En un año en el que, por fin, no compiten ni Alberto Iglesias ni Roque Baños por un Goya, ha llegado el momento de reconocer a alguno de los otros grandes talentos musicales de nuestra cinematografía. Una cinta muda, otra animada, un thriller contemporáneo y el melodrama más internacional del año lucharán por alzarse con el cabezón. Repasemos los nominados de este año.
Alfonso Vilallonga por BlancanievesPrimera nominación a un Goya para el catalán, nacido en familia noble y que lleva desde los 90 alternando su trabajo como compositor de bandas sonoras con su labor como solista y compositor y actor de teatro. Suyas son las partituras de varios títulos de Isabel Coixet (Cosas que nunca te dije, la magnífica A los que aman o Mi vida sin mi), Fernando León de Aranoa (Princesas) o Transsiberian de Brad Anderson. Su participación en la cinta más nominada de este año, Blancanieves, es de vital importancia para la película, como lo fue el trabajo de Ludovic Bource para The Artist el año pasado. Aunque la música de Vilallonga nos acompaña durante todo el metraje de la cinta, reforzando el significado de las imágenes, quizá engarza menos con las imágenes mudas que la obra del francés. Aun así es una labor notable que podría ganar tanto por méritos propios como por el factor arrastre de ser la película más nominada del año. |
Julio de la Rosa por Grupo 7El joven compositor gaditano logra también su primer nominación a un Goya. Compaginando su labor como compositor (Primos, Carne de neón) con su trabajo en el grupo El hombre burbuja o como solista, Alberto Rodríguez debe sentirse muy cómodo trabajando con él, pues se trata de la tercera colaboración de director y compositor, tras 7 vírgenes y After. De la Rosa parece encontrarse como pez en el agua con historias urbanas y contemporáneas (Una palabra tuya, Lo contrario al amor), pero probablemente se trate de la partitura con menos opciones este año. Alterna de manera adecuada los momentos de acción, con sus percusiones, con los pasajes más intimistas a piano, pero no ofrece nada destacado que nos haga pensar que puede alzarse con el premio. |
Álex Martínez Zacarías por Las aventuras de Tadeo JonesCurtido en el terreno de cortos y documentales, Zacarías nos ha ofrecido la música de cintas tan diversas como Hierro, la coproducción Bajo aguas tranquilas, dirigida por Brian Yuzna o La mujer del anarquista. Se siente cómodo componiendo para animación, como demuestran su partitura para la ganadora del Goya El Cid: La leyenda y los cortos previos del personaje de Tadeo Jones. Para el largo dirigido por Enrique Gato, todo un éxito de taquilla en nuestro país, combina de forma acertada los momentos de acción con los humorísticos, aunque está a años luz de otras partituras recientes de animación. Uno no puede evitar pensar si esta nominación viene por méritos propios o por la ausencia de música en uno de los títulos más nominados de este año: El artista y la modelo, de Trueba. Ganará si los académicos quieren premiar a uno de nuestros mayores éxitos más allá de la categoría de película de animación. |
Fernando Velázquez por Lo imposibleEl más internacional de los cuatro nominados saltó a la palestra gracias al anterior éxito de Bayona, El orfanato, hace cinco años, abriéndole las puertas de Hollywood (La trampa del mal), aunque ha seguido trabajando en nuestro país (El mal ajeno, Los ojos de Julia). Mucho se le ha criticado a Velázquez y Bayona el uso de la música en Lo imposible, realzando los momentos dramáticos y subrayando la tragedia con grandes orquestaciones de cuerda. Pero la escucha de la música sin las imágenes nos permite descubrir una obra lírica y redonda que merecería ganar sin lugar a dudas. Quizá sea discutible su uso efectista en algunos pasajes de la película, pero musicalmente es el trabajo más completo y competente de los cuatro candidatos. |
Debería ganar: Fernando Velázquez, por Lo imposible