Como viene siendo habitual en los últimos años, los premios al mejor vestuario se debaten entre dos tipos de producciones: las recreaciones históricas, cuyo mérito creativo y documental es incontestable, y las ambientaciones contemporáneas, que en ocasiones se revelan como enormemente influyentes. Analizamos a continuación la lista de nominados de las dos categorías –serie, por un lado, y miniserie, película o especial, por otro- que compiten este año.
Mejor vestuario para serie
Glee – ‘The Power of Madonna’ – Lou A. Eyrich (diseño de vestuario) y Marisa Aboitiz (supervisión de vestuario)
No es casualidad que el episodio más disparatado de Glee haya merecido una candidatura a mejor vestuario. Lou A. Eyrich, que tiene en su haber productos tan contundentes como el guardarropa de Nip Tuck, llevó a cabo una interpretación más que notable de los looks de Madonna para incorporarlos, con mayor o menor acierto, en distintos momentos del episodio. Por supuesto, esta nominación es también el reconocimiento a un trabajo que, desde el primer capítulo, está siendo impecable. En una serie en la que cada personaje se define a través de su aspecto (el encanto retro de Emma, el aspecto Valley Girl de las cheerleaders, el estilo deportivo de los deportistas, el fashionismo de Kurt o el chic nerd de Rachel) la dirección de vestuario ha llevado a cabo una gran labor que sintoniza perfectamente con la estética de la historia, a medio camino entre lo real, lo estereotipado y lo teatral. El capítulo dedicado a las canciones de Madonna recogió, como no podía ser de otro modo, algunos de los iconos asociados a la estrella del pop en su etapa de los años ochenta –el corsé, el maquillaje- y los trasladó a los pasillos del instituto. El efecto producido es previsible y, sin embargo, acertado; elementos perfectamente reconocibles que dotan de un valor adicional a un diseño de vestuario más que notable y que han valido a Eyrich y a su asistente, Marisa Aboitiz, su primera nominación a los premios Emmy en esta categoría.
The Good Wife – ‘Crash’ – Daniel Lawson (diseño de vestuario), Jennifer Rogien Faletti y Faniele Hollywood (asistentes de diseño)
Daniel Lawson ha sido nominado por primera vez gracias a esta teleserie que se mueve por comodidad en los espacios cotidianos de la élite política y económica estadounidense. Sin grandes alardes de imaginación, el vestuario reproduce fielmente el atuendo de las clases altas y no hay duda de que responde de manera muy eficaz a los estándares exigibles en una producción de este tipo; vestuario realista, estilizado y atractivo que, sin embargo, no destaca especialmente y que probablemente no tendrá grandes oportunidades frente a los alardes historicistas o imaginativos de las otras nominadas. En todo caso, la nominación de Lawson es más que merecida después de su aportación a otras series de marcado carácter contemporáneo como Lipstick Jungle.
Mad Men – ‘Souvenir’ – Janie Bryant (diseño de vestuario) y Le Dawson (supervisión de vestuario)
No hay duda de que Mad Men es una de las series mejor vestidas de los últimos años. Su recuperación de la elegancia de los años sesenta estadounidenses ha tenido un hondo impacto en ámbitos que exceden con mucho el cinematográfico; ahí están, como muestra, el regreso de la sastrería norteamericana (con firmas como Brooks Brothers lanzando líneas específicamente basadas en la serie) y los editoriales que, inspirados en la serie, siguen ocupando más y más páginas en revistas de moda de todo el mundo. La responsable de hacernos redescubrir las infinitas variaciones del traje a medida, el encanto de los tea dresses o y las maravillas de la laca no es otra que Janie Bryant, que ya ganó un Emmy por su vestuario para la serie western Deadwood y que, desde hace años, pone lo mejor de su oficio al servicio de una serie cuya estética está siendo decisiva dentro y fuera de las pantallas. Bryant conoce a la perfección la moda de la época, y ha sido capaz de recrearla y hacerla atractiva a los ojos actuales, dándole un aspecto muy contemporáneo. Más allá de esto, el episodio nominado cuenta con un divertido incidente referido a un problemático vestido y, sobre todo, un viaje a Italia que es todo un soplo de aire fresco para la imagen de la serie. Como muestra, nos quedamos con el estilismo “a lo Roberto Capucci” de una Betty Draper hedonista y seductora en Roma, y con el enfrentamiento simbólico entre Don y dos hombres italianos, que representan dos modos de entender el traje masculino: el rígido y formal americano y el más ligero y flexible italiano.
30 Rock – ‘I Do Do’ – Tom Broecker (diseño de vestuario) , Remy Pearce y Joanna Brett (asistentes de diseño)
Tom Broecker es un profesional casi único en la industria; su curriculum tiene dos facetas, como actor y como diseñador de vestuario, y en este último apartado ha recibido ya cinco nominaciones por su trabajo en Saturday Night Live, a la que se une la nominación de este año por 30 Rock, que podría convertirle en ganador y, de este modo, revalidar sus creaciones para una de las series más icónicas de los últimos años. El lujo, el humor y el colorido de las situaciones de la serie tienen su traducción en un vestuario enormemente eficaz y de un gran atractivo que, al igual que en Glee, contribuye a definir el carácter de los personajes y los hace reconocibles. Si bien es cierto que no contiene grandes alardes de creatividad, Broecker es sin duda uno de los favoritos, tanto por su historial de nominaciones como por su demostración de que es posible crear un vestuario contemporáneo sin caer en la trivialidad.
The Tudors – ‘Episodio 408’ – Joan Bergin (diseño de vestuario) y Susan Cave (supervisión de vestuario)
No es extraño que el vestuario histórico sea siempre uno de los favoritos de especialistas y críticos; recrear trajes de una época en la que a duras penas podemos conocer cómo era realmente la ropa es todo un ejercicio de erudición, imaginación y buen oficio. Joan Bergin ha demostrado estar más que capacitada para dicha tarea, y por su trabajo en los Tudor ha sido nominada cada año desde 2007, consiguiendo el codiciado premio en las dos primeras ediciones. Suyo es el mérito de construir un guardarropa imaginativo y eficaz en el que la rigidez renacentista ha sido sustituida por formas y cortes que, manteniendo la esencia, se adaptan a los personajes de un modo mucho más moderno, subrayando su atractivo y dándoles un aspecto estilizado y actual. Para ello, además de crear patrones de enorme complejidad, ha rescatado y llevado a sus máximas consecuencias el principal valor estético de época isabelina: los estampados. No hay más que mirar los retratos de los Tudor para comprobar que la complejidad de tejidos, motivos ornamentales y estampados era una señal de lujo y una marca de identidad fundamental. Por ello, el trabajo de Bergin se centra en la recuperación de esta tradición textil y en su interpretación a partir del gusto actual. Por eso Los Tudor es una auténtica golosina visual, y por eso Bergin podría llevarse su tercer Emmy.
Quién ganará: Mad Men
Quién debería ganar: Mad Men
Mejor vestuario para una miniserie, telefilm o especial
Emma – ‘Parte 2’ – Rosalind Ebbutt (diseño de vestuario) y Amanda Keable (supervisión de vestuario)
Rosalind Ebbutt es una diseñadora de vestuario con una sólida trayectoria en películas y teleseries ambientadas en la Inglaterra victoriana. En esta ocasión lleva a cabo una más que notable labor al frente de una nueva adaptación de Emma, la novela de Jane Austen, de la mano de la BBC. El resultado es una película de época en la que, sin embargo, el realismo y la profundidad psicológica de la narrativa se traducen en un tratamiento cercano y más que posible del vestuario: trajes que se mueven, que respiran con los personajes, que se arrugan y que forman parte de la historia. Lejos de la rigidez almidonada que en ocasiones ha caracterizado las adaptaciones de Austen, Ebbutt ha creado trajes cotidianos que reflejan a la perfección el espíritu de la Regencia y, sobre todo, el entorno rural de la historia. Tras esta apariencia, por supuesto, se encuentra un profundo conocimiento de la ropa de la época; la diferencia es que, en esta ocasión, los trajes no parecen sacados de un museo, sino extraídos de la vida diaria de los personajes.
Return to Cranford – ‘Part 2’ – Jenny Beavan (diseño de vestuario) y Alison Beard (supervisión de vestuario)
Hablar de Jenny Beavan es hablar de una de las grandes diseñadoras de vestuario histórico de las últimas décadas. Tiene en su haber un Oscar (por Una habitación con vistas) y, de la mano de James Ivory o de Ang Lee, ha orquestado guardarropas tan inolvidables como Lo que queda del día, Maurice o Howards End o Sentido y sensibilidad. Diseñadora fundamental para entender el imaginario actual respecto a la Inglaterra victoriana, Beavan es, sin duda, el mejor nombre posible a la hora de conectar con una determinada sensibilidad muy británica que es la base del magnetismo de la segunda parte de Return to Cranford. En esta ocasión, se traslada a la cotidianeidad rural descrita por Elizabeth Gaskell, y lo hace con una enorme naturalidad; los trajes de las protagonistas cuentan por sí solos tantas historias como sus portadoras y son parte inseparable de los personajes. No todo es realismo: la imagen, enormemente estetizada y con un marcado carácter novelesco, nos ofrece momentos de un gran magnetismo visual gracias a los complicados juegos de encajes lucidos por Judi Dench o a los bellísimos equilibrios cromáticos de muchos de los trajes masculinos. Por otro lado, su labor como investigadora de época es impecable, y nos encontramos, nuevamente de la mano de la BBC, con una de las propuestas más contundentes y con una firme candidata a llevarse el premio.
Georgia O’Keeffe – Michael Dennison (diseño de vestuario) y Frances Vega (supervisión de vestuario)
Michael Dennison se enfrenta a su primera empresa de categoría de la mano del biopic de la pintora Georgia O’Keeffe, un referente absoluto en las artes visuales, y lo hace mediante un viaje más que aceptable al vestuario existente en la primera mitad del siglo XX; en estas décadas violentas y elegantes se desarrolla esta historia en la que el vestuario está, sin más, al servicio de la narrativa. De hecho, no hay mucho más que se le pueda pedir a una película de época: la reproducción de los trajes es fiel, los estilismos no carecen de una cierta idealización y la modernidad de los personajes lucha contra un vestuario ciertamente rígido y sobrio que queda plenamente reflejado en las creaciones de Dennison. Por supuesto, al tratarse de la historia de un personaje real, las referencias a fotografías y material original de la época son constantes e ineludibles. En medio de todas estas exigencias, Dennison lleva a cabo una labor más que correcta y, sobre todo, enormemente eficaz.
The Pacific – ‘Part 3’ – Penny Rose (diseño de vestuario) y Ken Crouch (supervisión de vestuario)
En primer lugar, es necesario recordar que Penny Rose cuenta con una muy sólida trayectoria en la que destacan trabajos tan excelentes como el vestuario de las distintas partes de Piratas del Caribe o Evita. Por eso, es obvio que su trabajo para The Pacific, la epopeya bélica avalada por Spielberg y Hanks, es más que adecuado para los objetivos de la serie. Una historia bélica es normalmente sencilla de vestir; los trajes militares admiten pocas variaciones y durante la mayor parte del metraje el diseñador tiene que limitarse, básicamente, a crear estilismos adecuados y a intentar, dentro de lo limitado de las posibilidades, ejercer su creatividad. No cabe duda de que Penny Rose ha hecho una excelente labor, aunque sin grandes destellos de originalidad. La parte no bélica del vestuario ha sido resuelta con solvencia más que suficiente, y The Pacific es una de esas series que pueden triunfar en determinadas categorías técnicas, así que no sería extraño que Rose se llevara el premio.
You Don’t Know Jack – Rita Ryack (diseño de vestuario) y Maria Tortu (supervisión de vestuario)
Rita Ryack es una diseñadora con un marcado talento para bordar trabajos tan imaginativos como El Grinch y Hairspray. Para la menos trivial historia de You don’t know Jack, Ryack ha creado un vestuario que indaga y actualiza looks que formaban parte de la vida cotidiana en los años noventa y que hoy parecemos haber olvidado. Sin grandes excesos estéticos, Ryack consigue transmitir a través de los trajes el espíritu de una época, y su lectura de la moda tiene más de desmitificación que de reproducción de estéticas publicitarias. Por eso, nos encontramos unos años noventa algo sombríos, dominados por la ropa utilitaria y alejados del glamour de recreaciones más idealizadas. Arqueóloga de un pasado relativamente reciente, Rita Ryack ha sabido controlar su propensión a la estridencia y poner todo su talento al servicio de la película, el guión y los personajes.
Ganará: Return to Cranford
Debería ganar: Return to Cranford