba a escuchar y asentir, lo cual hacía el trabajo muy fácil. Lo complicado fue el rodaje, ya que, a causa de la ambientación, dado que querían que el propio escenario determinara el tono de la película y fuera lo más fiel posible, se rodó por todo el Reino Unido para luego, en el montaje y la postproducción conseguir el Londres de la era victoriana más fiel posible con la mayor precisión y facilidad.
El siguiente vídeo, No hay un sombrero a la vista, versa sobre el vestuario, uno de los elementos más icónicos en el universo Sherlock Holmes, que en esta película se moderniza de manera radical. Así, se comienza haciendo una comparación entre el Sherlock Holmes de capa, sombrero y lupa que todos conocemos con el que encarna Robert Downey Jr., que, a pesar de contar con diseños algo más estilizados y modernizados, utiliza tejidos comunes en la época y además refleja la manía personal de Sherlock Holmes de vestir siempre la misma ropa.
Tambien se hace mención a Irene Adler, la única mujer en la historia, que además da algo de color al vestuario, en el que predominan los colores fríos. En sus ropajes se refleja el hecho de que sea una estadounidense en Londres, una forma distinta de ser en una sociedad de costumbres fuertes y arraigadas. En el caso de Watson, viste buenos trajes ingleses, que transmiten una buena posición social, la que corresponde a un médico.
En El arte marcial inventado ‘Ba-ritsu’: Tutoría descubrimos uno de los secretos mejor guardados de esta producción y que más impacta en el espectador, que es ver a Sherlock Holmes enfrentándose a puñetazo limpio a sus contrincantes en un ring. Para explicar esta historia básicamente se hace uso de testimonios de Ritchie y Downey Jr., ambos grandes aficionados a las artes marciales. Después de una breve explicación de las diversas variedades de combate, revelan que, aunque el nombre Ba-ritsu es inventado, es una variante de ‘Bartitsu’, la fórmula de lucha cuerpo a cuerpo que nombraba Conan Doyle en sus libros como ‘jiujitsu de Barton’, por lo tanto, por mucho que sorprenda al espectador, la lucha con puños desnudos ya estaba presente en la literatura clásica original de Sherlock Holmes.
Inglés elemental: perfeccionando el acento de Sherlock es un vídeo que se encarga de un aspecto que en España no puede apreciar la mayoría del público debido al doblaje, pero no por ello menos relevante a la hora de hacer una película y un personaje creíbles, como es la necesidad de que el actor que interprete a Holmes pronuncie un perfecto inglés. Según Andrew Jack, con Robert tuvo poco trabajo que hacer, primero porque de por sí ya habla un inglés de acento envidiable, y segundo porque este entrenador de dialectos ya trabajó con Downey Jr. en dos películas anteriormente, Chaplin y Restauración, por lo tanto el trabajo de base que implica un entrenamiento como éste ya estaba hecho. Entre toda esta palabrería, encontramos un par de ejemplos de comparación entre acentos estadounidense e inglés que resultan bastante ilustrativos para comprender la importancia del acento en una película así.
La que se escapó hace referencia a Irene Adler en concreto, y a todos los amores que pasan por la vida de Holmes, un investigador tan entretenido en sus propios casos que no tiene tiempo para prestar atención a otras cosas. Ni siquiera a las bellas mujeres que le rodean. Holmes repudia la vida hogareña que Watson añora; por eso quisieron contar con el personaje de la Adler, que aparece en pocas historias, ya que encarna otro tipo de complicidad con Holmes diferente de la que tiene con Watson, una relación poco ortodoxa que se sitúa entre el amor, el odio, la amistad y lo profesional. Esta chica, a la par elegante y aventurera, es la única capaz de sacar a Holmes de sus casillas.
En el siguiente vídeo, Poderes de observación y deducción, Lionel Wigram, que acapara casi la mayoría del metraje (para bien, pues se reconoce ferviente fan de Holmes), desgrana sus filias hacia Holmes, su admiración por los juegos de deducción y la exploración del personaje y sus trasfondos. Tanto, que podemos asistir a la confesión de que cuando fundó su compañía productora fue para levantar este proyecto sobre Sherlock Holmes, dada su admiración hacia el personaje desde niño. Resulta reconfortante saber que alguien tan apasionado en la materia está detrás de un proyecto tan importante como éste.
Los sherlockianos es la pieza más original, divertida y curiosa del conjunto. El vídeo retrata los sherlockianos, un grupo de fans del personaje que se reúnen anualmente para celebrar a Sherlock Holmes en convenciones que duran un fin de semana completo en el que se celebran concursos, mercadillos, conferencias y fiestas en las que cada cual lucha por ser ‘más fan‘ que los demás. Una delicia para el espectador medio, que con toda probabilidad desconoce la existencia de este grupo de aficionados, un descubrimiento muy refrescante.
Recreando el pasado nos revela, en este caso más con imágenes que con palabras, los mecanismos para recrear el Londres victoriano con reveladoras comparaciones entre el decorado original en planos previos, repletos de pantallas verdes, y el resultado final, donde los actores parecen haber viajado en el tiempo. Así, como Londres en esta historia es un personaje más, no han escatimado en presupuesto para localizaciones y postproducción; tanto es así que hay localizaciones que se conservan en perfecto estado desde la época original y se han postproducido, sobre todo para unificar estéticamente, y también para sacar el máximo provecho de ellas y hacer añadiduras que pudieran enriquecer la composición.
En definitiva, ésta es una de las ediciones especiales más completas que Warner tiene a bien comercializar en nuestro país, con la que se puede disfrutar de una visión general de la producción de la película en cuestión, con un formato muy cómodo para la división de contenidos y una presentación bastante notable, un complemento más que recomendable para fans de la película, que no tanto del director que en esta producción, para bien o para mal, no aporta más que su estilo de realización, que no es poco.
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